Love in, amor y paz a través del blues rock



Utopía de paz, amor y equilibrio medio ambiental fue el V Festival “Love In” celebrado en Noviembre, en el complejo Morro-Cabaña de la Ciudad de La Habana. Desde las 4 de la tarde hasta las 3 de la mañana se llevó a cabo un evento que ofreció conceptos del arte y la energía renovable, integrando igualmente la ciencia, la música y el trabajo comunitario en pro de la educación ambiental. El Festival incluyó espectáculos infantiles de danza y circo, talleres, exposiciones de artes plásticas e instalaciones, charlas con especialistas sobre energía renovable, arte, diversidad cultural, también lecturas de poesía y narrativa, encuentros de meditación, yoga y masajes orientales, muestra de cortos y documentales de medio ambiente filmados en Cuba, Reino Unido, México y Brasil. También se realizaron estudios de tatuaje y piercing, un pabellón de música electrónica, taller práctico de parkour (desplazamiento urbano), impartido por Raúl Solano Jiménez, un instructor costarricense.

Muchas cosas interesantes ocurrieron, pero lo que más me llamó la atención fue el “Rincón del Blues”, donde varias agrupaciones cultivadoras de dicho género fusionado con el rock, se dieron cita para un concierto sin precedentes en Cuba. Desde mi punto de vista este fue el punto álgido del evento.

Son pocos los espacios donde la música norteamericana puede ser tocada y oída libremente. Personas de todas las edades nos reunimos allí para disfrutar del extra oficialmente llamado “Road House Blues” o “Casa Rodante de Blues”. A pesar de las dificultades logísticas, mala transportación, utileros y organizadores inexistentes, Humberto García Manrufo, líder de la banda RockaBlues Trio, y principal entusiasta del evento, hizo gala de unas facultades organizativas increíbles y todo marchó aceptablemente.

El dúo Flash Back dio inicio al blues jam. Este conjunto, liderado por Juan José de Armas Valdés, mejor conocido como Pepe WQAM, profesor de la escuela internacional de cine de San Antonio de los Baños, fue a mi modo de ver la agrupación de menor calidad de la velada, no dominaron los covers montados, su sistema de sonido fue deficiente y a cada rato falló; y el público no percibió el sabor sureño que sus integrantes quisieron trasmitir. Para el olvido quedaran sus canciones de Warren Zevon, Credence Clearwater Revival y Lynyrd Skynyrd. Exhorto a Flash Back que se prepare mejor, ensaye mejor los temas y que tenga un mayor compromiso con la audiencia. Personas como yo agradecen su esfuerzo y esperamos con ansias mejoren su calidad interpretativa, si siguen de esa manera no irán ni a la esquina del blues de Miguel de Oca.

Seguidamente se presentó 3D, nueva propuesta musical dirigida por el baterista Elvis García, miembro de RockaBlues Trio. Aquí comenzó a subir la parada, pues estos 4 muchachos cuya edad promedio no rebasa los 21 años, parecen músicos provenientes de la década del 70. El pabellón, como un túnel, donde se realizaba el concierto, casi vacío al inicio de su presentación se fue llenando de cuanto friki o roquero paso por allí.

Comenzaron con una versión heavy metal de “Come Together” de los Beatles, donde el vocalista se lució, cambiando el tono por momentos, dándonos toques de un Jim Morrison cubano. Después sonaron el “Another One Bites The Dust” de Queen, donde el guitarrista Jorge Martínez, dio rienda suelta a su maestría. Pero lo más descollante de “3D” fue la manera en que interpretaron “We Are an American Band” de Grand Funk Railroad. ¡Señores estos niños no pasan de 20 años! Elvis García, quien vocaliza el tema, nos hizo recordar a Pete Rivera de “Rare Earth”. Bien por 3D, porque no abundan en Cuba las agrupaciones en que el baterista sea la voz principal de algún tema. En este es caso comprensible pues Elvis en RockaBlues Trio se limita a la batería y algún que otro coro, pero aquí fue la voz principal y de veras que nos sorprendió. 3D, banda de nueva formación, promete mucho, ojalá no se diluya en el abismo del olvido pues esta, su primera presentación fue todo un éxito.

Tras una pausa de varios minutos rellenada por música grabada de Alvin Lee para ir entrando en calor blusero, le toca el turno a la banda Akda 1, provenientes de Bauta. Estos estudiantes de actuación del Instituto Superior de Arte, se enfrentaron por primera vez a un público mayor de 20 personas y ... salieron bien parados. Su tributo a the Allman Brothers Band surtió efecto, bien valientes son estos músicos que sin recurso alguno impulsan su carrera interpretando una música de la cual es muy difícil vivir en Cuba. Subieron la parada con varios temas de Stevie Ray Vaughan y Jimi Hendrix, demostrando que las clases tomadas con Humberto García surtieron efecto y que no es casualidad que sean sus teloneros por excelencia, puesto ganado gracias a su perseverancia, aprendizaje y aumento de su calidad como músicos. Según me declararon los músicos de Akda 1, realizan una peña una vez al mes en la Casa de la Cultura de Bauta, a la que asiste poco público. También se han presentado en los poblados de Güines, Artemisa, Caimito y Candelaria, pero nunca como lo sucedido este sábado 24 de noviembre. Los gritos delirantes y chiflidos del público fueron el mejor premio para estos jóvenes que poco a poco van creyendo más en sí mismos y que se aventuran a componer blues cubano y en español.

Para cerrar el concierto, el plato fuerte, RockaBlues Trío, lo mejor de la fusión del blues rock en Cuba. A pesar de la poca promoción recibida por el evento, el rumor de la presentación de esta banda underground corrió de boca en boca y muchas personas provenientes de lugares distantes de La Habana, tales como Fontanar, el Wajay y Santiago de las Vegas, y que nunca habían visto al grupo, vinieron a disfrutar de esa banda que se dice toca como si fueran norteamericanos.

Humberto García Manrufo, el Eric Clapton cubano, dio cada acorde con una precisión increíble, No es un músico nuevo porque se hizo famoso allá por los años 60 cuando militó en el conjunto “Sesiones Ocultas”. Este virtuoso de la guitarra guió a RockaBlues Trío por caminos impensables para los que tenemos la dicha de presenciar este momento sublime del blues en Cuba. Su voz rasgada a lo Dylan y su armónica también hicieron lo suyo. Raúl Pérez de Ozaba interpreta el bajo cada día mejor, demostrando que sus días de utilero y sonidista ya pasaron, este músico empírico encaja a la perfección en el emsemble y es imposible subestimarlo. Elvis García Tapia en la batería, repartió palos por doquier y no hizo quedar mal a su padre Humberto. En ocasiones se les sumó un trompetista y algún que otro miembro de Akda 1, para deleitarnos con clásicos como “Red House”, “Stormy Monday”, “Natural Thing”, “Hurting Me” y “Paranoia Blues”, composición esta última de García Manrufo. RockaBlues Trio no hace covers, versiona el blues rock a su único e irrepetible estilo.

El público asistente a esta tipo de caverna blusera aumentó alrededor de las 9 de la noche. Casi no se podía caminar en el recinto. Marco propicio para que una leyenda del rock cubano, Manolo “El Salsa”, hiciera su aparición en el escenario como invitado especial de la banda. Ya es cosa común que Manolo se presente exclusivamente con RockaBlues Trío, y de que manera, envuelto en toda la parafernalia que lo caracteriza, mezcla de Ozzy Osborne y Alice Cooper, convulsionando a la audiencia con su espíritu rockero y proyección escénica espectacular más que con sus atributos vocales. Superlativas fueron en esta oportunidad sus versiones de “Born To Be Wild” de Steppenwolf; “You Really Got Me” de The Kinks y “Helter Skelter” de The Beatles.

RockaBlues Trio demostró que no solamente son un power trio, sino que también pueden transitar por los covers de los 60 con gran acierto y respeto. Al final del blues jam todos los músicos se unieron en un esfuerzo final aclamado hasta la saciedad por los presentes, fueron más de 20 minutos de improvisaciones sobre una línea melódica de blues rock predeterminada y que fue buen colofón de la velada.

Como muchos otros me fui del complejo Morro-Cabaña nada más terminar el “Road House Blues”. Eso sí, complacido de haber disfrutado de algo no común en mi país, prohibido hace años, que aunque hoy existe sin apoyo gubernamental, ya es excelente, ojala muchos más conocieran de este tipo de propuesta y no se rindieran ante la mediocridad que nos rodea. No me quepa duda de que la escena musical underground cubana en el género blues rivaliza con cualquiera de Latinoamérica. Esperaré impaciente de una nueva oportunidad para sumergirme en el delta del Mississippi blusero de la Habana.

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