El rapero Gustavito busca un camino
15 de julio de 2013
Los raperos en La Habana surgen como la verdolaga, esa yerba que aparece en todos los solares. Ellos cantan a como dé lugar, en cualquier condición. No necesitan instrumentos, ni la parafernalia de otros cantantes.
Caminando por las calles del barrio Zamora del municipio arrabalero de Marianao, me encontré con Gustavito Vega Sotolongo, de sólo 12 años. Descarga sus letras que se incrustan en la mente de los que lo escuchan. Busca un lugar bajo el sol, aspira a ser algún día un cantante de rap, al estilo de los que hoy triunfan o deambulan por las calles de la música.
Gustavito cantaba algo de su autoría, relacionado con los vagabundos que aparecen por muchos rincones de la ciudad, los compara con los basureros que luchan afanosamente por recoger la basura de la ciudad.
“El vagabundo deambula por las calles,
Estorba al que trabaja,
Que no suda por ser hombre,
Es una historia triste que no quisiera contar.
El basurero trabaja sin parar,
Desde hace mucho tiempo,
Se levanta de madrugada,
Su escoba no es de bruja,
Pero nos hace volar.
Vagabundo, no te escondas en lo oscuro,
Tu techo es el sol, y tu cielo es amar,
Cojamos una escoba
Y trabajemos juntos.
Yo prefiero que mi país
Esté limpio de verdad
Sin vagabundos y locos
Recorriendo la ciudad”.
Con ese tema, me dijo Gustavito que ganó en el Festival Nacional Creciendo en el Hip Hop, en junio pasado, en el teatro Mella, donde se batió con los más atrevidos niños que cantan rap por las calles habaneras.
Gustavito no se vanagloria por su éxito, simplemente vive con toda la naturalidad del mundo, con esa espontaneidad propia de los niños. “Aspiro a ser un gran rapero, para llenar los escenarios”, me dijo el pequeño. Y ojalá lo logre porque las posibilidades de los cantantes de tradición oral son lejanas, los caminos para la profesionalización en Cuba son tortuosos porque es casi imposible afiliarse a alguna empresa musical.
En fin que Gustavito mientras tanto, seguirá disparando canciones de rap con sus amigos en las descargas improvisadas, “tiroteando” como decimos en Cuba, soñando llenar los escenarios del mundo con su lírica y buscando su camino.
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15 de julio de 2013
Los raperos en La Habana surgen como la verdolaga, esa yerba que aparece en todos los solares. Ellos cantan a como dé lugar, en cualquier condición. No necesitan instrumentos, ni la parafernalia de otros cantantes.
Caminando por las calles del barrio Zamora del municipio arrabalero de Marianao, me encontré con Gustavito Vega Sotolongo, de sólo 12 años. Descarga sus letras que se incrustan en la mente de los que lo escuchan. Busca un lugar bajo el sol, aspira a ser algún día un cantante de rap, al estilo de los que hoy triunfan o deambulan por las calles de la música.
Gustavito cantaba algo de su autoría, relacionado con los vagabundos que aparecen por muchos rincones de la ciudad, los compara con los basureros que luchan afanosamente por recoger la basura de la ciudad.
“El vagabundo deambula por las calles,
Estorba al que trabaja,
Que no suda por ser hombre,
Es una historia triste que no quisiera contar.
El basurero trabaja sin parar,
Desde hace mucho tiempo,
Se levanta de madrugada,
Su escoba no es de bruja,
Pero nos hace volar.
Vagabundo, no te escondas en lo oscuro,
Tu techo es el sol, y tu cielo es amar,
Cojamos una escoba
Y trabajemos juntos.
Yo prefiero que mi país
Esté limpio de verdad
Sin vagabundos y locos
Recorriendo la ciudad”.
Con ese tema, me dijo Gustavito que ganó en el Festival Nacional Creciendo en el Hip Hop, en junio pasado, en el teatro Mella, donde se batió con los más atrevidos niños que cantan rap por las calles habaneras.
Gustavito no se vanagloria por su éxito, simplemente vive con toda la naturalidad del mundo, con esa espontaneidad propia de los niños. “Aspiro a ser un gran rapero, para llenar los escenarios”, me dijo el pequeño. Y ojalá lo logre porque las posibilidades de los cantantes de tradición oral son lejanas, los caminos para la profesionalización en Cuba son tortuosos porque es casi imposible afiliarse a alguna empresa musical.
En fin que Gustavito mientras tanto, seguirá disparando canciones de rap con sus amigos en las descargas improvisadas, “tiroteando” como decimos en Cuba, soñando llenar los escenarios del mundo con su lírica y buscando su camino.
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