La cara underground del Manatí



Manatí es un pueblo pequeño, pero grande. Digo pequeño por su extensión, pero grande por las riquezas que posee, entre ellas están la cultura y el talento para hacer arte.

Si hay un lugar en la provincia de Las Tunas de donde han salido buenos artistas y por donde también han pasado otros tantos de la isla, ese es Manatí. Allí no cabe duda de que están especialmente dotados en materia musical y la onda creativa ha tocado hasta los géneros menos comprendidos del underground.

Por suerte, la Casa de la Cultura Olga Alonso ha acompañado a los más fervientes iniciadores del movimiento del hip hop, tan distantes de la gran urbe con sus disqueras e instituciones de renombre, y ya unos cuantos muchachones de la zona han completado sus primeros demos con escasos recursos, pero con buen gusto y oído afinado.

En una noche de sábado es normal apreciar una horda de jovenzuelos abandonando sus casas entre las nueve y las diez, camino al parque central de Manatí, en busca del momento nocturno que pone a tope la discoteca del pueblo. Queda entonces para la noche del domingo, la oferta cultural de los artistas que suben a la tarima de la Pista Joven y que arrancan aplausos y chiflidos, sobre todo cuando aparecen los reguetoneros y raperos.

A partir de esa apertura a lo underground, los nombres más populares desde hace un tiempo han sido Diego Luis González Mayo (10-GO), y Michel Oscar Vásquez Eversley (Maicol Yersi). Junto a ellos han nacido realizadores independientes de audiovisuales que ponen imagen al sentimiento de estos noveles rappers. Ahí sobresalen también, José Felipe Mayedo Campo, Miguel Batista, Leodan Carralero y Pedro Pérez.

Con gran decoro y amplias aspiraciones hasta se han creado ya su productora local, Campo Producciones, que asume principalmente la grabación de los videos clips y promocionales de los músicos underground del patio. Con la participación de Campo Producciones han nacido clips para temas como “La estrella del barrio” de Maicol Yersi, y “Así soy yo” y “Pa_ke respete”, estos últimos pertenecientes a 10-GO.

El escenario underground promete con estos muchachos que no han dejado de crear. Se esmeran con los arreglos de cada pista “pa’ que suene y pegue” entre los fans. Aunque lo cierto y más duro es que caminan con la incertidumbre de “cuánto les durará su momento de gloria”, porque aunque ellos sí creen en los valores de los discursos que emanan del undeground, algunos decisores en la permanencia de los espacios públicos que ahora ellos ocupan, pudieran dejar de congeniar con el “hip-pa” que desde hace tiempo nace y crece en las calles del Manatí de Barbarito Diez, esa estrella de la música cubana en los años que reinaba el danzón.

Lo mejor es que el coraje y el talento les acompañan para echar “pa’lante” con la fuerza de voz, sentimiento y palabra precisa. También reconocen que son bastante respetuosos con el vocabulario de su lírica, algo no muy frecuente en ambientes similares de otras regiones del mundo. Porque ellos entienden que no sólo se trata de hablar fuerte, claro y callejero, sino también de que se aprenda de la vida a través de las experiencias que cuentan las letras que componen, así como de ser aceptados y respetados por los “entendidos” de la corriente underground, y por los no tanto.

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