Mi generación también sufrió la censura



Hace unos días llegó a mis oídos la noticia de que el grupo Los Kents daría una gira por los Estados Unidos. Justo reconocimiento a esta banda fundada a finales de los años 60 y que ha sufrido mucha incomprensión a través de los años, por el simple motivo de cultivar rock en inglés y versionar temas de los Beatles, Rolling Stones, Led Zeppelin o Deep Purple.

Sólo mencionar el nombre de alguno de estos grupos me trae a la memoria las duras experiencias que sufrí en mi juventud de hippie cubano. No fui músico, ni nadie importante en los medios musicales, pero en mis años mozos perseguí a cuanto grupo rockero anduviera por La Habana.

Como un simple homenaje a todos aquellos que sufrieron el rechazo de sus mayores decidí entrevistar para PMU a varias personalidades que nos dieron su versión sobre la censura imperante en aquella época.

Nacho Vázquez, ex cantante del combo Los Peniques, ya casi sin pelo pero con muchas ganas de compartir sus experiencias, habló sin tapujos. “Antes del triunfo de la Revolución ya se escuchaba rock y de pronto en los años 60 decidieron que era la música del enemigo, que era dañina, y se retiró de los medios masivos, y no sólo el rock sino también Frank Sinatra, Nat King Cole y Paul Anka. Pero los jóvenes descubrimos que por la onda larga de la radio en algunos sitios y en algunas frecuencias, podíamos recibir la música del ‘enemigo’, y lo estoy diciendo entre comillas”.

Sigue contando. “Fue algo curioso porque pocos entendíamos lo que decían los locutores pero no apartábamos los oídos de la radio. Te cuento que puedo tener el record de más veces estar detenido en la estación de policía de Calzada y C. Me metían preso por cualquier motivo, tener el pelo un poco largo, llevar pantalones apretados al estilo “tubito”. Por cualquier cosa de esas, un guardia te detenía. Fueron famosas las recogidas en Coppelia en los 70, donde varios personajes conocidos de la cultura cubana salieron a la calle con tijeras a cortarles el pelo a los jóvenes”.

“Por esa época se comenzó a difundir en la radio música española. Esa fue una forma de palear un poco el disgusto que había en la juventud por no tener acceso al rock norteamericano, pero al final lo que estaban poniendo eran versiones de esos mismos temas pero bastante malas”. Concluye sus recuerdos.

Mi amigo el escritor e investigador Francisco López Sacha, también aceptó gustoso a darme su opinión sobre el tema. “El rock llegó a mí por primera vez a través de los discos que traían los padres de compañeros míos en la secundaria, pues no había otra forma de acceder a esa música. Entre los años 1963 y 1966 los Beatles estuvieron prohibidos en nuestros medios, y por lo tanto nos vimos forzados a escucharlos en emisoras de Miami y Arkansas que entraban por onda larga. También se vendían placas en un lugar que estaba al costado del ICRT por la calle N”.

“El rock era portador de una moda, un estilo de vestir, de actuar ,y de decir que era mal visto porque con el pelo largo parecíamos afeminados, débiles o protestando contra algo. Yo no lo sufrí directamente, pero si influyó en mí como miembro de un grupo de jóvenes de aquella época. Hasta en la universidad me estuvieron viendo con reticencia porque me gustaba esa música y lo decía abiertamente”.

“El mundo anglosajón no era comprendido por la dirección política del país porque se veía como una desviación ideológica para la juventud cubana. Existieron muchas limitantes para que esa música se difundiera normalmente como se difundían otras tendencias como la canción francesa e italiana. Los Beatles no eran enemigos de nadie, pero estaban mezclados con el ambiente sonoro norteamericano, y por supuesto todo lo que oliera a penetración cultural era tachado como una aversión y era negado a las masas. Los jóvenes existimos entre escucharlo, vivirlo, y a la vez saber que no era aceptado por el mundo de nuestros padres”.

Lopez Sacha concluye sus declaraciones afirmando. “Todo acto de censura trae consecuencias y sentimientos negativos, porque al final la censura no pudo destruir lo que se convirtió en un ciclo cultural, el rock se suspendió pero renació”.

Otro de los indispensables en el tema es Humberto García Manrufo, director de Rockablues Trío, quien por aquellos tiempos fue el bajista del combo Sesiones Ocultas, y que tiene mucho para contar. “El rock no entraba en los medios, la censura era total, no teníamos acceso a grabaciones ni a programas de televisión. Todo era influencia del diversionismo ideológico y la penetración cultural. Salir en televisión con una guitarra eléctrica y un pedal era tabú”.

“Nuestros grupos se dieron a conocer en las fiestas, cada barrio tenía su grupo. Yo estudiaba en el Pre del Vedado cuando tocaba en los Sesiones Ocultas, y fui una especie de Doctor Jekyll y Míster Hyde, porque por la mañana yo iba a las clases en uniforme y bien peladito pues en la puerta había una persona que te alaba los pelos y te decía que no podías entrar, y por la noche cuando iba a tocar con el grupo me ponía mis pantalones campanas y mi sombrero de rockero. En estos momentos se escucha mucho más rock en Cuba y ya la imagen no es un problema para mucha gente”.

Sonia Baños, alias “Tina”, presidenta del Club de Fans de Los Kents, no dejó pasar la oportunidad de decirme lo que sufrió. “Hicimos muchas actividades en la Sociedad de los curros Enríquez de Santos Suárez. Tocaron Los Armas, Los Kents y varias bandas rockeras, pero de pronto venía la policía y disolvían las fiestas. Teníamos que correr. Llenaban el camión con los ‘peludos’ y les cortaban el pelo a tijeretazos y se los llevaban presos”.

Para concluir y tras mucho indagar por Carlos Carnero, director del grupo Los Kents, pude dar con él en su peña habitual del Café Cantante del Teatro Nacional y me contó varias anécdotas. “Hemos sufrido de todo. Una vez llegó un barco con unos franceses que tenían tremendo tipo de hippies y se determinó que les fuéramos a tocar, pero antes de empezar vino un oficial de las Fuerzas Armadas y en un tono bastante desagradable nos dijo que recogiéramos todo, que nadie nos había autorizado a tocar allí. Otra vez dábamos un concierto en una casa de cultura y no duramos ni una canción, llegó el Ministerio del Interior y a pescozones nos montaron en una guagua y nos tuvieron detenidos hasta el otro día”.

“Estoy convencido que si se hubiera permitido el florecimiento del rock en Cuba en los años 60, hoy existiría un movimiento de rock cubano importante. No tanto como el anglosajón, pero sí mejor que el argentino, quizás al nivel del mexicano con grupos de la calidad de Maná y Santana. Así que cuando escucho a los jóvenes de hoy quejarse, no me canso de repetirles que mi generación también sufrió la censura”.

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el liberal
25 de abril, 2013 5:32 pm (GMT-5:00)
Mucha verdad, yo lo sufrí en carne propia. Con lo que no puedo estar de acuerdo es que una página como esta acepte declaraciones de López Sacha, que ahora se tapa diciendo cosas como esa, pero que defendió y defiende la política cultural del régimen, él permitió y apañó esas cosas y muchas más en años posteriores, lo que pasa es que el ya tiene su parte del jamón y así es muy fácil hablar y hacerse pasar por rockero y todas esas cosas, por qué ahora tampoco nos defiende abiertamente a los rockeros, raperos y a toda la gente de la música underground, por qué no usa su influencia para que nos acepten y nos den el lugar que nos ganamos. El es un oportunista y un aprovechado.