Viviendo aquí en Las Tunas



No era un día cualquiera, era la fecha señalada para que los muchachos de la cofradía musical Reverso consumaran su primer concierto oficial en tierra natal. Quedaban detrás las peñas y presentaciones, ahora sí la cosa marchaba en serio. La presentación soñada de principio a fin, se iba a materializar después de un largo período de preparación y duro bregar.

Amanecía más temprano que nunca en el patio de la Casa del Joven Creador, todas las puertas abiertas de par en par eran testigos del agitado ir y venir de personas en función de que todo estuviera listo para la hora pactada. Unos cargaban bafles, otros estiraban y situaban las extensiones de electricidad, un hormiguero de técnicos de audio y luces ensamblando un complejo sistema de apoyo a la banda.

Con dinero de sus bolsillos, los músicos de Reverso buscaron un audio particular, luces audio-rítmicas, máquina de humo y hasta un extraño artefacto que lanzaría confetis en ciertos momentos del espectáculo. Sin dudas apostarían en grande, porque su primer concierto tenía que ser inolvidable.

Eran más de las once de la mañana cuando decidieron tomar un descanso para merendar, todavía faltaba mucho por hacer. Media hora después se reanudó la faena, ya estaban los bafles situados a ambos lados del escenario, el más intrépido de todos se subió en los viejos andamios para colocar las famosas “luces inteligentes”, un par de láser, un flash light y otras que no recuerdo el nombre, pero igual de ingeniosas. Mientras algunos daban órdenes desde abajo, otros situaban la máquina de humo.

A las dos de la tarde sólo faltaba la prueba de sonido, último detalle y fundamental para que todo estuviera listo, y los músicos, técnicos y personal de apoyo fueran a sus casas a relajarse. Algo cambió radicalmente el ánimo de todos, la tarde después de comportarse como una típica tarde de esta fecha del año, mucho calor y nada de nubes, en un momento se torno apagada, gris y con posibilidad de lluvia. Todos se miraban y preguntaban si sería posible que lloviera. La respuesta a la pregunta no se hizo esperar, la lluvia llegó de manera estrepitosa. Después de recoger lo que se pudo y tapar el audio, el puñado de personas que aún quedaban solucionando los detalles junto a los integrantes del grupo, se tiraron al piso desanimados y guardando silencio en la espera de ver qué pasaba. Ya eran más de las cinco y media, el concierto que se había fijado para las nueve de la noche, estaba en peligro.

El ambiente era realmente fúnebre, pero alguien en su afán de dar ánimos se puso de pie y dijo, “arriba, que siempre que llueve escampa, esto es para limpiar el camino”. Poco a poco se fue animando el ambiente, la electricidad que se había ido, llegó como señal de buen augurio, empezó a escampar y el cielo a despejarse.

A las ocho y treinta recién se terminaba de sacar el agua del escenario, las luces se probaron y todo estaba funcionando. ¡Todo listo!

Una hora más tarde de lo acordado, un patio repleto de jóvenes y no tan jóvenes, fue testigo del momento inicial del concierto que empezó con un apagón provocado, seguido de un efecto de sonido y una proyección de imágenes de los preparativos del día. La música de la banda se comenzó a escuchar, acto seguido las luces y el estridente audio exacerbaron al público que no paró de saltar, gritar y bailar hasta el último tema.

Entre canciones propias de la agrupación como “Vámonos pa’ fuera”, “Loco”, “Viviendo aquí en Las Tunas”, y algunas versiones a su estilo como “Bésame mucho”, fueron desfilando talentosos jóvenes músicos invitados a participar en el convite.

Después de una primera media hora un poco incierta por problemas de sonido, como resultado de no efectuar pruebas de audio, todo se arregló de manera providencial, el tiempo voló y en poco más de hora y media, casi todo el repertorio de la banda desfilo ante los oídos de los asistentes.

Con mucho más vigor que cuando empezaron, la banda entonó su último tema de la noche, en el que Osmeli, guitarra y líder, aprovechó para presentar a sus músicos y agradecer a todos los que formaron el equipo para que su sueño se consuma.

Antes que el público pudiera tararear el acostumbrado “otra, otra”, precisamente en el último acorde del tema “Viviendo aquí en Las Tunas”, las luces del escenario se apagaron, los músicos se retiraron y el concierto acabó.

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Comentarios   Dejar un comentario
D´Mente
16 de agosto, 2013 1:47 pm (GMT-5:00)
K bueno k mis coterraneos pudieron lograr su concierto un saludo para todos.
si quieren verlos en vivo sigan este liink
http://www.youtube.com/watch?v=7lXtY_H-4yI