La intensidad de un Maraquero



Se nos hace raro actualmente encontrar a algún joven músico que nos sorprenda tocando un instrumento tan intensamente cubano como las maracas. Quizás porque la tradición de “maraqueros” ha ido mermando en el país o porque los jóvenes de ahora se deslumbran con la aplicación de las nuevas tecnologías a la música que muchas veces sustituyen los instrumentos reales. Pero de vez en cuando nos llevamos la sorpresa y conocemos personas como Hiran Jovas López, alias El Maraquero.

El Maraquero es un joven de 36 años, nacido en el municipio Cerro de La Habana, y desde pequeño tiene predilección por las maracas, aunque también canta. “Este es mi sueño de toda la vida, claro hubiese querido conformar un grupo propio, pero no me ha sido posible. Mi música, la que hago y toco, es enteramente cubana y aspiro a seguir cultivándola para triunfar dentro de ella. No me pongo límites y soy bastante abierto en cuanto a ritmos”.

En estos momentos, en sus empeños por continuar en el mundo de la música, Hiran es miembro del grupo Son de Corazón, donde canta como corista y toca las maracas. También se presenta por invitación junto a otros músicos como Emilio Morales y Bobby Carcassés, y ha compartido escenario con María Ochoa, vocalista y corista. Igualmente cuenta con diversas presentaciones, entre ellas en la Casa de la Música, la UNEAC, en programas de televisión como 23 y M. Y destacamos un evento que nos habla de la madera que está hecho El Maraquero, fue la presentación que hizo en el Hospital Fajardo para cantarle y alegrarle la vida a los niños enfermos de cáncer.

En 1997, la locutora Rosalia Arnáez lo recomendó a un amigo suyo en el Cabaret Tropicana, donde fue aceptado, primero por su estatura más bien baja, pero principalmente por su color de piel. “Esto no lo supe hasta mucho tiempo después a través de un antiguo cantante de aquel lugar. Esa situación me desanimó bastante, pues me costó mucho trabajo entenderlo, pero continué con mis metas y aspiraciones, y hasta hoy no he parado”.

Realmente en su camino ya cuenta con gratas experiencias como aquella ocasión en que viajó con el grupo a Suecia, promoviendo la música cubana. “Fue algo bastante peculiar, pues toqué las maracas con un grupo sueco, con mis maracas y la música, ritmo y estilo de ellos, y todo esta mezcla fue muy bien acogida por el público de aquel país. Es una experiencia única”.

Para finalizar me confiesa sobre su vida sentimental, la cual considera muy normal y parecida a la de todo joven de su edad. “He tenido varias relaciones formales y no formales, ahora me encuentro soltero, pero no solo”. Hace una pausa y regala unas bellas palabras a sus seres más queridos. “Sobre mi familia, es decir, mis padres, bueno mi madre es una bella persona y una gran madre, así como lo fue mi padre hasta que dejó de existir físicamente”.

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