Raperos desde la infancia
24 de junio de 2013
Muy a pesar de lo que muchos desean, la salud del rap en Cuba es fuerte y se afianza en el acervo popular con cultores de todas las edades y géneros, quienes mostraron su talento en la segunda edición del Festival Creciendo en el Hip Hop, que tuvo por sede el habanero teatro Mella.
Niños y adolescentes de entre nueve y diecinueve años de edad, más que competir, compartieron sus habilidades y sueños, en una oportunidad inigualable junto a amigos, familiares, artistas y el público que acudió a verlos improvisar en las “peleas de gallos” sobre el escenario, bailar break dance en el más puro estilo pee wee, graffitear en los muros de la sala capitalina, y conversar con raperos de la talla de El Continuo, El Urbano Vargas y el Poeta Lírico.
Para los conocedores del género asistentes a los espectáculos de este evento, lo más importante de Creciendo en el Hip Hop, fue que permitió confirmar que el rap en Cuba no ha perdido su esencia, a pesar de los esfuerzos por trivializar los contenidos y la fusión con otros géneros cercanos. La confirmación de esa realidad fue la actuación del adolescente de doce años de edad, Anthony Bravo El Olímpico, quien participó con el tema de su autoría “Sigo haciendo rap”.
“Desde muy chiquito tengo dos pasiones: el deporte y el rap –dijo Anthony en declaraciones para PMU– de allí el sobrenombre artístico que escogí. El rap es más espiritual que el resto de los géneros que conozco, puede escucharse en la intimidad y cantarlo delante de todos, pero sobre todo te permite sacar lo que llevas dentro y hablar de las realidades del mundo que te rodea”.
“Compongo mis propios temas –agrega– en los que expongo las inquietudes de mi generación, y además trato de sensibilizar a las personas de todas las edades con ideas generales como el cuidado del medio ambiente, por eso compuse una canción que se llama ‘El globo terráqueo’. Al componer no pienso en cómo me entenderán los demás, sino en decir lo mucho que siento”.
Un total de ocho raperos y veinte bailadores de break dance dieron lo mejor de sí durante los dos días que se extendió el evento, aunque se lamentó la no asistencia de ningún niño DJ, porque nadie presentó la candidatura, según los organizadores del evento. La actividad contó con el auspicio de la representación del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia en Cuba.
A pesar de la calidad y el talento de los participantes, las palmas se la llevaron los veintiocho niños integrantes del grupo “El camino es la Paz”, quienes entre música y bailes deleitaron a los asistentes con varias coreografías, dignas de presentarse en cualquier escenario.
El cierre de la segunda edición del Festival Creciendo en el Hip Hop fue por todo lo alto, y la escena del Mella unió a los raperos de todas las edades y experiencias, los consagrados y los desconocidos, en un canto por la unidad y el futuro del género en Cuba, para celebrar el Día Mundial de la Infancia.
Deficiencias organizativas y problemas con el audio, que se pudieron enmendar a tiempo, conspiraron contra la buena realización del evento, pero no pudieron opacar la brillantez de su saldo final. Si algo se pudiera señalar es que los organizadores pudieron aceptar la presentación de un número mayor de niños, para poder darles la oportunidad de participación a representantes de todo el país.
Sin embargo, lo más importante es que esta segunda edición del Festival Creciendo en el Hip Hop constató la vitalidad de la cultura alternativa en Cuba, y demostró que el rap cubano se sostiene y crece desde la infancia, para bien de todos.
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24 de junio de 2013
Muy a pesar de lo que muchos desean, la salud del rap en Cuba es fuerte y se afianza en el acervo popular con cultores de todas las edades y géneros, quienes mostraron su talento en la segunda edición del Festival Creciendo en el Hip Hop, que tuvo por sede el habanero teatro Mella. Niños y adolescentes de entre nueve y diecinueve años de edad, más que competir, compartieron sus habilidades y sueños, en una oportunidad inigualable junto a amigos, familiares, artistas y el público que acudió a verlos improvisar en las “peleas de gallos” sobre el escenario, bailar break dance en el más puro estilo pee wee, graffitear en los muros de la sala capitalina, y conversar con raperos de la talla de El Continuo, El Urbano Vargas y el Poeta Lírico.
Para los conocedores del género asistentes a los espectáculos de este evento, lo más importante de Creciendo en el Hip Hop, fue que permitió confirmar que el rap en Cuba no ha perdido su esencia, a pesar de los esfuerzos por trivializar los contenidos y la fusión con otros géneros cercanos. La confirmación de esa realidad fue la actuación del adolescente de doce años de edad, Anthony Bravo El Olímpico, quien participó con el tema de su autoría “Sigo haciendo rap”.
“Desde muy chiquito tengo dos pasiones: el deporte y el rap –dijo Anthony en declaraciones para PMU– de allí el sobrenombre artístico que escogí. El rap es más espiritual que el resto de los géneros que conozco, puede escucharse en la intimidad y cantarlo delante de todos, pero sobre todo te permite sacar lo que llevas dentro y hablar de las realidades del mundo que te rodea”.
“Compongo mis propios temas –agrega– en los que expongo las inquietudes de mi generación, y además trato de sensibilizar a las personas de todas las edades con ideas generales como el cuidado del medio ambiente, por eso compuse una canción que se llama ‘El globo terráqueo’. Al componer no pienso en cómo me entenderán los demás, sino en decir lo mucho que siento”.
Un total de ocho raperos y veinte bailadores de break dance dieron lo mejor de sí durante los dos días que se extendió el evento, aunque se lamentó la no asistencia de ningún niño DJ, porque nadie presentó la candidatura, según los organizadores del evento. La actividad contó con el auspicio de la representación del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia en Cuba.
A pesar de la calidad y el talento de los participantes, las palmas se la llevaron los veintiocho niños integrantes del grupo “El camino es la Paz”, quienes entre música y bailes deleitaron a los asistentes con varias coreografías, dignas de presentarse en cualquier escenario.
El cierre de la segunda edición del Festival Creciendo en el Hip Hop fue por todo lo alto, y la escena del Mella unió a los raperos de todas las edades y experiencias, los consagrados y los desconocidos, en un canto por la unidad y el futuro del género en Cuba, para celebrar el Día Mundial de la Infancia.
Deficiencias organizativas y problemas con el audio, que se pudieron enmendar a tiempo, conspiraron contra la buena realización del evento, pero no pudieron opacar la brillantez de su saldo final. Si algo se pudiera señalar es que los organizadores pudieron aceptar la presentación de un número mayor de niños, para poder darles la oportunidad de participación a representantes de todo el país.
Sin embargo, lo más importante es que esta segunda edición del Festival Creciendo en el Hip Hop constató la vitalidad de la cultura alternativa en Cuba, y demostró que el rap cubano se sostiene y crece desde la infancia, para bien de todos.
Comentarios Dejar un comentario
- coloso
- 26 de junio, 2013 11:18 am (GMT-5:00)
- Gracias, si no fuera por ustedes no me enteraba de que esa cosas pasan en Cuba, pues solo es en La Habana, y para las provincias nada funciona. Cuando leà este trabajo busqué más información en la prensa cubana y nada de nada, silencio total, como si no hubiera pasado nada. Sigan asà y den mucha más información eso le hace falta a todos y busquen fórmulas para que más gente conozca y reconozca su trabajo.
- 26 de junio, 2013 11:18 am (GMT-5:00)
- Yoyo
- 25 de junio, 2013 10:23 am (GMT-5:00)
- Esto es otra cosa, un espectáculo, un concierto, el cual todos disfrutamos y estoy de acuerdo con que le rap cubano demuestra cada dÃa su vitalidad, y que sus exponentes mejoran, yo dirÃa que están a la altura de muchas agrupaciones foráneas o mejores aún. Buena reseña-entrevista.
- 25 de junio, 2013 10:23 am (GMT-5:00)