Gretell Barreiro no es sólo una cara bonita

22 de abril de 2013



Reconozco que asistí al concierto atraído por su belleza, pero mi sorpresa fue grande cuando descubrí que también es una artista muy talentosa. Gretell Barreiro se presentó el pasado sábado 23 de marzo a partir de las diez de la noche en el club Submarino Amarillo para el deleite de todos los que pudimos presenciar este suceso musical.

Me encantaron sus versiones de canciones de los Beatles, su “Roxanne” de Sting, y el “Total Eclipse of the Heart” de Bonnie Tyler. La voz de Gretell combinada con su bello rostro cautivó a todo el público asistente. Parecía que viajábamos en el tiempo hacia los años 70 y 80. Quedé anonadado por la facilidad con que esta muchacha de 28 primaveras defiende temas que fueron compuestos en la llamada década prodigiosa.

Gretell inició estudios de piano en el conservatorio Manuel Saumell y los continuó en el Amadeo Roldán, donde se graduó en 2004 de esa especialidad como profesora, músico de cámara, pianista solista instrumentista y pianista acompañante.

Sus ansias de descubrirse, de “moverse” por los distintos géneros de la música y experimentar, combinando sus ideas y necesidades con las influencias que ha tenido, demuestran que no es de las que se acomodan tras los atributos físicos y decide por tanto, trazarse su propio camino. Esta joven artista ha demostrado con seriedad que sabe lo que quiere y que posee el tino suficiente para llevar su carrera por buen camino.

Ha compartido escena con muchos de los principales exponentes de la más nueva generación de músicos de la Isla. Goza además del don de la composición y las ganas de decir desde su juventud. En el Festival Cuerda Viva del 2012 estuvo nominada en las categorías de Mejor Agrupación Novel y Música Cubana Alternativa, en la que obtuvo el premio.

Al culminar su recital me le acerqué y le pedí que contara a PMU sobre sus experiencias como joven músico. “Intento beber de distintas fuentes para construirme cada día, de disímiles maneras. En este lugar, donde me acompaña la banda Déja Vú, interpreto temas de los Beatles, Led Zeppelin, Pink Floyd, entre otros”.

“En mi corta carrera cantando he tenido que asumir disímiles repertorios, algunos escogidos y pensados, otros impuestos por determinados requisitos. Me gusta tomar riesgos, más cuando aún es tiempo de aprender, absorber y tomar experiencia. Creo tener bastantes claras mis ideas acerca de con qué música me identifico más y qué tipo de canciones tomaría por descartadas… Tengo puertas abiertas para muchos géneros y estilos, desde la trova, géneros cubanos, hasta el jazz, el funk, el rock, por los que he transitado. A la hora de elegir, lo esencial es que te identifiques con el arreglo y el texto, sentir la historia que se cuenta como tuya y decirla a tu manera”.

“Descubrí tejiendo canciones, un camino que me ha llevado a mi país, a mi ciudad, a mi casa. Me llena de tantas cosas el descubrir el punto de partida y la razón de lo que quiero ser. Es eso, el punto de partida, el comienzo de algo que seguiré estudiando, reinventando para comunicar… objetivo del arte, de la música”.

Gretell también hizo referencia a su experiencia musical en aquel club. “El trabajo en el Submarino (Amarillo) me ha hecho crecer como músico y como persona. Me siento súper contenta con el trabajo que estamos haciendo aquí, muy organizado y profesional”.

“El rock and roll está sacando muchísimo de mí y lo aprovecho al máximo. Como joven es posible que no me identifique ciento por ciento con esa música a la hora de crear, pero aprendí que conocerla e interpretarla, bien garantiza una formación íntegra. Primero hacía las versiones a piano solo y luego las transformaba para el formato de mi grupo. Ha sido un proceso nuevo, de descubrimiento constante de mí misma. Sin dudas el Submarino Amarillo se ha ganado por derecho propio la preferencia de muchos melómanos en la capital”.

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