Un grupo musical no nace de la nada

25 de marzo de 2013



Pero éste sí irrumpió en la escena underground santiaguera de un flashazo, después de sólo diez días de ensayos bajo la mole de un edificio de 18 plantas, en un sótano del que tuvieron que salir pronto porque eclipsaban a unos soneros que también ensayaban cerca.

El mes de septiembre en Santiago de Cuba no anticipaba la catástrofe del huracán Sandy. Sin embargo cogía cada vez más fuerza la única peña de reggae de esta región. Todos los viernes desde las 9 de la noche en un lugar que poco a poco perdía la mala fama, la Pista de Baile Pacho Alonso de ARTex en el patio del Teatro Heredia, recibían a los raperos de TNT. Pero ellos le cedieron el espacio a los rasta de la ciudad y de más allá, hombres y mujeres que son vivas imágenes de un no sé qué underground ya familiar en esta ciudad.

Ras Atalaya (Allen García Álvarez) es reconocido aquí en estas calles por sus dotes de improvisación, con guitarras y pianos prestados por cualquiera. Se crió en un barrio famosísimo, San Pedrito. Siempre estaba en la Plaza Dolores, lugar que atrae a los rastas, rumberos y turistas, a pocos metros de la mejor sala de concierto del país, por su acústica.

Allen pare las canciones como si fueran piropos, un cuaderno es poco para una semana. Ya conocía a otros tres rastas: Ras Yuma (Yumay Ramos Danger) que quería hacer voces, Yorgelis Peña Alayo que él mismo se autopropuso de utilero y Ale (Alejandro Pérez Rodríguez) quien estudia batería, cuando se les ocurrió hacer un grupo. Estaban cansados de los cantantes con background, querían bailar música reggae con una banda real, con instrumentos.

La oportunidad se las dio esa fuerza que sólo aparece aquí en Santiago, levantas una piedra y encuentras lo que quieres, y que esta vez vino de la mano de El Prof3 (Rayner Luis Palacios Elers), productor artístico de altos quilates, DJ cuando hace falta, graffitero, y mucho más.

Quizás ya ellos no recuerdan su primera presentación con un audio terrible, terrible, en una de las Noches Santiagueras. Ese festejo de asfalto que en aquel entonces sólo se hacía en la Avenida Garzón. Pero probaron fuerzas y se escucharon sin miedo. La suerte les había llevado además a un pianista sonero, de Sonora La Calle a quien le pusieron Pepe Chucho (José Adrián Coureaux), por el mismísimo Chucho Valdés.

El batacazo fue en la propia Pista Pacho Alonso. Sólo tenían diez días de ensayos, ya habían devorado conciertos en vivo de célebres artistas de reggae, pero no habían buscado un nombre. Llegaron, montaron todo, hicieron pruebas de sonido y a cantar se ha dicho. “Eso está buenísimo”, dijo Adriano el rasta del pelo más largo de Cuba. “Es lo mejor que he visto en mi vida de música de la calle”, confesó Ernesto, otro rasta que no se pierde la peña de los viernes. Joa, artista plástico, quería que la banda se presentara también en otros lugares para que se diera a conocer. Fue casi una hora de reggae ininterrumpido. Habían prendido el fuego. Y como casi siempre pasa, entonces comenzaron a llegar “los prestaos”, a dar opiniones, a proponerse, a querer cambiarlo casi todo.

Apareció la mujer corista, Yuri (Yurisleidis Fernández Lafargue), quien tiene que dividir su tiempo entre la niña y los ensayos de la majestuosa Compañía Danza del Caribe. Vino un percusionista, rasta, profe de la EVA (Escuela Vocacional de Arte), Leo (Leonardo Dolné Limonta). Un fin de semana de esos en los que se pone música reggae en “La cebra” de la Noche santiaguera de Garzón, ya una tradición, se apareció un “temba”, un bajista de buena fe, Rafa (Rafael Leyva Ramos). El mismo día que se celebra la liberación de los negros cubanos, el 10 de octubre, llegó el catalán Pau (Pau Josep Saracho Soler), uno de esos locos españoles que decidió echar más canas aquí, que sabe tocar una guitarra rockera genial y que “no está en ná”.

Con esa increíble mezcla, se les ocurrió grabar un disco. Sólo en una semana se pudo hacer, para aprovechar el tiempo libre que tenía el productor musical Kmerun (Arturo Laourence Mora) y cantante de primer nivel del Coro Madrigalista, en su estudio Yellow Music, ahí en la entrada de Chicharrones.

Y así nació “Only Jah Bless”, o "Sólo Dios Bendice", con 6 temas que ya son conocidos, se reparten de flash en flash, de disco en disco, y hasta se radiaron en la emisora provincial CMKC, como otra buena suerte. Los más gustados: “Contaminación”, “Áfrik” y el propio “Only Jah Bless”.

¿Cuál es la bendición de este grupo?

Ellos son, no lo olviden, Sangre de Reggae.

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