El Reposo de los Guerreros



Cuando Reinaldo Asón Salinas recibió el título de Ingeniero en Informática una noche del pasado julio, en la cabeza del joven habanero de 24 años se agolparon sentimientos de diferentes matices y valores.

Luego de cinco años de intensos estudios, comienza una etapa de su vida que se abre con la posibilidad cierta de acometer nuevos proyectos y de activar otros que, por diversas razones, quedaron al borde del camino. Sobre estos últimos teníamos información anticipada.

PMU: Sabemos que por varias causas, sobre todo por la complejidad de los estudios, abandonaste un proyecto musical que acometías conjuntamente con dos de tus mejores amigos. ¿Piensas retomarlo?

RAS: Ante todo, una aclaración. Abandonar no creo que sea la palabra correcta. Diría que más bien lo postergamos, algo así como un alto en el camino. Éramos, o somos, un trío que empezamos juntos en el preuniversitario pensando muy equivocadamente, que ser aceptado, reconocido y aplaudido sería algo fácil y rápido, pues nos considerábamos con el talento suficiente para ello.

PMU: ¿Se les hizo difícil?

RAS: Otra corrección: nos los hicieron difícil, muy difícil. Al principio arrancamos con una energía arrolladora. El reggaetón fue nuestro formato inicial, pero a diferencia de otros grupos, componíamos y producíamos números cuyas letras no fueran chabacanas y que con independencia del tema, pudieran tener un sentido positivo sin perder la esencia del género. Más adelante comenzamos a fusionarlo con baladas, merengues, pop, bachata. Sonábamos distinto y se nos abrieron oportunidades en discotecas, peñas musicales y casas de cultura, emisoras de radio y clubs nocturnos, y hasta llegamos a tener una peña fija en la Asociación Árabe de Cuba.

PMU: ¿Y entonces dónde estuvo lo difícil?

RAS: Una cosa es contártelo y otra haberlo logrado. Fueron horas y más horas de ensayos, de desandar La Habana en audición para que nos permitieran presentarnos en esos lugares sin recibir ni un solo centavo, y en alguno de ellos, teníamos que pagar hasta el refresco que consumiéramos. El mantenimiento de los instrumentos corría por nosotros, el transporte, el vestuario, los carteles publicitarios, y no tanto por nosotros, como sí por nuestros padres que comenzaron a sentir la carga económica y a inquietarse por las horas que no les dedicábamos a los estudios.

PMU: ¿Crees que valió la pena?

RAS: Claro que sí. Fue una etapa romántica que disfrutamos a plenitud. Sentir el aplauso del público nos alimentaba espiritualmente. Pero existen elementales razones materiales y lo contradictorio es como al músico aficionado se le permite deleitar a ese público en discotecas y centros nocturnos, y no se le permite recibir dinero a cambio de su trabajo. Las preguntas son sencillas: ¿quién gana?, ¿quién pierde?, o ¿quién no gana?, ¿quién no pierde?

PMU: ¿Ganaron o perdieron?

RAS: Ganamos. Tanto mis amigos como yo que conformamos el trío Casanova, ganamos la experiencia suficiente para aprender que en la vida no todo cae de golpe y que por el contrario, hay que recibir muchos golpes para aprender. Seguimos adelante y con ayuda de buenas personas logramos producir dos discos y también dos videos clip que al final de las presentaciones tratábamos de vender.

PMU: ¿Entonces comenzaron a tener alguna compensación económica?

RAS: No mucha, pero al menos respiramos. Lo peor vino después. Terminamos el Pre y las presiones familiares para que continuáramos en la universidad se incrementaron. Batallábamos en dos frentes: en el familiar y en el institucional. Fue una guerra de desgaste que no pudimos mantener por mucho tiempo. Al final cedimos, no abandonamos el proyecto, lo postergamos. Fue el alto en el camino del que te hablé. Dos de nosotros nos graduamos de ingenieros y el tercero se graduará el año entrante, pues tuvo que pedir una licencia.

PMU: ¿Ingeniero-músico o músico-ingeniero?

RAS: Ambas cosas. La Ingeniería Informática me permitirá acometer otro proyecto que siempre he acariciado: tener mi estudio de grabación para mis propias producciones, a la vez que me sirva como fuente de ingreso económico.

PMU: Ahora si estás listo para responder a mi primera pregunta: ¿piensas retomar tu proyecto musical?

Antes de hablar, Reinaldo Asón Salinas, más conocido por el nombre artístico de El Genio, sonríe y deja entrever una blanca dentadura que contrasta ampliamente con su tez facial.

RAS: Claro que lo retomaremos, y ahora con más ímpetu y menos temores. Los Casanovas: Alexis González, Gerardo Alonso y yo, ya estamos nuevamente en el camino. Parafraseando el título de una novela, sólo fue El Reposo de los Guerreros.

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