Mónica Miranda, hija de gato…música.



Siendo una niña aún, Mónica se empezó a permear con los movimientos vanguardistas de los jóvenes artistas que formaron la generación de su padre Antonio Miranda. Como era de esperar, su sentimiento de creación musical vino acompañado además, con un excelente talento vocal. Hoy día es considerada por su obra, no por ser hija de quien es, y es indiscutible que ha forjado con mucho esfuerzo su nombre. “Camino recorrido sí tengo, pero todo ha sido muy azaroso, nada planificado, las cosas fueron sucediendo. Cuando niña, mi papá me llevaba a los festivales, a las Jornadas Cucalambeanas, y así a muchas otras actividades… Fueron pasando los años”.

Mónica tiene la trova en la sangre y junto a su padre forma un dúo que defiende este género musical. “El nombre del dúo es Canto Arena, por la canción de Silvio Rodríguez; y también porque mi papá hace la asociación de la arena a la playa y los niños”.

“Ahora que mi papá está de viaje, Ridel hace la suplencia y con él me ha ido de maravillas. Es un músico magnífico, muy ágil. Antes de él, comenzó en estos ratos de remplazo mi buen amigo José Iván Martí, muy conocido y que ahora trabaja en Varadero”.

“Con Ridel no paso trabajo, porque tenemos los mismos gustos a la hora de escoger los temas para montar. Tenemos varias canciones infantiles, trova, bolero, hasta trova-pop”.

A la música hecha para los más pequeños, esta joven artista tunera le confiere gran importancia. El cultivo de un gusto estético más acorde con estos tiempos es fundamental en un mundo cada vez más asfixiante. “Realmente no sé qué es lo que pasa. Tal vez sea por el poco consumo de música infantil que hay en Cuba actualmente. Los niños oyen lo que los padres ponen en casa y generalmente es reggaetón. Eso es por: ¡mira qué lindo baila! ¡Mira cómo mueve la cintura pa’rriba y pa’bajo!”.

La creación de proyectos alternativos para acercar a los niños a la música inteligente y las actividades apropiadas para ellos son asignaturas pendientes en nuestra localidad. “Por supuesto, y hasta se han hecho alguno que otro. Pero también tiene que ver con el presupuesto, porque recuerdo que anteriormente se iba por las escuelas con presentaciones y lecturas”.

“Yo digo que influyen muchas cosas, porque incluso sabiendo ya que somos un dúo de música infantil y trova, no nos han llamado para hacer actividades, sólo una vez Midiala me vio para actuar en el Café Fiñe. O sea, que el problema parece ser más grande de lo que pensamos. No sé si es que no se le da importancia, si es porque todo se hace con teatro nada más y ellos también cantan”.

Con más camino recorrido con respecto a otros artistas jóvenes de Las Tunas por el tiempo que lleva sobre los escenarios, Mónica tiene sus propias valoraciones sobre las diferencias entre las diferentes generaciones de músicos alternativos. “Las mezclas no son las mismas. Las letras son diferentes. Creo que por eso yo disfruto tanto cantar los temas antológicos”.

“No es una regla, pero mayoritariamente a las nuevas generaciones les falta madurez, seguridad, estilo”.

“Yo por mi parte trato de fomentar cada día la formación que tengo, que hace que mis gustos tengan que ver más con lo que se hacía años atrás. Sigo tratando de escoger las mejores canciones de los mejores autores: Varela, Frank Delgado, Pablo, Silvio. También yo monto temas para distintos públicos. Hay canciones movidas, canciones lentas, de amor, de desamor, no sólo es trova a la que uno está acostumbrado. ¡Hay que variar! Pero que nunca sean temas banales”.

“A mi papá siempre le gustó que yo cantara, y estaba en un grupo donde cantaba con Félix Fernando, el hijo de Félix Ramos. Mi papá se dio cuenta de que yo afinaba y comenzó a llevarme con él para las actividades por ahí, y a mí me fue gustando, desde entonces no soy nadie sin la música”.

Joven creadora, intérprete, compositora, músico.

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