Volvió el rap a Alamar

25 de marzo de 2013



Alamar, la capital del rap cubano, festejó por todo lo alto el reinicio de los Festivales de Invierno, gracias al esfuerzo de muchos, la buena intención de otros, y los enormes deseos de rescatar esa tradición juvenil.

En esta ocasión, especialistas y raperos de La Habana, Matanzas y Holguín se reunieron durante tres días (22-24 de febrero) para compartir ideas, teorizar sobre el presente y futuro de la manifestación, y compartir en las noches con un público ávido de escuchar y moverse al compás de las contagiosas letras.

Las sesiones teóricas del Festival se desarrollaron en la galería Fayad Jamis de la Casa de la Cultura, y los conciertos en el Anfiteatro alamareño. De forma paralela se produjeron presentaciones de libros y publicaciones periódicas.

Entre los temas debatidos destacaron la percepción institucional del movimiento hip hop, así como el desarrollo de géneros como el spoken word y las tribus urbanas.

Agrupaciones como Renovación Urbana, Nene Urbano, El Puro MC, El Chamaco, El Forastero, Las Cálidas (Holguín), La Academia (Matanzas) y Negro Kriollo, demostraron cada noche la valentía, la alta percepción crítica y la creatividad de los raperos cubanos.

Sin dudas, el Festival de Rap de Invierno en Alamar, se consolida como una interesante alternativa cultural que permite echar un vistazo y evaluar el quehacer, y la vitalidad de ese polémico género.

Rodolfo Rensoli, historiador, fundador y promotor del Festival de Rap de Alamar aseguró: “...este festival se propuso ser mucho más creativo y riguroso. Contamos con algunas muy buenas y sorprendentes iniciativas, así como con mayor afluencia de público”.

“Avanzamos –afirmó Rensoli-, hacia el reconocimiento de una identidad que marca tradiciones, a pesar de que el festival no persigue la idea de trabajar para las grandes figuras, sino para las revelaciones y la gente humilde, aunque se presentaron agrupaciones como La Alianza, que para muchos es la segunda de Cuba detrás de Los Aldeanos”.

“También es digno destacar –concluye-, el trabajo del colectivo del anfiteatro de Alamar, que sin ningún recurso se propusieron reanimar el espacio para el Festival, y se encargaron de promocionar la nueva imagen de la cita”.

Esta nueva versión del Festival de Rap de Invierno en Alamar, entre otras cosas importantes, hizo justicia y renovó el concepto de regresar el género a sus predios originarios.

Quizás las actuaciones y los discursos de los nuevos actores no fueran tan relevantes, pero se integran al esfuerzo colectivo por reescribir y repensar la historia actual de la sociedad cubana manteniendo un lenguaje artístico duro, directo y entretenido.

Ello confirma la máxima de que es imposible explicar y entender la cultura cubana actual sin la sonoridad y el pensamiento de la cultura hip hop, en cuyo panorama divulgativo se incluyen los productores clandestinos o domésticos, los cuales también estuvieron presentes en el Festival.

Sin embargo, lo más importante del Festival fueron los representantes de las nuevas generaciones de raperos, que con una capacidad de adaptación extraordinaria inundan el país, y aprovechan todas las oportunidades que se les ofrezcan.

El Festival de Rap de Invierno de Alamar dio una alerta sobre el crecimiento acelerado de las agrupaciones dentro y fuera de las instituciones, así de la cada vez mayor presencia de mujeres.

Lo mejor, la existencia de la competencia por existir, por el reconocimiento del público, lo que eleva constantemente la calidad del Movimiento, que a pesar de todo continúa defendiendo en términos musicales, sociales y políticos, el sentido de la pobreza, de la marginalidad, de la dignidad, de la necesidad de construir un país diferente.

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