Pedro Beritán y sus instantáneas musicales de La Habana



Pedro Beritán Calaña es un trovador de 31 años, venido a La Habana desde la ciudad de Manzanillo, Granma. Para sobrevivir trabaja como cocinero en un restaurante. Sin embargo no oculta que su pasión es la música. Sueña con cantar en grandes escenarios y grabar muchos discos. A pesar de las dificultades no se rinde, continúa trabajando para cumplir sus expectativas que sabe algún día se cumplirán.

Una tarde de estas accede a brindarle una entrevista a Palamúsica Underground, estas son sus palabras:

“Vine a La Habana con 18 años, así que soy un oriental de pura cepa. Estudié la carrera de Licenciatura en Ciencias Alimentarias. Mis inquietudes artísticas provienen de cuando estaba en el pre-universitario, donde con las guitarras prestadas de los amigos empecé a hacer mis primeras cosas. Después mi papá me compró mi primera guitarra y comencé a interpretar canciones de Silvio y Pablo, todo lo de la trova. Integré el movimiento de artistas aficionados de la universidad donde participé en varios festivales. Comencé a asistir al Centro Pablo de la Torriente Brau y a la Casa de las Américas para nutrirme de otros trovadores jóvenes como yo.

Los conciertos del grupo Habana Abierta del 2003 influyeron mucho en mí. En febrero de ese año me integré a una peña que se llamaba La séptima cuerda, que conducía el trovador Adrián Berazaín. Comencé a cantar regularmente y un buen día Adrián me propuso hacer conciertos juntos, acompañados de trovadores de más o menos la misma edad nuestra.

Allí estaban Mauricio Figueral, Juan Carlos Suárez, que tiene un grupo ahora que se llama Polaroid y Jeiro Montagne. Con ese proyecto grupal hicimos alrededor de 30 conciertos. Trabajamos alrededor de 3 años. Hacíamos 2 o 3 temas cada uno. Este trabajo colectivo nos ayudó muchísimo porque hacíamos las canciones para mostrárselas a los demás y casi todos participábamos en el proceso creativo.

Todo esto se materializó en un disco que se llama, La séptima cuerda: verdadero complot, que fue un concierto llevado a cabo en el Centro Hispanoamericano de Cultura. Esto fue cuando casi nos estábamos desintegrando, habíamos decidido comenzar carrera en solitario.

Este disco fue importante pues quedó como vestigio de lo que fue el taller La séptima cuerda. Hicimos canciones entre dos personas, entre tres y quedó el trabajo de lo más bien.

Después de esto comencé mi carrera en solitario, me presenté en varios programas de televisión y radio.

El proyecto Verdadero complot, me propuso grabar en CD un concierto mío en solitario. De ahí surgió el disco Instantáneas que muestra a un Pedrito Beritán más maduro. Invité a músicos ya reconocidos tales como Inti Santana, Luna Manzanares, Efrén García, Lester “El Pulpo” Márquez, Vicente Alejandro Trigo, Reynier Aldana y Eduardo Sosa. Músicos muy buenos. Ensayamos mucho y el resultado es un disco del que estoy muy complacido. Grabado en vivo, aunque quedó a medio hacer ya que el proyecto Verdadero complot dejó de existir durante la edición. Esto fue una lástima porque este proyecto fue de un altruismo importante, pues su objetivo era el de grabar a trovadores inéditos en la escena discográfica cubana.

Por suerte me quedé con las pistas grabadas y me fui a mezclar en casa de un amigo, Samuel Águila. Casi no tuvimos que retocar nada, dejamos el disco lo más natural posible, con el sonido en directo.

El disco salió después de un año. Hecho como se dice vulgarmente al pecho. Samuel no me cobró ni un quilo por su trabajo. Realmente agradezco mucho su sacrificio y amistad. Los músicos tampoco me pidieron nada. Por supuesto yo les pagaba una merienda cuando íbamos a ensayar pero nunca hubo dinero mediante. Ellos siempre se preocuparon por el trabajo ante todo y su interés por mi música. Todo esto fue el engranaje que movió todo a feliz término. Producido totalmente por mí al igual que el concierto. El sonidista Maikel Pernia también me ayudó bastante.

Este disco me abrió las puertas a que posiblemente a comienzos de este año me enfrasque en la grabación de un disco de estudio, donde voy a tomar algunos temas que están en este y algunos de nueva creación.

Todo mi sacrificio valió la pena, estoy entrando a los medios poco a poco. He realizado conciertos fuera de La Habana. Ya creo que mi disco como que tiene voluntad propia, inclusive lo he escuchado en emisoras donde no lo he enviado para su promoción.

No lo comercializo, hasta ahora he vendido uno solo de como 200 que andan regados por ahí. Se lo vendí a una pareja de puertorriqueños que me vieron en una peña, yo se los quería regalar, pero al final me pagaron 5 dólares. Al otro día me bebí el dinero festejando la venta.

Llevo mucho tiempo sin hacer algo de esa magnitud pues cansa bastante, solamente presentándome en las peñas de los amigos. Trabajo de cocinero por la madrugada así que quizás por eso no he podido hacer otro concierto.

Me considero un trovador, si los críticos y los medios después no me quieren categorizar así, no me preocupa. Yo soy el tipo que se sienta con la guitarra a compartir con cualquiera en un parque y me paso tres horas cantando.

Te confieso algo, ahora mismo el público de La Habana es hostil. Quieren cambiarle la forma de expresarse a los trovadores de esta época. El problema proviene de los centros nocturnos porque los trovadores también necesitamos comer y tenemos que ganarnos el dinero de alguna manera. Eso ha cambiado un tanto. Ahora estamos en un estado de gracia pues los espacios para la trova han aumentado poco a poco. Aunque es un alma de doble filo pues son lugares para beber y entonces el trovador tiene que esforzarse para tener un repertorio enfocado en esos lugares y otro para cuando va a hacer un concierto. Eso lo he hecho también. Me he acomodado a ese ritmo porque es inevitable. Las canciones tranquilas, de sentimiento, de alma, las dejo para los lugares donde yo sé que el público me está entendiendo. Por supuesto no se me ocurriría cantar en el Bertolt Brecht ninguna de las dos canciones que compuse para la película Irremediablemente juntos.

Esas canciones fueron parte de un proyecto sui generis. El director Jorge Luis Sánchez habló conmigo para formar parte de la banda sonora de su película musical. Esto fue un privilegio, imagínate, hacer cine en Cuba no es fácil. Escogieron mis temas “Coordenadas” y “Juro que no fue casual.” El maestro Juan Manuel Ceruto orquestó todas las canciones incluidas en el filme.

En nuestro país todos los mecanismos para entrar en las instituciones de música popular están orquestados para los jóvenes que salen de las escuelas y las personas como yo que son empíricas pasan mucho trabajo. Nos es muy difícil insertarnos. Tienes que ser un caso excepcional para que te tomen en cuenta. Existe como se dice un nuevo movimiento de canción protesta producto de que nos han abierto más la brecha creativa, nos han dejado ver el mundo y hablar un poco más, hay cierta apertura a que uno se exprese, no tanto como uno quisiera, pero algo es algo. Ya la brecha está más abierta y por ahí hemos salido algunos cuantos. Por ejemplo vemos en la calle a un tipo asaltando a otro, hablamos de eso y lo ponen en los medios que de alguna forma autentifican nuestra obra. Ese paso es importantísimo para los trovadores. Se está gestando un nuevo movimiento de canción protesta en La Habana y en Santa Clara.”

Ojalá que Pedro Beritán con su canción inteligente logre llegar a las masas. Mucho ha recorrido en su empeño. Por el momento sobrevive y financia su carrera musical con su trabajo como cocinero del hotel Occidental Miramar. Todo parece indicar que logrará cumplir su deseo de entrar a un estudio de grabación.

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