Carlos, el filósofo que canta y baila
14 de enero de 2013
Carlos Milián es un estudiante de Filosofía en la Universidad de La Habana, cantante y bailarín. Hace poco estuvimos conversando sobre las dificultades que confronta para la realización de sus proyectos como artista y universitario a la vez. Algo que admite, es muy difícil en estos tiempos.
“Siempre hay problemas en la vida o carrera de cualquier persona, por supuesto, con diferentes situaciones. En mi caso, al pertenecer a un grupo musical de La Universidad de La Habana, el cual debido a sus logros ya está institucionalizado, no se me permite trabajar para otra agrupación estatal, y mucho menos para ninguna que sea de iniciativa particular.” Comienza contándome Carlos.
“¿Cuéntanos cómo te las arreglas para lograr lo que haces y si los profesores conocen de esta situación?” Le pregunto y él rápido contesta. “La mayoría de los profesores son jóvenes al igual que yo, y comprenden mi situación, debido a que no es la mía solamente, sino también la de miles de jóvenes universitarios cubanos. Al contrario de lo que pudiera pensarse, los profesores me ayudan y me aconsejan, ya que al final hago un bien para la Universidad y la sociedad. A la vez me supero y me realizo como ser humano que es en realidad lo más importante.”
Continuo preguntándole con curiosidad: “¿Pudieras referirnos en qué consiste la institucionalización de tu grupo?” “Mira, eso puede ser complicado o sencillo de interpretar.” Me dice. “Depende de la persona que te lo explique, y yo no soy el más indicado, créeme. Creo que necesitarías a un alumno de Derecho para que te lo exponga mejor. Son regulaciones que crean las instituciones u organismos estatales para mantener el control sobre el artista y su labor, lo que representa algún beneficio para la entidad, al menos eso creo. Además existen otros problemas fuera de la Universidad, por ejemplo para cantar y bailar en un centro nocturno estatal, o en cualquier institución también estatal, debo pertenecer a la UNEAC (Asociación Nacional de Escritores y Artistas de Cuba), entre otros requisitos, y por lo tanto mis presentaciones en lugares estatales se vuelven complicadas, aunque una que otra vez, he logrado hacer algunas actuaciones.”
Doy un giro en mis preguntas y continúo. “¿Pudieras contarnos sobre tus experiencias dentro de la actuación artística?” “Bueno, como artista y persona a través de mis presentaciones he logrado superarme y aprender mucho sobre la marcha.” Sigue contándome Carlos. “Inclusive participé en algunos videos clips realizados por Alejandro Pérez. También canté con cantantes como El Micha y Los Desiguales. Me he presentado en cuatro programas de la TV Cubana, como “El Expreso”, “Piso 6”, “23 y M” y “Se me ocurrió el sábado”. Igualmente he incursionado en el teatro con compañías reconocidas como PMM y Habana Light, algo que me ha permitido conocer importantes figuras tanto en el ámbito musical nacional como internacional. Tal es el caso del cantante nicaragüense Luis Enrique, con el cual participé como bailarín en uno de sus videos rodados aquí en Cuba.”
Con tanto quehacer artístico entre sus estudios universitarios, me imagino que Carlos no quiera parar en su camino como músico y bailarín. “¿Cuáles serían tus proyectos inmediatos o a largo plazo?” Pregunto. “Bueno, lo primero será terminar mi carrera de Filosofía, aunque pienso dedicarme más a la música, al baile y al canto, que en general es lo que me gusta hacer, y lo que me permitirá obtener mejor entrada económica.” Me contesta sin pensarlo y continúa. “Por ahora, pertenezco a un grupo que se llama “WTF”, el cual se abre paso poco a poco. Deseo seguir superándome profesionalmente en todos los aspectos, además de continuar impartiendo clases y talleres de bailes cubanos como salsa, son y casino, que es otra manera de mejorar mi situación económica.”
Mirando la hora y consciente que Carlos debe tener por delante un día bien ocupado entre su música, su baile y sus clases universitarias, le agradezco su entrevista y me despido para que siga con sus labores.
Carlos Milián se aleja luego de despedirse y mirándolo alejarse, pienso que definitivamente este joven artista y filósofo, seguirá luchando por abrirse paso con sus proyectos, a pesar de las dificultades que nublan su camino.
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14 de enero de 2013
Carlos Milián es un estudiante de Filosofía en la Universidad de La Habana, cantante y bailarín. Hace poco estuvimos conversando sobre las dificultades que confronta para la realización de sus proyectos como artista y universitario a la vez. Algo que admite, es muy difícil en estos tiempos.
“Siempre hay problemas en la vida o carrera de cualquier persona, por supuesto, con diferentes situaciones. En mi caso, al pertenecer a un grupo musical de La Universidad de La Habana, el cual debido a sus logros ya está institucionalizado, no se me permite trabajar para otra agrupación estatal, y mucho menos para ninguna que sea de iniciativa particular.” Comienza contándome Carlos.
“¿Cuéntanos cómo te las arreglas para lograr lo que haces y si los profesores conocen de esta situación?” Le pregunto y él rápido contesta. “La mayoría de los profesores son jóvenes al igual que yo, y comprenden mi situación, debido a que no es la mía solamente, sino también la de miles de jóvenes universitarios cubanos. Al contrario de lo que pudiera pensarse, los profesores me ayudan y me aconsejan, ya que al final hago un bien para la Universidad y la sociedad. A la vez me supero y me realizo como ser humano que es en realidad lo más importante.”
Continuo preguntándole con curiosidad: “¿Pudieras referirnos en qué consiste la institucionalización de tu grupo?” “Mira, eso puede ser complicado o sencillo de interpretar.” Me dice. “Depende de la persona que te lo explique, y yo no soy el más indicado, créeme. Creo que necesitarías a un alumno de Derecho para que te lo exponga mejor. Son regulaciones que crean las instituciones u organismos estatales para mantener el control sobre el artista y su labor, lo que representa algún beneficio para la entidad, al menos eso creo. Además existen otros problemas fuera de la Universidad, por ejemplo para cantar y bailar en un centro nocturno estatal, o en cualquier institución también estatal, debo pertenecer a la UNEAC (Asociación Nacional de Escritores y Artistas de Cuba), entre otros requisitos, y por lo tanto mis presentaciones en lugares estatales se vuelven complicadas, aunque una que otra vez, he logrado hacer algunas actuaciones.”
Doy un giro en mis preguntas y continúo. “¿Pudieras contarnos sobre tus experiencias dentro de la actuación artística?” “Bueno, como artista y persona a través de mis presentaciones he logrado superarme y aprender mucho sobre la marcha.” Sigue contándome Carlos. “Inclusive participé en algunos videos clips realizados por Alejandro Pérez. También canté con cantantes como El Micha y Los Desiguales. Me he presentado en cuatro programas de la TV Cubana, como “El Expreso”, “Piso 6”, “23 y M” y “Se me ocurrió el sábado”. Igualmente he incursionado en el teatro con compañías reconocidas como PMM y Habana Light, algo que me ha permitido conocer importantes figuras tanto en el ámbito musical nacional como internacional. Tal es el caso del cantante nicaragüense Luis Enrique, con el cual participé como bailarín en uno de sus videos rodados aquí en Cuba.”
Con tanto quehacer artístico entre sus estudios universitarios, me imagino que Carlos no quiera parar en su camino como músico y bailarín. “¿Cuáles serían tus proyectos inmediatos o a largo plazo?” Pregunto. “Bueno, lo primero será terminar mi carrera de Filosofía, aunque pienso dedicarme más a la música, al baile y al canto, que en general es lo que me gusta hacer, y lo que me permitirá obtener mejor entrada económica.” Me contesta sin pensarlo y continúa. “Por ahora, pertenezco a un grupo que se llama “WTF”, el cual se abre paso poco a poco. Deseo seguir superándome profesionalmente en todos los aspectos, además de continuar impartiendo clases y talleres de bailes cubanos como salsa, son y casino, que es otra manera de mejorar mi situación económica.”
Mirando la hora y consciente que Carlos debe tener por delante un día bien ocupado entre su música, su baile y sus clases universitarias, le agradezco su entrevista y me despido para que siga con sus labores.
Carlos Milián se aleja luego de despedirse y mirándolo alejarse, pienso que definitivamente este joven artista y filósofo, seguirá luchando por abrirse paso con sus proyectos, a pesar de las dificultades que nublan su camino.
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