Trovando con Harold



Harold Díaz Pedraza es un joven trovador camagüeyano que se toma muy en serio lo que hace, de ahí que se considere un músico profesional, aunque su nombre aún no figure en los catálogos de ninguna agencia artística oficial. “Solicité varias veces hacer las audiciones correspondientes, –asegura– pero no parece haber interés alguno en nutrir o renovar esas instituciones, lo cual resulta paradójico, sobre todo porque la justificación más común es que tienen inscriptos a músicos sin la calidad requerida”.

“Las ventajas del amparo institucional para los músicos, sobre todo los jóvenes, –agrega– van desde la promoción de su obra y la producción de espectáculos, hasta rebajas significativas en los precios de los instrumentos musicales”.

“Soy graduado en Licenciatura en Educación Artística, –enfatiza– y sólo gracias al apoyo de los integrantes del grupo universitario de danza Maraguán, he podido obtener algún apoyo promocional, y grabar un demo”.

“Quizás si hiciera una música más comercial, tendría menos problemas para grabar en estudios particulares con mejor resultado sonoro, –destaca– pero eso sería traicionar los principios de la canción de autor. La música comercial, en la mayoría de los casos, sacrifica el pensamiento, y como digo en una de mis canciones, yo no quiero vivir cantando dinero”.

A pesar de todas esas dificultades, el quehacer de Harold tiene reconocimiento en el ambiente cultural alternativo, hecho que le valió una nominación a los premios del programa televisivo Cuerda Viva.

Harold también es el artífice del proyecto socio-cultural 1, 2,3 Trovando, que utiliza cualquier espacio comunitario que se le brinde en la provincia de Camagüey, para promover la obra de jóvenes trovadores. Además, dirige el conjunto Punto de Giro, que incluye bajo electrónico, percusión flamenca, teclado, saxofón y guitarra electroacústica, e interpretan esencialmente trova, con énfasis en textos de denuncia y crónica social con alto vuelo poético.

Sin embargo, Punto de Giro también está abierto a incursionar en cualquier género, aunque en los últimos tiempos se haya inclinado más hacia la música alternativa.

“De cualquier manera,–agrega Harold– la trova seguirá siendo un género poderoso en Cuba, pero no por ello podemos renunciar a los espacios tradicionales para su promoción, sobre todo entre los jóvenes, quienes muchas veces no tienen otro estímulo que el debate y la confluencia de intereses artísticos”.

“Por suerte, –aclara– en noviembre de este año, Camagüey acogerá otra vez el Festival Trova Ilesa, que por motivos económicos estuvo ausente algunos años. Ello contribuirá no sólo a mostrar la versión más actualizada del género y a sistematizar el debate en su favor, sino a mostrar el verdadero alcance y fuerza de los trovadores camagüeyanos”.

“Esta es una ciudad con gran talento musical, –afirma– y hay muchos jóvenes haciendo canciones inteligentes por ahí, aunque la mayoría no pertenezca a ninguna institución”.

“Para mí ahora lo más importante –concluye– es consolidar mi obra y los proyectos que promuevo, ya habrá tiempo para discos, videos clip y fama. Prefiero ser un juglar de mis tiempos y ayudar en lo que pueda a mis contemporáneos, a sobrevivir con calidad y arte estos tiempos difíciles”.

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