José Iván Martí



Desde una terraza de la ciudad como cómplice, nos adentramos en el mundo interior que habita un joven músico tunero, un muchacho cuyo nombre no fue escogido al azar, José Iván Martí.

Del norte de la provincia, exactamente en el municipio Jesús Menéndez, José Iván aún no tiene ningún demo grabado, pero si montones de letras de canciones escritas, pues vive para la música. Desde pequeño le gustó mucho cantar, y aunque en su casa siempre hubo guitarra por tradición familiar, nunca le llamó la atención tocarla. Participaba en festivales pioneriles como cantante, y es en noveno grado cuando le pica la curiosidad por aprender a tocar guitarra.

“Aprendí prácticamente sin ayuda. Por no alejarme de la música matriculé en la Escuela de Instructores de Arte, y allí me impregné de todo lo que podía con respecto a la música, de la mano de excelentes profesores y amigos”

Los que hemos escuchado sus interpretaciones sabemos que no se encasilla en géneros, es capaz de componer sones y boleros. “Un día decidí adentrarme en la trova, oí todo lo que pude, y cuando me permeé de ella comencé a escribir. La trova me sacó un poco del romanticismo de la balada gracias a sus códigos expresivos, con ella puedo decir cualquier cosa, incluso hablar de amor, pero de forma menos directa. También me da pie para tocar temas sociales, para ejercer la crítica”.

Martí compone sus canciones, contrario a lo que se pudiera pensar de un trovador, usando un piano porque la guitarra ha quedado un poco relegada, y según sus propias palabras: las posibilidades armónicas ilimitadas. “Una vez me sucedió que una canción trovadoresca que compuse la interpreté varias veces con la guitarra sin mayores consecuencias, en cambio, cuando la hice a piano el público reaccionó fenomenalmente”.

Para el joven músico no encasillarse en un género musical no ha sido suficiente, también la ejecución del tres, que en la música tradicional cobra gran protagonismo, le permite como hasta ahora, participar en diferentes proyectos que necesitan de este instrumento musical. “Gracias a él he podido insertarme en varias agrupaciones como Son del Barrio, Contrapunto, y con el grupo de Norge Batista en sus conciertos”.

“He tenido oportunidades increíbles. Por ejemplo, con Norge trabajé en el tema de una serie que se transmitió por los canales nacionales en el año 2011, en compañía de Rolando Portillo, excelente violinista, hicimos la banda sonora del corto de ficción “La noche inconclusa”, dirigido por Roberto Arada, Cuando Tony Miranda musicalizó varios poemas de Rubén Martínez Villena, participé en ese proyecto tocando tres, guitarra y piano. También he acompañado a muchos amigos en sus evaluaciones artísticas”.

Martí piensa que la canción de autor cubana no respeta los patrones originales de esta, y es por eso que no tiene pegada dentro del público. “Los músicos cubanos hacemos la balada con arreglos desde los patrones musicales cubanos, y yo creo que así como deben respetarse los cánones del son o el mambo, así debe respetarse la orquestación y el patrón original de la canción, sea de donde sea, lo que no demerita para nada la obra de nadie”

Este joven músico cuando piensa en su futuro no quiere ver desligada la interpretación de la composición. “Me veo como músico haciendo música, no importa el género o la vía, ya sea el canto, la interpretación o la composición, pero música. La música es vital para mi existencia. Pocas cosas me entristecen como no poder cantar. Una vez estuve ronco una semana y por poco muero de depresión”

Indudablemente sin la música que forma parte indivisible de la vida de José Iván Martí, él no imagina su existencia. Según sus propias palabras, la música lo hace feliz. Entonces es lógico esperar que nos lo encontremos por ahí, en un parque, peña, acompañando musicalmente a algún amigo, o cantando sus canciones más queridas.

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