Componer es mi mayor placer



Rafael González Quiles es un joven compositor que sueña con tener un espacio donde expresarse. A pesar de sus maravillosas letras y su trabajo que es conocido en Miami, México y Roma, aun no es promovido como merece en su Habana natal, donde ha tocado las puertas de numerosas instituciones y ninguna lo ha tomado en cuenta.

Pero más allá de los contratiempos, es admirable ver cómo la calidad de su música, con una complejidad armónica y melódica combinada con la profundidad de sus letras, encuentra un puesto firme en los oídos y corazones de los que hemos disfrutado de sus canciones, las cuales podemos recordar y cantar.

El propio artista, de una manera muy sincera, nos relata sus vicisitudes como músico: “soy un ex judoca de alto rendimiento. Estuve varios años en la preselección nacional. Dos veces fui campeón de Cuba. Luego me gradué de Licenciatura en Cultura Física. No ejercí, trabajé en comercio como dependiente de tiendas en divisas. Además, me encuentro entre los fundadores de la Casa de la Música de Galiano donde tuve un acercamiento a la vida de los músicos y comencé a interesarme por esa profesión”.

“Posteriormente me enteré de un concurso para buscar el canto olímpico de la delegación cubana a los juegos de Beijing 2008. Para mi sorpresa fui finalista. Eso me dio fuerza para seguir adelante. También trabajé con el conjunto vocal Catarsis y pude viajar a Cancún. Después me uní a la cantante Yisel Pérez y fundé el proyecto independiente G.A.D.U., para defender algunas tendencias de la música alternativa. Intento rescatar las buenas letras y la poesía en la música cubana, algo que se ha perdido mucho”.

“Elaboramos un demo de 5 temas que se radiaron en México. Así mismo compuse las canciones del disco Sentir a Cuba, que cantó y produjo Ibelis Santos en Cerdeña. Este álbum fue lanzado en diciembre del 2012 en Europa”.

Sin salir de mi asombro por su carrera musical, tan alejada de su vocación deportiva inicial, seguí escuchando a Rafael. “Entre mis influencias se encuentran Benny Moré, Vicentico Valdés y el trío Matamoros. Me apasiona el movimiento del feeling y me es fácil componer por esa línea melódica”.

“Por ese tiempo (2012) sostuve un breve contacto con Pitbull, nada profesional, sino más bien personal. Le he enviado temas a Gilberto Santa Rosa. La cantante cubanoamericana Lucy Grau tiene en proceso de producción una canción mía. Los Hermanos Gaitán Castro estuvieron interesados en tres de mis composiciones, espero a ver si le hacen algún arreglo musical. También he conversado con Natalia Jiménez, cantante del grupo español La 5ta Estación. Para artistas cubanos también he escrito pero hasta ahora nada, tú sabes, las oportunidades se van abriendo poco a poco”.

Rafael igualmente me cuenta del proceso creativo. “Existen muchas maneras de componer una canción. Las mejores son las que fluyen de la inspiración, algo que te viene espontáneamente y que te lleva a escribir el tema de una vez y casi en su totalidad. Para mí ese sentimiento, esa inspiración de donde sale la esencia de la letra y la música se da en 5 minutos. Si hay una canción en la que me tardo mucho, generalmente resulta ser muy rebuscada. Una canción tiene que comenzar con una idea en la cual se base. Tiene que haber una integridad en el título, en el gancho. Es a partir de ahí que escribo. Lo importante es la idea”.

“Lo importante cuando se escribe es el contenido, lo que quieres decir. De nada sirve escribir frases poéticas si el contenido es tonto. Prefiero que me entiendan, pero con un contenido más profundo. Trato de escaparme de todas esas frases que ya se han escuchado miles de veces”.

“No necesariamente necesitas inversiones millonarias para hacer un disco. Eso es mentira. Lo que se necesita es una buena idea, sinceridad y calidad a la hora de ejecutar. Lo puedes grabar en tu casa, tranquilo. Cualquiera puede grabar, pero no todo el mundo puede grabar bien”.

Rafael confiesa que aunque no insiste en la parte comercial de su obra, hay muchos temas irresueltos en Cuba sobre los derechos de autor. “Componer me complace mucho y no he pensado en la parte material de mi trabajo que siempre es necesaria. En muy pocas ocasiones he recibido derechos de autor. Le escribí una carta al músico Jorge Gómez, quien conduce un programa en la televisión cubana donde pusieron un tema mío y ni el crédito me dieron. Nunca me respondió y por supuesto no gané nada. Eso fue un tema que le hice a la Habana y lo interpretó Catarsis”.

“Nadie te ayuda sin ningún interés, lo menos que te piden es compartir derechos. Sufrí una decepción porque un tema mío que se radió en más de 200 ocasiones solo me propició un pago de 76 pesos cubanos, creo que 30 centavos por cada vez. Es muy injusto, porque en las emisoras para que te pongan, siempre tienes que hacer un regalo y en esa oportunidad fue mayor lo que invertí que lo que gané. Como no tengo renombre todo pasa al olvido y se queda ahí”.

No obstante los sinsabores, Rafael continúa con paso firme y me cuenta que hace actualmente. “En estos momentos colaboro con Karel, un destacado cantante, excelente amigo, ex integrante de los Zafiros y actualmente director del grupo Mate, así como con el trovador José Antonio Silverio”.

“Cuento con más de 300 obras musicales escritas en los géneros del bolero, salsa, house, balada, pop, bachata y flamenco. Pertenezco a la Editora musical SIAE, de Italia, que me representa en el mundo y la ACDAM para mi defensa en Cuba”.

“Mi constante es trabajar en busca de la consagración tanto personal como espiritual, a través de la obra creativa. Estoy abierto a cualquier propuesta interesante de trabajo y decidido al menos, a vencer los obstáculos que la vida impone teniendo como máxima la fe”.

Ojalá Rafael González Quiles nunca se rinda y cumpla su sueño de trascender.

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