Pasos alocados en calles aturdidas



Pies sueltos es un grupo de bailarines formados por Esteban Valdéz (director), Caridad Rodríguez (coreógrafa), Manuel Vázquez (coreógrafo), Luisa Medinas, Rebeca Arias y Rubén Darío. Estos jóvenes hace más de 6 años que se dedican a bailar en los barrios más desfavorecidos de la capital. Es increíble que con casi 7 años de trabajo por una causa justa, no se conozca nada de ellos.

La idea de crear esta perfecta unión fue de Manuel y Caridad que proceden de las Casas de Cultura. Después se unieron Rebeca, Rubén, Luisa y mucho después como a los 6 meses, Esteban, quien es su actual director y creador de la idea maravillosa de ir de barrio en barrio ofreciéndoles estupendas coreografías a sus habitantes.

Me quedé sin aliento cuando me enteré que entre finales del 2012 y principios del 2013 tuvieron 24 presentaciones en lugares como el reparto Coco Solo, Pogolotti, Los Pocitos, Luyanó, Alturas de Belén, Corralito y Reparto Flores, entre otros.

Cuando me dispuse a preguntarles sobre qué tipo de géneros musicales dominaban, la respuesta fue la siguiente: “Nosotros bailamos salsa, casino, guaguancó, baile árabe, vals, cumbia, baile español, merengue, break dance, chachachá, tango, y tres de nosotros bailamos ballet. Aparte de dominar muy bien todos estos bailes, nunca dejamos de ensayar una y otra vez. Ensayamos todos los martes, jueves, sábados y domingos, 6 horas cada día”. Estos muchachos están bien preparados y me repiten: “…nosotros, día a día ensayamos, aunque no tengamos presentaciones cercanas a la fecha y hasta ahora tenemos 19 coreografías, 10 realizadas por Manuel, 7 por Caridad y 2 que la desarrollaron entre los dos”.

Indagué sobre la realización de las actividades, ya que “romper el hielo” en una presentación nunca es fácil. “Tenemos 4 coreografías que siempre escogemos, una de ellas para empezar la función. Son coreografías que dejan mucho de qué hablar y la gente se preguntan siempre ¿bailan o no bailan? Y de pronto, como al minuto, arrancan fuerte y la verdad que hasta ahora nos han dado resultado y dejan al público con deseos de más”.

Los bailarines nos comentaron que se sienten bien ayudando y apreciando que con su presencia las personas se sienten mejor. “Esa sensación es incomparable, es suprema, es así como tú dices, algo que no se puede explicar. Nosotros hemos terminado la actuación y a la hora de irnos, como no cobramos nada, ves como las personas buscan en sus casas algo para brindarnos, un obsequio, un plato de comida, un dulce, cualquier cosa, y a nosotros nos da pena porque son personas que la mayoría no tiene qué comer y cuando te regalan algo puedes estar seguro que no es nada que les sobre, al contrario, es algo que se quitan”.

La gran pregunta entonces surgió: ¿cómo sobreviven estos jóvenes si no cobran por las actuaciones? Como imaginé la respuesta no tardó en llegar. “Muy fácil, las actuaciones no las cobramos, pero tenemos dos espacios no muy grandes, en los cuales damos clases de bailes y por los dos locales nos vamos rotando cada uno de nosotros, según los turnos que tengamos y el tipo de baile. Ahora en las vacaciones damos las clases por la mañana, pero en tiempo de curso escolar por las tardes a partir de las 5 p.m.”.

Es fuerte la experiencia que han vivido por esos barrios, pero pocos son los que tienen el corazón tan grande para hacer lo que estos 6 jóvenes desinteresados hacen. Ellos siguen adelante sin siquiera preocuparse por la publicidad, pero como a todos los grandes artistas, esto puede abrirles muchas puertas.

Agradezco que me hayan cedido la estupenda oportunidad de conocerlos y entrevistarlos, y de promocionar su trabajo para que otras personas conozcan la maravilla que realizan.

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