Tocando música en serio en La Habana

25 de febrero de 2013



Transitando por la escena musical underground cubana he conocido bandas de inmensa calidad, ese es el caso de Habana en Serio. Lo curioso es que su integrante de mayor edad no rebasa los 23 años. Cuando los escuché por primera vez me sorprendió su oficio musical y profesionalidad.

La alineación de Habana en Serio es Liván Marrero, director, guitarra, voz, arreglos y composición; Sarah Lias Montero, voz principal; Osmel Vasallo, batería; y Rodolfo Martínez en el bajo.

Varios de sus componentes formaron parte de otras agrupaciones tales como Klaudia con K y Empty Space. Han transitado del heavy metal hasta el blues rock. Su desarrollo musical ha devenido en la fusión de varios géneros musicales.

A pesar de su juventud son muchachos muy juiciosos y maduros, antes de comenzar la grabación de su disco realizaron una encuesta entre numerosas personas para conocer de qué estaba ávido por escuchar el público. Acto seguido se encerraron en el estudio particular de Hurricane Records por más de 6 meses hasta concluir el disco.

Su familia los ha apoyado contra viento y marea para la consecución de su sueño. Su calidad rebasa nuestras fronteras. Por el momento se auto producen, pero esperan una oportunidad que por supuesto no les caerá del cielo. Van por buen camino, el 24 de febrero debutaron en vivo como teloneros de Ernesto Blanco en el teatro Bertolt Brecht.

Su eclecticismo musical me sorprende, tocan diversos estilos casi a la perfección, basados en años de estudio empírico.

No me cabe duda de que los muchachos de Habana en Serio triunfarán porque ya han logrado mucho, se han impuesto a grandes obstáculos y tienen un futuro por delante.

Una mañana su director Liván Marrero se sinceró con PMU.

“No tenía aspiraciones musicales, yo quería ser ingeniero. Matriculé en la CUJAE en la carrera de Ingeniería Mecánica. En aquel momento me gustaba mucho el rock, AC/DC, Rammstein y The Rolling Stones. Participé en muchos festivales de aficionados universitarios. Un amigo de Arte y Letras me invitó a cantar en un grupito que tenía. Nos presentamos en el teatro Astral y tuvimos éxito. Ahí me embullé y comencé a recibir clases de canto con un profesor de apellido Chávez, quien fue alumno de Pavarotti. Estudié con él por casi 6 meses. Luego me interesó la guitarra y mi papá me regaló una acústica. Mi primer profesor fue Félix, quien era guitarrista de Dimensión Vertical y tocó con X Alfonso en el 2006. Un hombre muy educado”.

“Cantando y tocando guitarra me sentía más suelto en el escenario. Dejé la carrera de ingeniería, pues no me iba bien y me di cuenta que lo mío es la música. Mi familia rechazó mi decisión, pensaron que me iba a quedar en el aire, pero me propuse ser artista. Poco tiempo después me llamaron a fundar un grupo de música fusión llamado ES3, hacíamos punk con arreglos cubanos, cantados en español. Una línea Diana Fuentes o X Alfonso. Le puse mucho empeño pero desgraciadamente otros integrantes no tenían mucho interés. Al año se fue a pique. Así me quedé en el aire. No me rendí y Alex Herrera me convocó a integrar la banda Andrea. Allí fui el guitarrista líder. Al cabo de los dos meses dejé por completo el canto y me dediqué exclusivamente a mi instrumento. Dupliqué las sesiones de clases con Félix. No hicimos mucho, lo más destacado que recuerdo fue una presentación en la Casa de la Cultura del municipio 10 de Octubre. Luego el director del grupo se fue del país por causas familiares y el grupo se desintegró”.

“Alex y yo decidimos fundar el conjunto Empty Space, con la cantante Sarah Lias Montero, Osmel Vasallo en la batería y Fernando Peña Rodríguez como bajista. Empezamos a hacer un rock muy nuevo, súper fresco, es raro escuchar un grupo tocando rock duro con una mujer como vocalista. Todo melódico, un trabajo muy interesante, pensado y muy bien estructurado”.

“Nos nominaron al premio Cubadisco 2011 por el demo Buenas nuevas para todos. Las canciones las hicimos en mi casa. Contactamos a un productor y buen amigo, Alberto Rodríguez de Artemisa. Fuimos para allá todas las semanas y lo grabamos. Culminamos un trabajo bien serio, meticuloso de 10 temas. Competimos en la categoría rock metal y el premio Cubadisco se lo llevó Dead Point”.

“Estuvimos un año y pico en escena dando tumbos, en La Madriguera, el Maxim Rock, donde nos llamaran a tocar ahí estábamos. Al final todos nos cansamos, hubo quizás un poco de rechazo institucional. Teníamos muchas aspiraciones y dejamos un segundo disco en pre producción. Se iba a titular Teoremas. Todo el que ha escuchado esas canciones nos ha dicho que fue una lástima que nuestro proyecto se frustrara”.

“No sé por qué el rechazo, entramos en la Asociación Hermanos Saiz sin problemas, que es la institución que mas respaldo le brinda a los artistas aficionados, junto al programa televisivo Cuerda Viva, que ojalá nunca lo saquen del aire, aunque hay sus rumores. De no ser por ellos quizás no hubiéramos durado tanto o no se hubiera hecho nada. No estuviera yo dándote esta entrevista. Los funcionarios estigmatizan a los roqueros de mala manera. Oyen una guitarra eléctrica y se erizan. Discriminan a los peludos y no nos dejan vivir”.

“Empty Space iba muy bien, a mucha gente le gustaba, les refrescábamos su idea del rock. Hasta hicimos un video clip que pasó por el programa televisivo Lucas de manera muy sutil. Imagínate, creo que en ese programa hay bastante favoritismo”.

“Recuerdo que un amigo, José Antonio Silverio, me habló sobre los problemas que existen hoy en día en Cuba con la música joven. Él lo describe como si fuera una botella con un corcho, que está ahí vitalicio y no deja pasar a los demás. A saber cuándo lo van a quitar”.

“Hubo problemas internos en nuestra banda en febrero de 2012, a raíz de todas esas discriminaciones y decidí disolverla. Sarah y Osmel siguieron conmigo, pero por supuesto coincidimos que teníamos que quitarnos el estigma de encima. Hablé con mi familia y los convencí de hacer una inversión para poner un estudio de grabación en el Vedado. Se compró equipamiento, se acomodó el local y fundé un sello independiente llamado Hurricane Records. He producido los discos de los grupos Breaking Blessings, Dead Point y Foxy, así como del solista Enmanuel Ochoa, muchachos que no se conocen que son underground como nosotros”.

“Mi familia me ayudó mucho a conseguir los equipos para el estudio de grabación. Salimos para la calle a buscar las cosas, nos metimos en Revolico.com. Lo montamos en casa de Osmel, mi baterista, allí en un cuarto grandísimo. Muy buena inversión, las familias de todos ayudaron”.

“En mayo de 2012 convocamos al bajista Rodolfo Martínez y creamos la banda Habana en Serio. Nos centramos en hacer otro tipo de música, comenzamos a beber de otra agua. No nos quitamos del rock, pero nos basamos en lo hecho en los 70 y los 80 fusionado con la música electrónica de nuestros días”.

“Te voy a hablar de mis compañeros, el baterista Osmel Vasallo, es un joven que tiene 18 años, lo conocí cuando tenía 15, él tocaba en una orquesta de guitarra clásica. Es completamente autodidacta y un día nos dimos cuenta que tenía una batería tirada en su casa y estábamos buscando quién tocara ese instrumento en el grupo Andrea. Él asumió la tarea. Empezamos a compartir y vimos que teníamos montones de gustos parecidos. Osmel a pesar de ser muy joven es maduro y responsable. Es de carácter firme y tiene opinión propia. Nos hicimos muy buenos amigos, es un músico muy versátil, lo que no sabe lo estudia y lo toca, y sale algo parecido a lo que escuchó pero con estilo propio. Es genial tocando guitarra y batería. Estuvo en el grupo Klaudia con K y es fundador junto conmigo de Empty Space y Habana en Serio”.

“Sarah Lias, de 22 años de edad, es la vocalista más joven, más seria y con más aspiraciones que conozco. La escucho cantando desde hace 5 años, ella estaba metida en el punk y en el rock duro. Es dueña de una proyección escénica increíble. Después se puso a estudiar canto de a lleno. No le gusta el canto lírico, le gusta lo popular. Fusilando las cantantes jóvenes extranjeras se ha hecho de un estilo muy peculiar de ejecutar las canciones. También estudia piano. Ella es mi mano derecha, me ayuda con los arreglos. Hago las canciones pensando en ella. Los dos componemos las letras. Tenemos una relación de amistad bastante fluida”.

“Rodolfo Martínez, nuestro bajista, es un muchacho de 19 años de edad que le gusta la música en general. No tiene preferencia por género alguno. Escucha música a todas horas. Estudió con Aldo Nosti, bajista de Isis Flores. El estaba en la misma orquesta de guitarra clásica de Osmel, por ahí lo conocimos”.

“Los cuatro tenemos una cohesión inmensa y por eso decidimos hacer un disco, sin presentarnos en vivo, solo enfocarnos en hacer algo que valga la pena. Hicimos una encuesta con personas de diferentes edades, salimos a la calle a preguntar qué quería la gente, qué les gustaría escuchar de un grupo joven de pop cubano. Las cosas que las personas no quisieran escuchar no las tocamos, ni pasamos por ahí. Solo hicimos lo que pudiera funcionar. Hasta ahora a todos les ha gustado”.

“Dos meses después contacté a Ernesto Blanco para que también me diera clases de guitarra. El otro profesor no podía, tuvo una hija y se complicó aquello. Ernesto es tremendo profesor, tiene un talento inmenso. Me transmitió muchísimas cosas y mi estilo ahora es completamente diferente ya que estoy estudiando de verdad. He mejorado muchísimo en 4 meses. También me está ayudando José Luis Beltrán, guitarrista de Ivette Cepeda. Una persona que toca bien diferente a Ernesto, vengo con dos hilos conductores tratando de fabricar mi propio estilo”.

“En octubre de 2012 terminamos las 12 canciones del disco Renacer, auto producido, ninguna institución puso las manos, nadie conocido trabajó en él. Le pusimos Renacer, porque nos identificamos mucho con esa palabra, por todo lo que hemos pasado. En realidad es un renacimiento de nuestra música y lo presentamos nuevamente a los premios Cubadisco de este año, veremos a ver qué pasa. Quisimos un debut a la altura de nuestras aspiraciones.”

“Además, estamos una vez más en los trámites para ingresar en la Asociación Hermanos Saíz, ahora con el nombre de Habana en Serio. Aunque a veces su apoyo se siente solo como un pequeño empujoncito. Se le agradece muchísimo pero es insuficiente”.

“La proyección de nuestras vidas está puesta en Habana en Serio. Hemos dejado el corazón y estamos haciendo nuevas canciones, mucho más trabajadas. Nuestra meta es que nos tomen en serio. Por eso nos llamamos así. Que tomen en serio a toda una generación de músicos que hay en Cuba sin amparo institucional, pero que estamos haciendo quizás mucha mejor música que algunos que están emplantillados en empresas por ahí, que sacan discos y salen en la televisión y en la radio, y sin embargo no están haciendo nada novedoso y fresco. No es que lo diga yo, lo dice todo el mundo. Algunos que salieron hace unos años, gente fantasma que porque viven en el extranjero y tienen un poco de dinero y debido a ellos hacen su historia y los promueven. Nos gustaría que los productores y las casas disqueras abrieran un poco el diapasón y vieran que dentro de nuestra generación de músicos de la calle hay mercado para explotar”.

“Estoy seguro que no todo lo que se vende fuera de nuestras fronteras es música tradicional cubana. Hay un mercado latinoamericano y europeo que se puede explorar con productos de música pop cubanos, hasta en los Estados Unidos y Canadá se pudieran alcanzar ventas considerables. Pero me parece que no les interesa. La imagen que quieren mostrar es la misma de hace 50 años, de la música tradicional, del tres y de Compay Segundo”.

Habana en Serio lleva a cabo un trabajo musical novedoso para la escena underground cubana. Estos muchachos tienen el alma más grande que su cuerpo y se imponen ante las trabas y vicisitudes inmersas en su carrera artística. Hacen las cosas lo mejor posible sin maltratarse. No esperan que el reconocimiento del público les caiga del cielo, luchan por él y les va la vida en el empeño. Son voceros de su generación, tienen mucho que decir al mundo, que no todo el talento está en las escuelas de música. Existe otro mundo sonoro paralelo, underground, que en ocasiones tiene muchísima calidad.

No les quepa duda que en La Habana se hace música en serio.

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