Backspace, buena música imponiéndose a las adversidades
25 de marzo de 2013
Backspace es una banda sui generis, no solamente porque sus integrantes son muy jóvenes y cultivan la música de los 60 y 70, sino también porque es la única agrupación que conozco que su director y guitarra rítmica tiene un solo brazo. Esta contrariedad no amilana a Alexander Martínez González, por el contrario le da nuevos bríos, haciendo que de una manera muy profesional nos regale su arte.
Alexander está acompañado en Backspace por Ernesto Leonel Medina Piñón en la batería, Mercedes “Menchu” Carón Durán en el bajo, Eduardo Angulo Rodríguez en la guitarra líder, Jennifer de la Caridad Batista en los teclados y Yeima Clark Pérez en los coros y percusión menor. Su bajista original Roger Mario Fuentes se marchó a los Estados Unidos obligándolos a comenzar de nuevo.
Esta agrupación de músicos empíricos se fundó el 22 de febrero de 2011 y ensayan en el “Tanque”, local del proyecto comunitario Muraliando en la barriada de Lawton en La Habana. Cultivan los covers de las décadas del 60, 70 y 80 con timbres contemporáneos, que pocos grupos de covers poseen en su repertorio. Por supuesto que no les es fácil conseguir la música de su preferencia y siempre lo hacen por las gestiones de amigos, o muchas veces cuando terminan una presentación, alguien del público se les acerca y les hace una donación musical. Ellos como yo, no vivieron los tiempos de la música que les gusta escuchar, pero la defienden a capa y espada con su pizca de juventud.
Entre sus influencias están Journey, Toto, Deep Purple, Daryl Hall and John Oates, y Bon Jovi. Su estilo musical nos asombra por su buena factura y atractiva proyección escénica. Los temas que prefieren interpretar son “Faithfully”, “Satisfaction”, “Kiss On My List”, “Hold The Line”, “Show Me The Way”, “Dreams” de Van Halen, “Here I Am” de Scorpions, “Please Don’t Go” de KC and the Sunshine Band, “Hard Day's Night” y “Twist and Shout” de The Beatles.
Alexander, un desocupado de 26 años, es el arreglista de Backspace y comenzó en la música desde pequeño en la Casa de la Cultura del Municipio de 10 de Octubre. Totalmente empírico, aprendió con las partituras de la revista Somos Jóvenes, su primera guitarra se la regalaron con un hueco en el cajón. Además de tener un solo brazo, es zurdo, por lo que pasó el triple de trabajo para aprender a tocar la guitarra. Hasta confeccionó un artefacto artesanal como prótesis con un palo de tendedera, una púa plástica, un pedazo de carey que le obsequiaron, y unos tornillos. Esta pieza estaba bien, incluso sonaba como quería, pero se le caía en el escenario. Terminó haciéndole un soporte con las sandalias de su sobrina, un perchero y un pedazo de bigote de antena de televisión.
Alexander ha integrado los grupos Barrio Adentro, AM y Equilibrio, con los que ha tocado en el Maxim Rock, el centro nocturno Delirio Habanero, el Karabalí y en la Gruta, siempre de manera gratuita.
Los miembros de Backspace no pertenecen a la Asociación de Artistas Aficionados Hermanos Saíz y nunca han recibido apoyo institucional alguno. Sus instrumentos son de fabricación casera. Ensayaron por un tiempo en la Casa de la Cultura del Municipio 10 de Octubre hasta que los obligaron a marcharse porque parece que al director de la entidad no le gustaba el rock. Su primer concierto lo dieron en el cine Riviera como teloneros de Doble A. Igualmente actuaron en Escaleras al Cielo con los beatlenianos de Miel con Limón, en el club nocturno El Cocodrilo con Dimensión Vertical, en El Castillito con Los Kents, y en el Submarino Amarillo con Los Tackson, así como participaron en el homenaje que se le brindó a Jon Lord en el teatro Karl Marx.
Según declaró Alexander a PMU, Backspace no existiría sin el apoyo de Manolo Baldrich, director del proyecto comunitario Muraliando, pues en numerosas ocasiones ha sido mal interpretada su obra musical y han sido catalogados como “americanizantes”. No les gusta el reggaetón, ni las letras obscenas, y quieren rescatar la música de la Década Prodigiosa. Afirman para concluir, que nunca se rendirán a las adversidades, sean estas físicas o socio culturales.
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25 de marzo de 2013
Backspace es una banda sui generis, no solamente porque sus integrantes son muy jóvenes y cultivan la música de los 60 y 70, sino también porque es la única agrupación que conozco que su director y guitarra rítmica tiene un solo brazo. Esta contrariedad no amilana a Alexander Martínez González, por el contrario le da nuevos bríos, haciendo que de una manera muy profesional nos regale su arte.
Alexander está acompañado en Backspace por Ernesto Leonel Medina Piñón en la batería, Mercedes “Menchu” Carón Durán en el bajo, Eduardo Angulo Rodríguez en la guitarra líder, Jennifer de la Caridad Batista en los teclados y Yeima Clark Pérez en los coros y percusión menor. Su bajista original Roger Mario Fuentes se marchó a los Estados Unidos obligándolos a comenzar de nuevo.
Esta agrupación de músicos empíricos se fundó el 22 de febrero de 2011 y ensayan en el “Tanque”, local del proyecto comunitario Muraliando en la barriada de Lawton en La Habana. Cultivan los covers de las décadas del 60, 70 y 80 con timbres contemporáneos, que pocos grupos de covers poseen en su repertorio. Por supuesto que no les es fácil conseguir la música de su preferencia y siempre lo hacen por las gestiones de amigos, o muchas veces cuando terminan una presentación, alguien del público se les acerca y les hace una donación musical. Ellos como yo, no vivieron los tiempos de la música que les gusta escuchar, pero la defienden a capa y espada con su pizca de juventud.
Entre sus influencias están Journey, Toto, Deep Purple, Daryl Hall and John Oates, y Bon Jovi. Su estilo musical nos asombra por su buena factura y atractiva proyección escénica. Los temas que prefieren interpretar son “Faithfully”, “Satisfaction”, “Kiss On My List”, “Hold The Line”, “Show Me The Way”, “Dreams” de Van Halen, “Here I Am” de Scorpions, “Please Don’t Go” de KC and the Sunshine Band, “Hard Day's Night” y “Twist and Shout” de The Beatles.
Alexander, un desocupado de 26 años, es el arreglista de Backspace y comenzó en la música desde pequeño en la Casa de la Cultura del Municipio de 10 de Octubre. Totalmente empírico, aprendió con las partituras de la revista Somos Jóvenes, su primera guitarra se la regalaron con un hueco en el cajón. Además de tener un solo brazo, es zurdo, por lo que pasó el triple de trabajo para aprender a tocar la guitarra. Hasta confeccionó un artefacto artesanal como prótesis con un palo de tendedera, una púa plástica, un pedazo de carey que le obsequiaron, y unos tornillos. Esta pieza estaba bien, incluso sonaba como quería, pero se le caía en el escenario. Terminó haciéndole un soporte con las sandalias de su sobrina, un perchero y un pedazo de bigote de antena de televisión.
Alexander ha integrado los grupos Barrio Adentro, AM y Equilibrio, con los que ha tocado en el Maxim Rock, el centro nocturno Delirio Habanero, el Karabalí y en la Gruta, siempre de manera gratuita.
Los miembros de Backspace no pertenecen a la Asociación de Artistas Aficionados Hermanos Saíz y nunca han recibido apoyo institucional alguno. Sus instrumentos son de fabricación casera. Ensayaron por un tiempo en la Casa de la Cultura del Municipio 10 de Octubre hasta que los obligaron a marcharse porque parece que al director de la entidad no le gustaba el rock. Su primer concierto lo dieron en el cine Riviera como teloneros de Doble A. Igualmente actuaron en Escaleras al Cielo con los beatlenianos de Miel con Limón, en el club nocturno El Cocodrilo con Dimensión Vertical, en El Castillito con Los Kents, y en el Submarino Amarillo con Los Tackson, así como participaron en el homenaje que se le brindó a Jon Lord en el teatro Karl Marx.
Según declaró Alexander a PMU, Backspace no existiría sin el apoyo de Manolo Baldrich, director del proyecto comunitario Muraliando, pues en numerosas ocasiones ha sido mal interpretada su obra musical y han sido catalogados como “americanizantes”. No les gusta el reggaetón, ni las letras obscenas, y quieren rescatar la música de la Década Prodigiosa. Afirman para concluir, que nunca se rendirán a las adversidades, sean estas físicas o socio culturales.
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