Negro Kriollo, la mejor identidad posible



Si Usted tiene la oportunidad de conversar alguna vez con cualquiera de los exponentes del rap cubano underground, o con algunos de sus muchos seguidores, y pregunta por Alcaild López Arceo, la mayoría de ellos le contestará que no lo conocen, pero si indaga por el Negro Kriollo, de inmediato la respuesta será afirmativa,acompañada de amistosos gestos y sonrisas.

Negro Kriollo, como todo el mundo lo conoce, es mucho más que el nombre artístico de uno de los mejores raperos de la Isla, la agudeza y contemporaneidad de sus textos, no dan espacio a la marginalidad, aunque constituyen casi una recopilación de la degradación moral de la sociedad cubana de los últimos tiempos.

Sin embargo, quizás la faceta más conocida de Alcaild es su labor como promotor y difusor de la obra de los raperos cubanos, a la cual le dedica la mayor parte de su tiempo. Gracias a su empeño, seriedad y preparación teórica, una emisora de radio habanera le cedió un pequeño espacio semanal tarde en la noche, que permite a los interesados mantenerse informados del que hacer de los raperos capitalinos. Para Negro Kriollo eso no es más que el comienzo de un largo camino que al final lleve al reconocimiento del rap como la alternativa socio-cultural de la música de estos tiempos.

“Para mí -afirma- el movimiento de rap cubano es como la vanguardia trovadoresca nacional, aunque las autoridades no quieran reconocerlo así. Hemos alcanzado madurez,tenemos la suficiente repercusión social y las personas escuchan lo que hacemos”.

“Lo que nos diferencia -agrega- es que con mayor realismo y de manera más abierta y directa abordamos temas vedados como la pérdida de valores de la sociedad, las necesidades de la población, la prostitución, la discriminación racial, los estereotipos, las conductas y las preferencias sexuales”.

“Los raperos -enfatiza- abogamos por el derecho de las personas a tomar decisiones libremente, a ser consecuentes con su credo y su discurso político, a pesar de que ello se contraponga a la mirada oficial”.

Alcaild hace un alto, como si quisiera ordenar los pensamientos y sentencia: “el rap provocó un choque cultural en la nación. Algo que no se esperaban las autoridades, no nos comprenden, ni tampoco lo intentan. No saben, ni buscan la mejor manera de tratarnos”.

Negro Kriollo se define como un cultor del llamado hop espiritual, aunque siempre destaca la base de los problemas sociales que trata en sus obras, entre las que sobresale el tema “Balseros”, que tiene como eje el fenómeno mundial de la emigración, las penurias, añoranzas y experiencias de los cubanos en Estados Unidos.

En la actualidad Negro Kriollo dedica la mayor parte de sus energías a la consolidación del Proyecto Identidad, que intenta ofrecer la verdadera imagen del mundo del rap cubano en los medios de difusión, aunque reconoce debe sortear numerosos e importantes obstáculos. “El primero es el desconocimiento casi general de lo que hacemos, así como la falta de reconocimiento de lo que el rap puede aportar a la sociedad. Lo segundo es el desinterés de los funcionarios institucionales que tienen en sus manos la posibilidad de concedernos esa oportunidad. El tercero es la falta de un programa o plataforma del rap cubano. Este último podría haberse solucionado hace mucho tiempo, pero la desidia de la Agencia Cubana del Rap, no lo permite. Institución al fin y al cabo, les interesa mantenernos desunidos. Les falta visión y a nosotros también”.

“Triunfe o no el proyecto -sentencia- yo siempre estaré orgulloso de lo que hagan los raperos, y de ser parte de esta pequeña historia de la música y la sociedad cubanas. Hay dos cosas que no podré cambiar nunca, ser Negro Kriollo, esa es la mejor identidad posible”.

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