DJ Alain Duany, cuando la técnica se hace arte
6 de mayo de 2013
Cuando hace veintiséis años nació Alain Duany, las siglas DJ no figuraban en el ámbito musical de la Isla. Al menos no con la connotación que hoy día poseen. No fue hasta los primeros años de la década de los noventas del siglo pasado, que el acrónimo inglés de disc jockey fue ganando terreno entre los músicos cubanos, sobre todo entre los jóvenes que llevaban a la escena creaciones con sonoridades técnicamente más complejas y modernas.
Actualmente la presencia del DJ es complemento imprescindible en un buen número de bandas y agrupaciones, muy en especial en aquéllas cuyos repertorios se nutren básicamente de las fusiones musicales.
Para conocer más sobre esta técnica o arte, o la simbiosis de ambas, nos acercamos al DJ Alain Duany luego de que la banda Triángulo Negro, en la cual trabaja, finalizó su presentación en un populoso barrio habanero.
PMU: ¿Cómo te ves, técnico o músico?
Alain Duany: Yo diría que como un músico que se apoya en la tecnología.
PMU: ¿Entonces, para ti el DJ no es el simple sonidista como algunos consideran?
Alain Duany: Así es. Puedo afirmarte que el DJ acompañante completa la sonoridad de una banda, un grupo o un solista. Debe llevar la música en las venas. Saber integrarse al resto del colectivo y hacer vibrar su espectro sonoro. Pero para esto tiene que conocer a fondo la tecnología actual que se desarrolla y se complejiza más rápido que la propia música.
PMU: Recuerdo que durante la presentación de esta noche sólo te vi usar una laptop y unos auriculares.
Alain Duany: Y es ahí donde radica la complejidad que te hablaba. En esa laptop llevo los programas que permiten mezclar las bandas sonoras, articular los ritmos, marcar el tiempo preciso que requiere cada interpretación, bajar y subir los tonos acorde a los cantantes y el resto de los demás instrumentos.
PMU: Doy por seguro que existe un trabajo previo de montaje, que todo está ensayado y coordinado de antemano.
Alain Duany: Efectivamente. Pero también existen ocasiones que el DJ tiene posibilidad de improvisación, de lucirse, como se dice en nuestro argot.
PMU: ¿Dónde adquiriste todos esos conocimientos?
Alain Duany: Bueno, eso es harina de otro costal. En Cuba, desgraciadamente, no existe ninguna escuela donde se pueda aprender este arte técnico. Yo soy de formación autodidacta por las dos vertientes, pues tampoco he tomado clases de música. Todo se lo debo a un oído afinado y a la afición por la mezcla de músicas, algo que desde niño me gusta.
PMU: ¿Tienes algún otro oficio o profesión?
Alain Duany: Si, me gradué como sonidista en la escuela Rosalía de Castro, y empecé a trabajar como tal en el Museo de Bellas Artes. Más tarde y siempre como sonidista, estuve en varias agrupaciones como Havana Sax y Cubanos en la Red, algo que me permitió acercarme más a la música.
PMU: ¿Y dónde termina el sonidista y comienza el DJ?
Alain Duany: Paralelamente a mi trabajo como sonidista, comencé a frecuentar los Estudios de Música Electroacústica, lugar muy visitado por los DJ. Miraba todo lo que ellos hacían. Algunos de estos DJ me instruyeron y permitieron compartir sus equipos. Fueron verdaderos maestros. Con mil sacrificios reuní el dinero necesario y compré mi primera computadora. El tiempo que me permitía el trabajo en las bandas, lo dedicaba a autoprepararme, hasta que me convencíde estar lo suficientemente adiestrado para lanzarme a buscar una plaza de DJ.
PMU: ¿Te fue fácil encontrarla?
Alain Duany: Nada de eso. Toqué muchas puertas y todo parecía estar copado. Y donde podía haber alguna posibilidad, no querían correr el riesgo de contratar a alguien sin trayectoria en el oficio.
PMU: Pero siempre hay una primera vez, ¿no?
Alain Duany: Por suerte sí. Cuando estuve a punto de lanzar la toalla y resignarme a la tiradera de cables, la conexión de bocinas y micrófonos,y la ecualización de sonidos, un amigo mío, cantante de Triángulo Oscuro, gestionó que el director de esa agrupación oyese una audición de lo que yo podía hacer.Ese fue el día más feliz de mi vida. Era lo que deseaba después de tanto tiempo de empeños y sacrificios. Triángulo Oscuroha sido mi segunda gran escuela. Me ha dado la oportunidad de presentarme en muchos lugares, y ha sido una vía para acrecentarme profesionalmente.
PMU: ¿Planes?
Alain Duany: ¿Qué puedo decirte? Seguir aprendiendo. No quedarme atrás en la técnica ni menos en la música. Y llegar a ser un DJ respetado tanto en mi país como en el extranjero.
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6 de mayo de 2013
Cuando hace veintiséis años nació Alain Duany, las siglas DJ no figuraban en el ámbito musical de la Isla. Al menos no con la connotación que hoy día poseen. No fue hasta los primeros años de la década de los noventas del siglo pasado, que el acrónimo inglés de disc jockey fue ganando terreno entre los músicos cubanos, sobre todo entre los jóvenes que llevaban a la escena creaciones con sonoridades técnicamente más complejas y modernas.
Actualmente la presencia del DJ es complemento imprescindible en un buen número de bandas y agrupaciones, muy en especial en aquéllas cuyos repertorios se nutren básicamente de las fusiones musicales.
Para conocer más sobre esta técnica o arte, o la simbiosis de ambas, nos acercamos al DJ Alain Duany luego de que la banda Triángulo Negro, en la cual trabaja, finalizó su presentación en un populoso barrio habanero.
PMU: ¿Cómo te ves, técnico o músico?
Alain Duany: Yo diría que como un músico que se apoya en la tecnología.
PMU: ¿Entonces, para ti el DJ no es el simple sonidista como algunos consideran?
Alain Duany: Así es. Puedo afirmarte que el DJ acompañante completa la sonoridad de una banda, un grupo o un solista. Debe llevar la música en las venas. Saber integrarse al resto del colectivo y hacer vibrar su espectro sonoro. Pero para esto tiene que conocer a fondo la tecnología actual que se desarrolla y se complejiza más rápido que la propia música.
PMU: Recuerdo que durante la presentación de esta noche sólo te vi usar una laptop y unos auriculares.
Alain Duany: Y es ahí donde radica la complejidad que te hablaba. En esa laptop llevo los programas que permiten mezclar las bandas sonoras, articular los ritmos, marcar el tiempo preciso que requiere cada interpretación, bajar y subir los tonos acorde a los cantantes y el resto de los demás instrumentos.
PMU: Doy por seguro que existe un trabajo previo de montaje, que todo está ensayado y coordinado de antemano.
Alain Duany: Efectivamente. Pero también existen ocasiones que el DJ tiene posibilidad de improvisación, de lucirse, como se dice en nuestro argot.
PMU: ¿Dónde adquiriste todos esos conocimientos?
Alain Duany: Bueno, eso es harina de otro costal. En Cuba, desgraciadamente, no existe ninguna escuela donde se pueda aprender este arte técnico. Yo soy de formación autodidacta por las dos vertientes, pues tampoco he tomado clases de música. Todo se lo debo a un oído afinado y a la afición por la mezcla de músicas, algo que desde niño me gusta.
PMU: ¿Tienes algún otro oficio o profesión?
Alain Duany: Si, me gradué como sonidista en la escuela Rosalía de Castro, y empecé a trabajar como tal en el Museo de Bellas Artes. Más tarde y siempre como sonidista, estuve en varias agrupaciones como Havana Sax y Cubanos en la Red, algo que me permitió acercarme más a la música.
PMU: ¿Y dónde termina el sonidista y comienza el DJ?
Alain Duany: Paralelamente a mi trabajo como sonidista, comencé a frecuentar los Estudios de Música Electroacústica, lugar muy visitado por los DJ. Miraba todo lo que ellos hacían. Algunos de estos DJ me instruyeron y permitieron compartir sus equipos. Fueron verdaderos maestros. Con mil sacrificios reuní el dinero necesario y compré mi primera computadora. El tiempo que me permitía el trabajo en las bandas, lo dedicaba a autoprepararme, hasta que me convencíde estar lo suficientemente adiestrado para lanzarme a buscar una plaza de DJ.
PMU: ¿Te fue fácil encontrarla?
Alain Duany: Nada de eso. Toqué muchas puertas y todo parecía estar copado. Y donde podía haber alguna posibilidad, no querían correr el riesgo de contratar a alguien sin trayectoria en el oficio.
PMU: Pero siempre hay una primera vez, ¿no?
Alain Duany: Por suerte sí. Cuando estuve a punto de lanzar la toalla y resignarme a la tiradera de cables, la conexión de bocinas y micrófonos,y la ecualización de sonidos, un amigo mío, cantante de Triángulo Oscuro, gestionó que el director de esa agrupación oyese una audición de lo que yo podía hacer.Ese fue el día más feliz de mi vida. Era lo que deseaba después de tanto tiempo de empeños y sacrificios. Triángulo Oscuroha sido mi segunda gran escuela. Me ha dado la oportunidad de presentarme en muchos lugares, y ha sido una vía para acrecentarme profesionalmente.
PMU: ¿Planes?
Alain Duany: ¿Qué puedo decirte? Seguir aprendiendo. No quedarme atrás en la técnica ni menos en la música. Y llegar a ser un DJ respetado tanto en mi país como en el extranjero.
Comentarios Dejar un comentario
- LUISITO
- 9 de mayo, 2013 2:16 pm (GMT-5:00)
- También Soy dj, Y ME GUSTA EL TRABAJO QUE HACEMOS, PUES SE PUEDE CREAR MUCHO Y APORTAR.
- 9 de mayo, 2013 2:16 pm (GMT-5:00)
- Vanessa
- 7 de mayo, 2013 8:48 pm (GMT-5:00)
- Q bien se expresó, y es un retrato de otra juventud en Cuba q aun cuando ni se tiene las condiciones se empeña por lograr sus objetivos y le permite al q está fuera del paÃs,valorar otras de las maneras en q se expresa la musica de Cuba
- 7 de mayo, 2013 8:48 pm (GMT-5:00)