Todavía en la radio cubana vive el temor



La noticia corrió como pólvora, nadie lo creía, la confirmación me llegó vía Facebook, en esos raros momentos donde me puedo conectar desde esta Isla sumida en el pasado. "Ya no existen listas negras con artistas prohibidos". Ahora se puede radiar a Celia Cruz, se puede colocar a muchos que hoy sonaban en el mundo entero y en Cuba eran mudos. Al fin, lo que nunca debió haber existido, se derrumbó.

Pero la felicidad no es completa porque todavía pervive el miedo, el susto inoculado durante años, el mismo temor que se extiende entre los músicos que prefieren hacer arreglos de obras reconocidas mundialmente, pero que en los escenarios del patio, sus autores nunca se mencionan.

Todavía existe el miedo entre los realizadores del medio, todavía le tiemblan a muchos las manos antes de "pinchar" un disco de la “Guarachera Mayor”, o alguna de las canciones de Chano Pozo o Issac Delgado. Y es que eso se lleva en la sangre: el miedo de una represalia o de que algún burócrata, de esos que tanto abundan, tome medidas contra quienes se atrevan hacer realidad sonora la voz que pretendió la oficialidad silenciar.

La lista, esa lista, por fin se eliminó, sin embargo todavía existen otras de las cuales no se hablan, de esas que marcan con una cruz temas polémicos de grupos y solistas, de discos y agrupaciones que parecen no existir ante el totalitarismo del Instituto Cubano de Radio y Televisión, si no es así, ¿cómo se entiende que Los Aldeanos no estén en el hit parade de las estaciones de la Isla si sus temas están entre los más escuchados? ¿Dónde quedan muchas canciones de X Alfonso y Buena Fé, dos de esos que a pesar de ser aupados por la oficialidad, sufren de censura?

Hoy parece que se abren ciertas brechas dentro del pentagrama musical de la Isla, sin embargo todavía Guillermo Cabrera Infante, Zoe Valdés y otros tantos escritores cubanos siguen en el silencio editorial, mientras que en las artes plásticas y otras manifestaciones artísticas el oscurantismo sigue reinando.

Inclusión sería una hermosa palabra, inclusión sería un sueño, una certeza de que empezamos a cambiar, sin embargo todavía eso parece muy lejano, todavía faltan muchos peldaños y muros por derrumbar, todavía tiembla la mano y la voz para decir sus nombres, todavía la prensa en la Isla oculta el nombre de los músicos cubanos que ganan Grammy si estos artistas viven fuera, todavía es una realidad que mientras se piense en Cuba como un gobierno, como un sistema de pensamiento y no de sociedad, seguiremos siendo este pedazo de tierra donde el miedo hace su casa.

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