Un nuevo sonido en la música alternativa cubana



En el panorama actual de la cultura cubana los nuevos proyectos que emergen se apegan con natural desenfado a los géneros musicales que marcan pautas en la historia de la música en la Isla, como el bolero, la trova, el feeling, sin negar por supuesto las tendencias internacionales contemporáneas que con fuerza matizan la creación.

Entre esas sonoridades renovadoras, que sin abandonar las tradiciones nacionales, son capaces de construir innovadoras maneras de defender la canción, se encuentra Estado de Equilibrio, nueva propuesta que aparece en el ámbito alternativo.

Sus canciones nos acercan a temas recurrentes de la vida diaria, pero con énfasis en la visión social de sus jóvenes integrantes. Para lograr esto se apoyan en géneros como el son, bossa nova, reggae y el funk, pero reservando un espacio importante, quizás como sello distintivo, al spoken word, que se define como su principal medio poético.

El formato de Estado de Equilibrio sigue una línea acústica conformada por excelentes instrumentistas, que ofrecen una propuesta interesante, llena de giros melódicos, dinámicas, mucha poesía y atrevimiento.

Irrumpieron en la escena musical alternativa cubana hace poco más de un año bajo la dirección del joven Rogers Arencibia Blanco, que supo encontrar un lenguaje común y exprimir las capacidades artísticas de Celia Pérez Errastre, Duavel César Acosta, Tomás Ramos, y Luis Zayas.

Sin mucho ruido, pero con calidad, Estado de Equilibrio ha compartido escenarios con artistas como Gerardo Alfonso, Raúl Torres y Habana Abierta, y fueron nominados a los premios del programa de televisión Cuerda Viva, en las categorías de Música Alternativa y Orquesta Novel.

A pesar de lo que pudiera considerarse un comienzo de éxito, la opinión de Rogers es diferente: “es muy difícil y complicado promocionarse y encontrar espacios propios para expresarte y que la gente te conozca, más para un grupo como Estado de Equilibrio que no pertenece a ninguna empresa artística, ni organización institucional”.

“La escena alternativa cubana tiene muy buenas propuestas, pero muy pocos espacios, –asegura-, en todo eso tiene mucho que ver el enfoque de las personas que dirigen instituciones como la AHS (Asociación Hermanos Saíz), quienes no marchan al ritmo y a las necesidades de los artistas, amén de que no todos los proyectos le parecen interesantes”.

“El problema está en que no entienden cuánto de irreverente o contestario debe o puede ser un artista, y ellos no pueden ponerle límites a la creación y a la visión de la realidad que tenga cada uno de ellos”.

“Si hacemos arte en estos tiempos, –afirma-, los temas sociales siempre van a estar presentes de una manera u otra en los textos de las canciones. Eso es una característica de la alternatividad cultural, que por cierto se impone cada vez más en el gusto de las personas, aún cuando no gozan de todo el apoyo y la divulgación que tienen otros géneros o tendencias”.

“Las nuevas propuestas, –concluye-, tienen la fuerza de apostar por lo más novedoso, por lo que la gente necesita que le digan, o porque están más cerca de la cotidianidad, y ya no necesitan de tanto apoyo institucional porque las nuevas tecnologías permiten promocionar y divulgar lo que hacemos como nunca antes. Eso le da más posibilidades a la música alternativa de seguir viva y crecer para el bien de la cultura nacional, aunque algunos no lo crean, ni lo deseen”.

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