Lo demás está por ver



“Pequeños momentos de soledad hacen de mí, grandes composiciones” Según Anais, una chica del barrio La Víbora, esta frase resume parte de su existencia, ya que a pesar de ser alegre y espontánea, sus ratos de soledad hacen de ella una mejor compositora.

Anais nos cuenta que desde pequeña le gustaba mucho tocar el piano, al igual que a su padre. Aunque él nunca fue un gran músico, para ella fue un ídolo. “Mi papá lo fue todo para mí, las primeras notas musicales las aprendí con él. Recuerdo que tenía un pequeño grupo musical que se llamaban Los Boliches, los cuales nunca llegaron a tocar la fama, pero gracias a sus presentaciones nunca faltó un plato de comida en mi casa”.

A la escasa edad de 12 años, ya el padre de Anais la llevó a tocar con ellos en algunas presentaciones. “Creo que eso fue lo que definitivamente le dio un rumbo decisivo a mi vida. De pequeña disfrutaba tocar el piano, ver como mi papá lo hacía, pero la verdad nunca lo tomé tan en serio como cuando me dio la oportunidad de presentarme con su grupo”.

Me cuenta como fue esta primera presentación con el grupo de su padre. “Bueno, la verdad estaba muy nerviosa, a tal punto que se me olvidó el empezar de la canción. Tenía duda si empezaba en la menor o en re mayor. La verdad no sabía que iba a hacer, miré al grupo y todos me hacían señas que tocara cualquier cosa que ellos me seguían. Los nervios me dieron por empezar en la menor. La canción empezó y todos me siguieron, en ese momento me sentí muy bien porque pensé que había hecho una buena elección, pero cuál no sería mi sorpresa al terminar la presentación cuando mi padre muerto de la risa me dijo que todo había sido una improvisación, pues la canción realmente empezaba en re mayor”.

Hoy en día Anais ya no se equivoca al tocar porque demuestra su talento en las diversas presentaciones que hace.“Actualmente me presento en dos paladares particulares, a las cuales les debo mucho a los dueños pues me han abierto puertas para conocer a gerentes de algún que otro reconocido local estatal, en los que me he podido presentar y así ganar algún que otro dinerito”.

Y si de dinero se trata según cuenta Anais, nunca ha tenido ese factor a su favor. “A pesar de que mi padre nos mantenía a todos en la casa de manera decente, nunca pude darme grandes lujos. La pianola conque tocaba en el grupo de mi padre era de un amigo, el cual me cogió mucho cariño desde niña y siempre me la dejaba en casa de manera indefinida. Ya de mayorcita, tuve la suerte de tener un novio quequería cumplir mi sueñoy con mucho sacrificio me compró una en Revolico (web de compra y venta en Cuba) que es la que actualmente uso”.

Esta espontánea y sonriente joven no para de hablar y me cuenta sus planes futuros sobre grabar un disco. “Bueno eso es algo bien complicado. Tengo muchas canciones compuestas, pero la mayoría son temas instrumentales, los cuales lamentablemente hoy en día no tienen mucho mercado, debido al auge de reggaetón al que estamos sometidos. No obstante tengo un amigo que canta baladas, el cual me habló de hacer un dúo, lo cual me alegró enormemente,pues es un muchacho con un talento enorme y lo más importante es que tiene el espíritu combativo y soñador que hace falta para triunfar”.

Ya cayendo la tarde y Anais con la mirada enfocada en la parada de la guagua, pues su ruta P6 hacia La Víbora estaba a punto de pasar, comentó: “mira, en Cuba llegar lejos no es fácil, y más sin tener un respaldo económico o alguien que te apadrine, pero soy de las que creo que nada es imposible. Pienso que todos tenemos un talento guardado y solo está en sacarlo a flote. Creo en mí y creo en mis futuros proyectos, lo demás está por ver…”

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