Lo underground y lo clásico en un solo escenario



“Hoy dejó todo atrás”

Hoy, dejó todo atrás, dejó la humedad del castigo carcomiendo sus huesos, detrás, detrás, detrás de barrotes de acero cautivo

Dejó la traición o esperanza que espera un sin nombre jugando a ser presa de perros guardianes.

Le mataron neuronas, pero se hizo consciente superándole al miedo.

Y marcó, marcó la estrategia de la resistencia en su cuerpo. Aprendiendo que el hombre, que el hombre se hace guardando silencio.

Su delito, para los que dictan sentencia, fue perfecto. Confundir a quien hiere el mercado social en exceso.

Hoy, hoy dejó todo atrás, dejó, pero se hizo preciso revertir el pasado, ajustar lo genético par ser aceptado.

Controlar emociones sintiendo el efecto del cambio y no ser marginado.

Afianzar la raíz del camino correcto siguiendo los pasos de un código recto.

Y a Dios, a Dios le lega sus sueños con sus más fuertes empeños, respirando en cada intento. Y de ese modo, así seguir sobreviviendo víctima.

Victima por excelencia, victima por excelencia, victima por excelencia de una generación asfixiada…, en exceso.


El 14 de julio del presente año, en la sala Avellaneda del Teatro Nacional, el público cubano tuvo la oportunidad de presenciar por primera vez la exclusiva obra clásica “Exceso” por uno de los talleres coreográficos del ballet Alicia Alonso.

Atrás quedaron los estereotipos cuando bailarines y poetas entregaron al auditorio la posibilidad de disfrutar la inserción de lo popular en lo clásico. Una rareza que sin dudas, constituye un claro ejemplo de la perseverancia, originalidad y creatividad de los jóvenes músicos cubanos. El deseo de hacer se impuso ante construcciones sociales y elitismos que en ocasiones obstruyen el desarrollo del ingenio.

Disfrutaban todos con esta peculiar puesta en escena. Parecía que nada más podía superar la música de Regina Spektor que acompañaba el espectáculo, ni los movimientos y técnicas de la Danza Contemporánea incorporados al Ballet Clásico por José Carlos, bailarín y director de la obra, y los bailarines Leticia, Alejandro, Yanly, Liset y Miguel, quienes se desbordaron en talento y creatividad en los 11 minutos de la puesta, pero abismados quedaron cuando en los minutos finales se incorporó Amehel Incera Cepeda, autor de la poesía “Hoy dejó todo atrás”, como el componente resumen y clave de la obra.

Una excelente fusión resultó de este spoken word, o poesía hablada en su traducción al español, y el ballet. Oralidad y lenguaje corporal se unificaron para abordar temáticas relacionadas con las expectativas, los modos de vida, los cambios y las metas propuestas por cada individuo en su cotidianidad, así como la cruda realidad desintegradora que suelen experimentar aquellos compulsados a los conflictos y conductas delictivas y su a-posteriori reinserción a la sociedad.

“Exceso” se llevó la mayoría de ovaciones entre las 4 obras que se presentaron ese día. Propuestas como esta oda a lo experimental, la tenacidad y la singularidad seguirán formando parte del panorama cultural contemporáneo de la Isla. Según Amehel y José Carlos, esto es sólo el comienzo de un sueño que parecía irrealizable.

La idea de unificar ambos géneros nació hace un tiempo atrás, pero materializarla sólo les llevó ocho días. Tiempo record para una presentación que no por novedosa, deja de ser atrevida, si tenemos en cuenta el tecnicismo, variable sólo según el lugar de origen y la tradicionalidad que caracterizan este género dramático que es el ballet clásico.

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