Jazz que viene del mar...



Los romanos decían: Nomen est omen, que significa “el nombre es presagio”. Este proverbio que se remonta al parecer a Plauto, nos advierte sobre la posición que debemos asumir al escuchar el nombre del grupo femenino de jóvenes jazzistas: Alami. Su directora y voz nos cuenta que la designación surgió a partirde una sugerencia de su abuela Iyá Okún, que deseaba bautizar a su recién nacido nieto así: Alami, y que es el nombre del conjunto de piedras femeninas atribuidas a la deidad afrocubana Yemayá-Olokun, que en la mitología Yoruba son las que emiten el sonido de las sirenas. Al saber todo esto, nos damos cuenta que es un excelente nombre para un grupo compuesto por cuatro muchachas, todas en sus primeros 20, que se nombran Daymé Arocena (cantante), Dánae Olano (piano), Damaris del Rey (bajo) y Diana Rosa Suárez (percusión). Y que prometen un ascenso sin obstáculos en la preferencia de los amantes del género.

PMU: ¿Cuándo, cómo y por qué decidieron unirse?

Daymé: Ni nosotras mismas sabemos. Todo fue espontáneo, después que me cedieron un espacio en el Café Jade mientras aún era estudiante. Dánae y yo comenzamos juntas y después la idea creció con Diana y Damaris, en noviembre de 2011.

PMU: ¿Por qué son todas muchachas?

Daymé: Por el sentido del nombre y por la poca afluencia femenina al género. Ya era hora del jazz femenino en Cuba.

Parece ser que la necesidad de centrarse más en el intérprete que en el compositor, a la vez que se improvisa en términos musicales, se recrea libremente el tema en cada ejecución sobre una determinada estructura armónica, también nace entre los egresados de las escuelas de arte donde se imparte un rígido programa de música clásica y raramente se le permite a los estudiantes explorar sus talentos como instrumentistas “libres”. En este sentido, a pesar de lo ampliamente comercializado que es el jazz latino, género que defiende Alami, es difícil encontrar semejante espontaneidad para incursionar en el género.

PMU: ¿Por qué eligieron el jazz?

Daymé: Es el reto de lo impredecible. Es la más bella forma de la exploración musical, muy y poco explorado al mismo tiempo.

PMU: ¿Qué creen de la salud del jazz dentro de la música cubana?

Daymé: Creo que es un virus potente, pero aún no llega a ser la pandemia.

Alami es un buen ejemplo de cómo la juventud también se preocupa por hacer música y hacerlo bien, desde sus necesidades artísticas, muchas veces sufridas por la incomprensión del público y las barreras de la industria musical para quienes rompen sus esquemas. Si usted quiere disfrutar de esto, lo invito a que vaya todos los viernes a El Cortijo del Hotel Vedado, a las 9:00pm, donde podrá encontrar este jazz que inspira el mar.

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Comentarios   Dejar un comentario
Paquito
20 de febrero, 2013 5:52 pm (GMT-5:00)
Son pocas las mujeres que se animan a hacer este tipo de música, qué bueno, eso me alegra, felicidades a la agrupación y a quien la entrevistó, es algo novedoso y fresco.