El Escuadrón en Santiago de Cuba: hace un año ya
29 de julio de 2013
Hace un año ya, 18 de julio de 2012. “Y por fin se hizo”. Esa fue la frase de Raudel Collazo, líder del grupo de rap Escuadrón Patriota, y autor de muchos temas seguidos por los amantes de la música underground dentro y fuera de Cuba. Pues, después de casi dos meses de zozobra, que si se da, que si no, que si chocaba con el 32 Festival del Caribe, que si no habían suficientes recursos humanos para la seguridad del lugar donde se daría el concierto ese día, al fin se pudo con el apoyo de la otrora Productora y ahora Asociación Viviart, que dio su empujoncito con las instituciones implicadas.
Fue una noche inolvidable. Por primera vez Raudel cantaba en Santiago de Cuba ante unos 600 espectadores, sin contar con los que no tenían su identificación y por cuestiones de seguridad se quedaron fuera del muro. El antes y el después del concierto tuvo muchas anécdotas, sobre todo por el gran despliegue de seguridad que acogió al público, para sorpresa de todos los que allí llegaban. El lugar, la Pista Pacho Alonso del Teatro Heredia, con todas las condiciones para un momento como ese.
El telón del espectáculo lo comenzó TNT La Rezistencia, quien como anfitrión de este espacio cada viernes, invitó al propio Raudel para este concierto. Luego apareció en tarima Omar Crazy Man, que se ha convertido en el maestro de ceremonia por excelencia de estos eventos, para así darle paso al plato fuerte de la noche. Fue una noche histérica, en la ciudad no se había visto tanta euforia.
Raudel se hizo acompañar nada más y nada menos que de Los Kmikazes, proyecto de B.Boyng de Holguín, Silvio Rodríguez Jr., alias Silvito el Libre, y otro portento del hip hop cubano: Aldo, del reconocidísimo grupo Los Aldeanos, quizás lo más esperado por todos que no dejaron de preguntar por el Bian, el B. Este último, lamentablemente no pudo bajar a Santiago por el reciente fallecimiento de su padre una semana antes.
De momento, después del intro audiovisual muy bien logrado e informativo, cuando salió Raudel acompañado por Aldo, parecía un concierto de algún artista de categoría universal, parecía un total Escuadrón. Todos a la vez alzaron las manos y a la voz de mando de ¡puño arriba!, frase muy utilizada para darle fuerza al movimiento, se sintió un aire ventilado de todos esos brazos que con todo ímpetu y como una impresión de los acordes que caracteriza al hip hop, se agitaban adelante y atrás, adelante y atrás.
Dio la impresión de que Raudel no esperaba la reacción del público. Sólo transcurrieron alrededor de 6 minutos y para sorpresa de los artistas, tuvieron que cambiar el diseño y menú musical del concierto completo. Parecía un restaurant que servía tantos platos tan placenteros, pero que no se pudo utilizar la frase de “oferta y demanda” sino de demanda y oferta. Todas las canciones que pedía la audiencia impaciente, se tuvieron que servir, incluso hasta las que hace más de 5 años no ensayaban.
Después de dos horas de algarabía total, las ofertas parecían acabarse y como todo lo que comienza se tiene que acabar, el propio Raudel confesó que se había sentido muy complacido e indiscutiblemente nunca le había ocurrido algo igual. Le agradeció primeramente a TNT por la invitación, a Artex y al Teatro Heredía por permitir que tal acontecimiento se diera en ese lugar, al público por su fidelidad, y finalmente a Viviart que realmente sin su apoyo no se pudiera haber sembrado la raíz para un segundo concierto, e incluso un primero de los también anhelados Los Aldeanos.
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29 de julio de 2013
Hace un año ya, 18 de julio de 2012. “Y por fin se hizo”. Esa fue la frase de Raudel Collazo, líder del grupo de rap Escuadrón Patriota, y autor de muchos temas seguidos por los amantes de la música underground dentro y fuera de Cuba. Pues, después de casi dos meses de zozobra, que si se da, que si no, que si chocaba con el 32 Festival del Caribe, que si no habían suficientes recursos humanos para la seguridad del lugar donde se daría el concierto ese día, al fin se pudo con el apoyo de la otrora Productora y ahora Asociación Viviart, que dio su empujoncito con las instituciones implicadas.
Fue una noche inolvidable. Por primera vez Raudel cantaba en Santiago de Cuba ante unos 600 espectadores, sin contar con los que no tenían su identificación y por cuestiones de seguridad se quedaron fuera del muro. El antes y el después del concierto tuvo muchas anécdotas, sobre todo por el gran despliegue de seguridad que acogió al público, para sorpresa de todos los que allí llegaban. El lugar, la Pista Pacho Alonso del Teatro Heredia, con todas las condiciones para un momento como ese.
El telón del espectáculo lo comenzó TNT La Rezistencia, quien como anfitrión de este espacio cada viernes, invitó al propio Raudel para este concierto. Luego apareció en tarima Omar Crazy Man, que se ha convertido en el maestro de ceremonia por excelencia de estos eventos, para así darle paso al plato fuerte de la noche. Fue una noche histérica, en la ciudad no se había visto tanta euforia.
Raudel se hizo acompañar nada más y nada menos que de Los Kmikazes, proyecto de B.Boyng de Holguín, Silvio Rodríguez Jr., alias Silvito el Libre, y otro portento del hip hop cubano: Aldo, del reconocidísimo grupo Los Aldeanos, quizás lo más esperado por todos que no dejaron de preguntar por el Bian, el B. Este último, lamentablemente no pudo bajar a Santiago por el reciente fallecimiento de su padre una semana antes.
De momento, después del intro audiovisual muy bien logrado e informativo, cuando salió Raudel acompañado por Aldo, parecía un concierto de algún artista de categoría universal, parecía un total Escuadrón. Todos a la vez alzaron las manos y a la voz de mando de ¡puño arriba!, frase muy utilizada para darle fuerza al movimiento, se sintió un aire ventilado de todos esos brazos que con todo ímpetu y como una impresión de los acordes que caracteriza al hip hop, se agitaban adelante y atrás, adelante y atrás.
Dio la impresión de que Raudel no esperaba la reacción del público. Sólo transcurrieron alrededor de 6 minutos y para sorpresa de los artistas, tuvieron que cambiar el diseño y menú musical del concierto completo. Parecía un restaurant que servía tantos platos tan placenteros, pero que no se pudo utilizar la frase de “oferta y demanda” sino de demanda y oferta. Todas las canciones que pedía la audiencia impaciente, se tuvieron que servir, incluso hasta las que hace más de 5 años no ensayaban.
Después de dos horas de algarabía total, las ofertas parecían acabarse y como todo lo que comienza se tiene que acabar, el propio Raudel confesó que se había sentido muy complacido e indiscutiblemente nunca le había ocurrido algo igual. Le agradeció primeramente a TNT por la invitación, a Artex y al Teatro Heredía por permitir que tal acontecimiento se diera en ese lugar, al público por su fidelidad, y finalmente a Viviart que realmente sin su apoyo no se pudiera haber sembrado la raíz para un segundo concierto, e incluso un primero de los también anhelados Los Aldeanos.
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