Me inspiro en la lucha diaria de los cubanos por la supervivencia



Es un constante caminante. Las calles de los barrios de La Habana tienen sus huellas. Conoce a todos los personajes populares y a otros que no lo son tanto, pero sobre todo oye a muchos, pues tiene el don de que la gente se sincere con él y le cuente sus penas. Así es Dagmar Armas García, un joven de tez negra y saltarinas trenzas que desde el año 2000 encontró en la poesía y la música la posibilidad de expresar tanta vivencia acumulada.

“Me dicen que soy un trovador –asegura sonriente- pero me siento mejor cuando interpreto mis canciones con el acompañamiento de una banda. Guardo los mejores recuerdos de mis inicios en el movimiento underground con la agrupación Popular sin filtro, que se desintegró prematuramente. Desde entonces –prosigue- me acompaño de mi inseparable guitarra, y casi sin esfuerzo salen las canciones en las que hablo de lo que sucede a mi alrededor, de la vida de todos los cubanos que salimos a la calle a luchar el día a día. Para los que miran la vida con otro prisma esos temas constituyen denuncias sociales, pero para mí son solo el reflejo de la actualidad cubana”.

Dagmar es escéptico cuando habla de las instituciones culturales cubanas, las cuales no aceptan lo que hace. “Los funcionarios dicen que mis letras son muy crudas, y que no me formé musicalmente en el sistema escolar, por eso me uní al movimiento underground, para sobrevivir como artista”.

Como buen cubano Dagmar no olvida a quienes le ayudaron en los inicios y siempre tiene frases de elogio para su amigo Juanito Kamancola, y los integrantes de Cuba Libre, Cero Negativo y Escuadrón Patriota. “Porque gracias a ellos pude dar a conocer la música que hago”.

“Hace unos meses –recuerda- intenté presentar el proyecto de un concierto en la Asociación Hermanos Saíz, pero se desentendieron del asunto y nunca me llamaron, por eso anclé para siempre en el movimiento underground, pues allí compartimos una visión particular de la sociedad cubana actual y la expresamos a nuestra manera”.

En los rincones más inimaginables de La Habana, los jóvenes se reúnen y tararean algunas de las canciones más conocidas de Dagmar como: “No te fundas,” “Hace falta Money,” “Entre cuatro paredes,” y “Guajira”. Muchos de ellos no lo conocen, ni lo han visto, ni escuchado jamás cantar, pero saben que existe y se pasan de mano en mano las letras y los acordes. Para él ese es el mejor y el más grande de los premios.

“Esas son historias que están por escribirse, -concluye- que hablan de la voluntad, de la esperanza, de la necesidad de expresar con todos los colores y matices la realidad en que se vive y que no se escucha, ni se ve en la radio o la televisión. Si eso significa ser underground, es entonces un orgullo”.

Atrás


Comentarios   Dejar un comentario
Tomás
28 de enero, 2013 5:52 pm (GMT-5:00)
A Dagarm lo escuché por primera vez por casualidad. Mi hija tenía un disco con sus canciones y los contenidos y la forma de presentarlos me encantaron. Desde entonces descubrí muchas cosas buenas de la música underground en Cuba, y ahora disfruto muchas de ellas. Que conste que no soy tan viejo, pues solo tengo 37 años. Gracias por lo que publican, espero que sigan haciendo cosas como esta.