Maxim Rock: la imagen de la decadencia oficial
11 de febrero de 2013
En el mes de septiembre de este año, el Maxim Rock cumplirá cinco años. Hasta el momento nadie parece acordarse, ni se habla de conciertos o conmemoraciones. Ahora la noticia es la próxima celebración del Brutal Fest, en cuya organización, al parecer, las “instituciones” intentan quemar las naves.
Un lustro es tiempo más que suficiente para demostrar lo equivocados que estaban quienes vieron en la fundación de la Agencia Cubana del Rock y del Maxim Rock, la solución mágica a todos los problemas de los cultores del género.
En cualquier caso, y para ser lo más objetivos posibles, salvo las visitas de algunas bandas extranjeras, no siempre de la mejor calidad y renombre, lo único que amerita el reconocimiento en estos años es la organización de los Brutal Fest.
Sin embargo, hasta esos festivales tienen sus problemas. El intento de extenderlos fuera de La Habana, está lleno de no pocos desaciertos, porque a las autoridades provinciales de cultura no les interesa mucho el tema.
Muchos ilusos, demasiado entusiasmados con las limosnas rockeras oficiales, aseguran que al menos ello acerca a Cuba al panorama musical internacional, y se quedan extasiados con las presentaciones de bandas en su mayoría mediocres. Pienso que morirían de asombros, si alguna vez en sus vidas tuvieran la oportunidad de asistir a un concierto de las bandas de primera línea.
Para quienes amamos el rock la apertura del Maxim fue todo un acontecimiento, pero no tardamos en darnos cuenta, que era sólo una movida política, una forma de acallar a unos y de intentar sumar a otros al carril oficial.
La instalación es, como se dice en buen cubano, una vieja con colorete, sin acústica, luces, peor sonido, mala administración y mala voluntad encubierta, a la que hay que aceptar, supuestamente, porque es lo ¿mejor? que el movimiento rockero posee.
Los incentivos monetarios de los primeros tiempos se vieron reducidos, la burocracia cultural no incluye en sus esquemas de ingresos a los grupos de rock, el Maxim y su público cuentan sólo en apariencias.
En la actualidad la Agencia Cubana de Rock sólo agrupa a una decena de agrupaciones. El resto de las bandas del país que no están institucionalizadas, no pueden cobrar si actúan en el Maxim. ¿Entonces para qué preocuparse por ello?
Por otra parte, los ingresos de los grupos por concepto de entradas al Maxim se ven reducidos, porque ahora los salarios de los trabajadores del lugar también dependen de ello, por lo que no queda mucho para invertir en grabaciones, discos, videos, posters y promoción.
La realidad es que el movimiento cubano de rock está más lleno de fracasos oficiales que de éxitos. Ajenos al Maxim, las bandas de metal encuentran lugares para tocar y lo hacen, lo que por suerte para unos, y por desgracia para otros, mantienen vivo el rock underground cubano.
Otra arista débil, de las tantas que tiene el Maxim y la Agencia Cubana de Rock, es la presentación en ése escenario de las bandas provinciales. El oficialismo todo lo achaca a las carencias económicas, la falta de presupuesto y otros males recurrentes, con lo que esconden la desidia y el desinterés de instituciones y funcionarios, los cuales quieran o no, cobran sus salarios a costa de los rockeros.
Todo es galimatías y paradojas. Los centros de música popular provinciales están en el deber de apoyar a las bandas bajo sus nóminas, independientemente del género musical que cultiven. ¿Por qué entonces ayudan a otros y no a los metaleros? Es como el cuento de nunca acabar.
La otra cara de la moneda son los festivales. Ahora se apuesta todo al Brutal Fest, y se intenta trasladarlo a provincias. Sin embargo, durante todo el año no hace nada más. La Agencia Cubana de Rock no admite que sus grupos participen en los festivales que se organizan, y estos no tienen presupuesto para pagar a los artistas. Mejor dicho no les pagan a los rockeros.
¿Hasta cuándo y hasta dónde se debe admitir la humillación oficial para con quienes hacen ese tipo de música? Están signados a seguir viviendo en la miseria y pasar por indigentes, para poder mostrar su arte. Es algo totalmente sin sentido.
La supervivencia del movimiento de rock cubano, está hoy, como al principio, en las manos y en la voluntad de sus cultores, porque las instituciones directa o indirectamente solo buscan eliminarlo.
A pesar de tales desmanes, el rock cubano vive para bien y goza de perfecta salud. Cada día son más las bandas que se suman y más quienes asisten a los conciertos, donde quieran que estos se puedan dar a lo largo y ancho del país.
La Agencia Cubana de Rock y el Maxim Rock, seguirán allí, quizás por poco tiempo, pero de seguro servirán de testimonio histórico de la mascarada institucional que huye de lo genuino, de lo auténtico, sólo porque suena diferente. Ellos no son más que una pequeña parte de la fachada oficial que intenta enmascarar su decadencia.
Comentarios Dejar un comentario
11 de febrero de 2013
En el mes de septiembre de este año, el Maxim Rock cumplirá cinco años. Hasta el momento nadie parece acordarse, ni se habla de conciertos o conmemoraciones. Ahora la noticia es la próxima celebración del Brutal Fest, en cuya organización, al parecer, las “instituciones” intentan quemar las naves.
Un lustro es tiempo más que suficiente para demostrar lo equivocados que estaban quienes vieron en la fundación de la Agencia Cubana del Rock y del Maxim Rock, la solución mágica a todos los problemas de los cultores del género.
En cualquier caso, y para ser lo más objetivos posibles, salvo las visitas de algunas bandas extranjeras, no siempre de la mejor calidad y renombre, lo único que amerita el reconocimiento en estos años es la organización de los Brutal Fest.
Sin embargo, hasta esos festivales tienen sus problemas. El intento de extenderlos fuera de La Habana, está lleno de no pocos desaciertos, porque a las autoridades provinciales de cultura no les interesa mucho el tema.
Muchos ilusos, demasiado entusiasmados con las limosnas rockeras oficiales, aseguran que al menos ello acerca a Cuba al panorama musical internacional, y se quedan extasiados con las presentaciones de bandas en su mayoría mediocres. Pienso que morirían de asombros, si alguna vez en sus vidas tuvieran la oportunidad de asistir a un concierto de las bandas de primera línea.
Para quienes amamos el rock la apertura del Maxim fue todo un acontecimiento, pero no tardamos en darnos cuenta, que era sólo una movida política, una forma de acallar a unos y de intentar sumar a otros al carril oficial.
La instalación es, como se dice en buen cubano, una vieja con colorete, sin acústica, luces, peor sonido, mala administración y mala voluntad encubierta, a la que hay que aceptar, supuestamente, porque es lo ¿mejor? que el movimiento rockero posee.
Los incentivos monetarios de los primeros tiempos se vieron reducidos, la burocracia cultural no incluye en sus esquemas de ingresos a los grupos de rock, el Maxim y su público cuentan sólo en apariencias.
En la actualidad la Agencia Cubana de Rock sólo agrupa a una decena de agrupaciones. El resto de las bandas del país que no están institucionalizadas, no pueden cobrar si actúan en el Maxim. ¿Entonces para qué preocuparse por ello?
Por otra parte, los ingresos de los grupos por concepto de entradas al Maxim se ven reducidos, porque ahora los salarios de los trabajadores del lugar también dependen de ello, por lo que no queda mucho para invertir en grabaciones, discos, videos, posters y promoción.
La realidad es que el movimiento cubano de rock está más lleno de fracasos oficiales que de éxitos. Ajenos al Maxim, las bandas de metal encuentran lugares para tocar y lo hacen, lo que por suerte para unos, y por desgracia para otros, mantienen vivo el rock underground cubano.
Otra arista débil, de las tantas que tiene el Maxim y la Agencia Cubana de Rock, es la presentación en ése escenario de las bandas provinciales. El oficialismo todo lo achaca a las carencias económicas, la falta de presupuesto y otros males recurrentes, con lo que esconden la desidia y el desinterés de instituciones y funcionarios, los cuales quieran o no, cobran sus salarios a costa de los rockeros.
Todo es galimatías y paradojas. Los centros de música popular provinciales están en el deber de apoyar a las bandas bajo sus nóminas, independientemente del género musical que cultiven. ¿Por qué entonces ayudan a otros y no a los metaleros? Es como el cuento de nunca acabar.
La otra cara de la moneda son los festivales. Ahora se apuesta todo al Brutal Fest, y se intenta trasladarlo a provincias. Sin embargo, durante todo el año no hace nada más. La Agencia Cubana de Rock no admite que sus grupos participen en los festivales que se organizan, y estos no tienen presupuesto para pagar a los artistas. Mejor dicho no les pagan a los rockeros.
¿Hasta cuándo y hasta dónde se debe admitir la humillación oficial para con quienes hacen ese tipo de música? Están signados a seguir viviendo en la miseria y pasar por indigentes, para poder mostrar su arte. Es algo totalmente sin sentido.
La supervivencia del movimiento de rock cubano, está hoy, como al principio, en las manos y en la voluntad de sus cultores, porque las instituciones directa o indirectamente solo buscan eliminarlo.
A pesar de tales desmanes, el rock cubano vive para bien y goza de perfecta salud. Cada día son más las bandas que se suman y más quienes asisten a los conciertos, donde quieran que estos se puedan dar a lo largo y ancho del país.
La Agencia Cubana de Rock y el Maxim Rock, seguirán allí, quizás por poco tiempo, pero de seguro servirán de testimonio histórico de la mascarada institucional que huye de lo genuino, de lo auténtico, sólo porque suena diferente. Ellos no son más que una pequeña parte de la fachada oficial que intenta enmascarar su decadencia.
Comentarios Dejar un comentario
- Leonel
- 26 de marzo, 2013 10:25 am (GMT-5:00)
- Revisando la pagina encontre esto, el que lo escribio te la comiste, muy bueno, y que falta hacen las instituciones, que hacen muy poco a nada, si existen músicos que no dejan caer estos géneros y los exponen aquà y allá y donde sea
- 26 de marzo, 2013 10:25 am (GMT-5:00)
- Carlos Emilio
- 22 de febrero, 2013 5:32 pm (GMT-5:00)
- El Brutal Fest quedó en el olvido como quedan las propagandas de conciertos de este género musical, pero la buena noticia es que no por eso la gente, sobre todo joven deja de buscar las presentaciones de hip hop, rap o rok, y el brutal fest, lo que le pasa en que no es prioridad para ninguna institución, esperemos que este página, saque algo. La pag está buena, me la recomendó un amigo, gracias por publicar cosas como esta y otras que he leÃdo.
- 22 de febrero, 2013 5:32 pm (GMT-5:00)
- Ramiro
- 20 de febrero, 2013 5:58 pm (GMT-5:00)
- La verdad es que las instituciones culturales en Cuba que difunden este tipo de música son pocas, y eso que es un género muy gustado en la Isla, esperemos que eso cambie, mientras tanto los rokeros tendrán que seguirse buscando su espacio a codazos y empujones, como lo hacen, y del Brutal Fest no se sabe ni papa, claro nada de eso se difunde tampoco. Ustedes sacarán algo??
- 20 de febrero, 2013 5:58 pm (GMT-5:00)