Asgard aun dará de que hablar



Viajé al municipio cienfueguero de Cumanayagua como reportero de PMU. Fui buscando cualquier vestigio de música underground donde por ser la semana de la cultura de esa localidad, varios grupos cienfuegueros tendrían su espacio. Los muchachones del Club de Amigos de la Década Prodigiosa me invitaron a una actividad donde el grupo Ecos brindaría una presentación especial.

Ivy su vocalista principal, me presentó a una hermosísima muchacha, Glenda González González, también cantante de la banda. Enseguida quedé prendado de ella y me emocioné muchísimo con todos los temas que interpretó esa noche: “(I’ve Had) The Time of my Life”, de la película Bailando Suave; “Self Control” y “Gloria” de Laura Branigan; “On the Radio” de Donna Summer; y “Flashdance… What a Feeling” de Irene Cara.

No pude entrevistarla durante el concierto, pero logré que me dedicara unos minutos mientras los técnicos desmontaban los equipos, sentados los dos en la guagua que los trajo. “Nací hace 25 años en la ciudad de Santa Clara, pero bien jovencita me radiqué en Cienfuegos. Pertenezco a Ecos porque me gusta su estilo, la música que hago con ellos y por encima de todas las cosas, tengo que cantar para ser feliz. Sin embargo, Asgard fue mi primer grupo y el proyecto que de verdad cautivó mi corazón. Lamentablemente sólo existió por 4 años”.

Con cierto toque de melancolía, esta interesante artista dueña de una enérgica voz, me contó que Richard González fue el fundador y tecladista de Asgard y que su formato contó además, con 2 guitarras, piano y voz. “Nuestro estilo rondó el power metal sinfónico, lo mas sinfónico que se pudo hacer en Cuba. Nos concentramos en la velocidad interpretativa, la potencia y el lado melódico de la música. No éramos tan agresivos como los que hacen trash metal”.

“Yo cantaba lirico, después se nos unió otra vocalista, Dari Quintana, lo cual nos dio un carácter más a lo Nightwish y empezamos a hacer covers de ese grupo. Nuestros temas originales los componíamos Richard, Daniely yo”.

El primer demo de Asgard se tituló Oblivion, el cual recibió un premio en el Cuerda Viva 2012, y con ese palmares muchos pensaron que la banda se consolidaría, sin embargo se disolvió. “Antes de separarnos, –confiesa– hicimos otro disco, Neverland, que cuenta con 10 temas que grabamos con Frank en los estudios Fe Records, de Santa Clara. Pienso llevarlo a los premios Cuerda Viva 2013, a pesar que la banda ya no está”.

“La banda se desintegró por las razones típicas por las que se desintegra un grupo de rock en Cuba, por falta de apoyo de todas las instituciones. No nos ayudaron ni la Asociación de Artistas Hermanos Saíz, ni el centro de cultura”.

“La Agencia Cubana del Rock fue la única que nos tomó un poquito en cuenta. Luchamos inmensamente por subsistir. Imagínate, estábamos radicados en Cienfuegos, pero aquí casi no nos conocíamos. Sin embargo, nos presentábamos una vez por mes en el Maxim Rock, de la Habana. Allí tuvimos gran aceptación del público, por eso creo que ahí era donde más disfrutábamos tocar. También en Holguín teníamos varios seguidores”.

“Para las autoridades culturales éramos un cero a la izquierda, porque aunque participamos en casi todos los festivales de rock de nuestro país: el Atenas Rock, el Caimán Rock, etcétera, y teníamos tremenda calidad, no nos ayudaron en nada. ¿Tú sabes lo que decía la AHS de Santa Clara? Que nuestro power metal no era metal porque lo cantaba una mujer, de esa manera fui discriminada. Yo sí sé lo que es sufrir en el arte por ser mujer y cultivar un género tan difícil”.

“Por ahora seguiré en Ecos, pues me va súper bien y me gusta lo que estoy haciendo. Todos estos temas de los 80 me encantan y aprendí a valorar esa música. Pero de todas maneras tengo uñas bajo la manga y estoy segura de que Asgard aún dará de que hablar”.

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