Mi Habana underground



De visita en La Habana, por pocos días –menos de una semana– y con muy poco tiempo además para el ocio, no me quedó más remedio que ir directo al grano al buscar espacios de la música que me gusta.

Un lugar conocido para mí y al que siempre recurro cada vez que visito la capital de Cuba, es el Centro Cultural Bertolt Brecht, un sitio que posee un Café Teatro con excelente vista y donde se reúnen habitualmente las figuras más conocidas de las tablas y la televisión cubanas, deportistas y todo tipo de personas. Este sitio conocido en toda La Habana es uno de mis lugares preferidos, ¿por qué? La respuesta es simple, para un ciudadano de provincia como yo es bastante difícil ver actuar en directo a músicos o agrupaciones de primer nivel, dígase: William Vivanco, Ivette Cepeda, David Torrens, Polito Ibáñez, por sólo mencionar algunos nombres, y en el Bertolt Brecht por un precio módico, uno puede disfrutar de cualquier actuación programada en su teatro convertido en las noches en escenario de privilegio. Así que el Café Teatro del Bertolt Brecht fue mi primera visita en La Habana y donde disfruté mi primer café habanero con el regocijo de enterarme que en dos noches estaría en su escenario una banda que junto al proyecto Habana Abierta, habían revolucionado la música cubana, Interactivo, una alineación liderada por Roberto Carcassés, un músico muy conocido en todo el gremio.

Como soy un seguidor de Interactivo desde su nacimiento y poseo además, copias de todos sus discos empezando por el primero Goza Pepillo, en el que aglutinó talentosos intérpretes como William Vivanco, Telmaris, Melvis Santa, Francis del Rio, entre otros, no podía perderme una presentación en vivo del coloso de la música fusión.

Tiempo atrás en este mismo Café Teatro tuve la oportunidad de ver, oír y disfrutar de las interpretaciones de Ivette Cepeda, mujer con una voz privilegiada y una manera de interactuar con su público muy peculiar. Donde pude sentir que definitivamente el espacio es mágico, único y cambia totalmente de contexto al artista, porque al no tener los límites que imponen los medios y disfrutar de la libertad sin prejuicios del espacio, el artista disfruta sobremanera su actuación y se abre al público. Así que con ese precedente era indispensable ver a Roberto Carcassés y su banda Interactivo en acción.

La noche esperada llegó y la cita de las once y treinta finalmente estaba al alcance de mis oídos y ojos. Después de hacer una cola para entrar, ya estaba sentado frente al escenario donde el primero en subir fue como era de esperar, el líder y pianista de la agrupación. Le siguieron los demás músicos y de pronto el ambiente lleno de humo de cigarros y olores de perfumes mezclados,se inundó de la estruendosa sonoridad de Interactivo. Todo lo demás pasó a tercer plano y amanecer escuchando esa música fue fácil porque el tiempo pasó sin apenas sentirse.

La sorpresa fue sin dudas cuando a mitad del concierto apareció en el escenario Francis del Rio para exacerbar los ánimos.

Definitivamente disfruté de una noche maravillosa de música y la moraleja de esta historia es que espacios como el Bertolt Brecht, no sólo son refugio del público que busca buena música y un lugar para enajenarse de la cotidianidad, sino también para los artistas que se liberan para dar todo lo que realmente son. Fuera de los medios de comunicación, los discos grabados por alguna disquera, los conciertos oficiales, estos espacios son un medio fundamental para encontrar seguidores. Mi Habana Underground abraza a todo el que busque amparo para liberarse.

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