Confrontación de géneros, algo por evitar…



En ocasiones sucede que un grupo con relativa aceptación en un segmento de público, no goza de la misma aprobación en otro. Esto fue lo sucedido con el grupo musical La Firma, en la presentación ocurrida en el Pepito’s Bar, antiguamente el Barbaram.

La Firma está conformado por 4 jóvenes de entre 20 y 26 años. Insertado en lo que se conoce popularmente como “cultura repa”, fue fundado en 2003, y se caracteriza por estilos y letras fuertes, las que causan diversas polémicas entre las distintas culturas urbanas y juveniles, fusionando la música reggae con los géneros funk y algo de rock. Ya cuentan con un disco llamado El regreso, y estrenado el 25 de abril de 2005, el cual fue un rotundo éxito en las fiestas populares y de barrio.

Sin embargo, a los “miki” no parece precisamente encantarles este grupo, y con este dato llegamos a lo sucedido en el referido centro cultural de ARTEX, sitio frecuentado por jóvenes miki de características bastantes singulares, entre las que se encuentra un gusto refinado y exquisito por la cultura pop, una cultura que viene ganando adeptos en Cuba desde hace algunos años.

En primer lugar, la indumentaria, accesorios y estilo de vida de los integrantes de La Firma tuvo un impacto desfavorable dentro del club y del selecto público joven que acudió allí ese día, como de costumbre. Pero el fiasco total se lo llevaron cuando cantaron, la letra de sus canciones y la imagen proyectada por ellos provocó abucheos y comentarios negativos entre el público. Incluso, sólo unos pocos arriesgados se lanzaron a la pista de baile y la mayoría se quedó sentados, una evidencia del poco agrado causado por La Firma entre estos jóvenes.

Temas como “Fanática a la Pinta”, con gran cantidad de obscenidades donde se exalta hasta la exageración, ciertas capacidades sexuales de la raza negra y se le resta importancia a los “atributos” sexuales de los blancos, rematando con un estribillo que dice: “ella es blanca, fina y dice qué se la coja un niche”, se hallaron fuera de contexto entre un público mayoritariamente blanco, con un gusto musical y estilo urbano completamente diferente al que promueve el grupo.

Después de estos sinsabores, La Firma terminó con poquísimas ganas su tiempo en el escenario, sólo para cumplir con el contrato establecido donde no fueron remunerados porque no encajaron, ni causaron efecto positivo o agradable con su actuación. A pesar que de ser un grupo muy seguido por gran número de jóvenes cubanos que sí gustan de este ambiente y estas canciones.

Este suceso debe dejarles una lección a los músicos y creadores noveles que actualmente se abren paso en la escena underground cubana. Primero, que no todos los géneros y estilos musicales necesariamente son aceptados dentro del mundo musical de moda, hay que saber escoger los espacios de presentación y el público que asiste a los mismos, porque con el afán de presentación y remuneración, muchos grupos y artistas se lanzan a cantar sin estudiar de antemano el público que los escuchará, y mucho menos sin conocer exactamente si las letras de sus canciones y su propósito artístico, son aceptados por todos por igual. Segundo, que es necesario promocionarse aunque sea con métodos rudimentarios como de “voz en voz” entre tus seguidores, para asegurar que tus fanáticos y tu público, puedan asistir a las presentaciones pautadas, y así asegurar que no tendrán fiascos como estos.

Todavía queda mucho por aprender y caminar en el mundo musical underground, pero si nuestros músicos y creadores son inteligentes, no aceptaran la derrota de una mala presentación y aprenderán de sus errores para ser cada día mejores en su carrera musical.

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