Felipe Surich, sólo busca su camino



Paseando una tarde de sábado me lo encontré rodeado de amigos haciendo palabra hablada en el muro del malecón. Felipe Surich Záez es como cualquier muchacho de 20 años, soñador, osado, con esperanzas de un futuro mejor. Conocido artísticamente como MalconBabie, se considera un poeta callejero underground. Su rima es cadenciosa, el látigo de su palabra no necesita acompañamiento musical. De cualquier temática te hace un rap, aunque prefiere la protesta social contra la discriminación racial o de género.

Luce como un rastafari aunque en realidad ama el hip hop. Sus ídolos son 50 Cent, SnoopDog y TupacShakur.

Felipe no es fácil de convencer, siempre espera la respuesta adecuada a sus exigencias, entre rones me habla sobre sus experiencias artísticas: “Lo de artista me viene desde muy pequeño. Hice las pruebas para ingresar a la Escuela de Instructores de Arte pero cuando les dije que mi objetivo era entrar a San Alejandro me desaprobaron. No me rendí, soy pintor y músico empírico”.

“Inicié mi carrera el 10 de agosto de 2012, mi primera letra, mi primera grabación, mi primer video. Tengo un grupo que se llama Malcon Babies. Sunombre es un homenaje a Malcolm X, esa gran figura de la política y cultura norteamericana y nosotros nos sentimos como sus hijos. Somos varios raperos del municipio de Arroyo Naranjo”.

“Yo mismo hice mi estudio de grabación donde produzco mis temas. El dinero para cultivar mi pasión por la música proviene del sudor de mi trabajo, ahora mismo trabajo en el Ministerio de Salud Pública como Inspector de la Campaña contra el mosquito Aedes Aegypti”.

“Antes de hacer hip hop cultivé el break dance, la palabra hablada.Mis influencias musicales son todas las de la raza negra, el hip hop principalmente. No me siento bien porque en Cuba el reggaetón como que está acabando con el hip hop, no lo está dejando desarrollarse y el hip hop tiene su onda, su vibra”.

“Las personas siguen a la moda y se olvidan de la calidad de las letras. Creo que la moda es la esclavitud de masas. Aunque no les guste un género determinado hay que escucharlo porque está de moda. No estoy de acuerdo con eso. Sin embargo el reggae sí me gusta, creo que sí tiene mucha calidad”.

“El ser músico hoy en día no es un profesión fácil, yo mismo tengo que programarme los backgrounds porque por la calle están bien caros, me pueden salir hasta en 15 CUC y ese es mi salario de un mes. A lo mejor un amigo me regala uno, pero lo más seguro es que tenga que plagiar uno de 50 Cent”.

“Mi estudio de grabación se encuentra en el cuarto donde vivo con mi mamá. Imagínate la música alta le molesta y las discusiones son grandes. No puedo grabarles a otros artistas porque aún no tengo mucha experiencia como productor”.

“Mis temas se basan en la música conciencia, mensajes constructivos, sobre la vida, en contra de la maldad, contra el robo y contra la represión, letra para eso me sobra”.

“Tengo mi peña los últimos sábados de cada mes en la Casa de la Cultura de Mourlines en Párraga, cerca de la funeraria. El espacio es amplio pero el audio tenemos que llevarlo nosotros mismos. El presupuesto es de nuestro sacrificio. El pagar entre 50 a 80 dólares por un audio para hacer un concierto en un teatro es una locura para nosotros. No podemos darnos ese lujo, así que por el momento esa idea no pasa por mi cabeza”.

“Soy un amante de la música de otros tiempos, me gusta el jazz, funk, ritmo y blues, y el soul”.

“Hace unos días termine mi primer disco titulado Mi comienzo, y hoy grabé el Intro del próximo al que llamaré S.Z, las iníciales de mis apellidos”.

“Vivo para el arte con el apoyo de mis compañeros, de mi abuela y mi madre. Dentro de mi piquete Malcon Babies, hay dos muchachos que tienen el carnet de la Asociación de Jóvenes Artistas Aficionados Hermanos Saíz, pero el apoyo que hemos recibido es nulo. Eso dificulta nuestras presentaciones. Queremos hablar en La Madriguera a ver si podemos dar un concierto allí. Pienso que guste, que quede labrado, porque lo nuestro es un hip hop que es conciencia, que es revolución, es protesta y estamos dentro de nuestro contexto social.Además nuestra música tiene calidad, porque varios músicos experimentados y de escuela nos han escuchado y les hemos gustado”.

“Me inspiro en lo que me sucede a mi alrededor todos los días para hacer la palabra hablada. Soy un rapero que da un paso al frente cada vez que lucha por su sueño de ser artista. Mis convicciones están siempre presentes en mis ideas y actos, a veces me faltan fuerzas para la pelea pero siempre salgo airoso de las pruebas que me impone la vida”.

“La gente habla mucho de Los Aldeanos, pero en La Habana existen otros raperos que cantan la verdad. La censura no está sólo a nivel de Estado y Gobierno, sino está en nosotros mismos. ¿Quién es Surich? ¿Quién es Záez? Así, es el loco ese. No es así tan fácil. Soy el loco ése, pero que escribe lo que siente, que canta lo que le nace. A través de mis letras hago mis sueños realidad.Mis coros son reales, no son esos de que tengo 10 millones ni 300 relojes. Yo hablo de las cosas duras que tenemos que hacer todos los días para llevarnos el pan a la boca. Hay que quitarse la venda y ver la realidad. Por eso muchos dicen que mi música es dura, áspera.Pero solo soy un muchacho que va por el mundo buscando camino, fe e ilusión”.

Felipe Surich Záez lleva poco tiempo en la música, pero ha sido intenso. No entiende los facilismos que rondan la escena musical cubana actual. Prefiere mantenerse en el mundo underground. La calle es su escenario. Su grupo Malcon Babies revuelven Párraga con su prosa. Felipe sueña con hacer un concierto gratuito en cualquier teatro de la Habana y grabar un featuring con su padrino musical Pepito Scull, a lo “Gangsta´s Paradise” de Coolio y L.V.No se rinde y prepara condiciones para su salto a la fama.

Felipe camina por la ciudad nutriéndose para reflejar la temática social. Al escuchar sus palabras uno se contagia con su entusiasmo y ansias de protesta.

Muchos de nosotros quisiéramos tener los medios para grabarle un demo decente. Mientras tanto nos contentamos con oír sus rimas una tarde en el Malecón. Pero cuidado, no somos pocos los que disfrutamos de su arte real y sincero, por todas esas cualidades lo apoyaremos siempre.

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