La riqueza espiritual y melódica del metal extremo



Aunque el rock en la Isla tiene tantos seguidores como detractores, hay quienes ponen empeño y se encargan de fomentar su conocimiento y desarrollo mediante el intercambio de agrupaciones del patio con las foráneas.

Uno de los escenarios que acoge este tipo de eventos es el Brutal Fest o Festival de Música Extrema, que se celebra en el país dos veces al año y está a cargo del francés David Chapet, quien organiza el evento a través de su sello Brutal Beatdown Records.

Fundado desde hace tres años, este espacio propicia el contacto de bandas europeas y latinoamericanas con lo mejor y más selecto del rock extremo del país.

La recién finalizada edición tuvo como invitados de lujo a las cubanas Mephisto, Switch, Metastasys, Tendencia, Combat Noise, Dead Point, Estigma DC. Así como a las francesas Mortuary, una de las legendarias en este movimiento de metal underground con 25 años de existencia, Cowards, S-Core, la sueca Splattered Mermaids, la belga Severe, y la chilena Dezaztre Natural.

El festival es considerado por el público que gusta del metal extremo como todo un acontecimiento en el país, pues tanto las agrupaciones extranjeras como las locales se presentan en varias provincias del territorio nacional.

En una entrevista concedida por el promotor francés Chapet a la Televisión Cubana durante los días de celebración, que por cierto fueron diez, el responsable de la Brutal Beatdown Records confesó que “ya existe una larga lista de bandas de varios lugares del mundo que desean asistir al festival y actuar para el público cubano, el que es valorado por su conocimiento y apego al género”. Igualmente expresó sentirse satisfecho por la calidad de las agrupaciones participantes, lo que le compromete a mantener y “subir la parada” para la próxima edición programada a celebrarse en febrero del año venidero.

Así mismo el organizador del evento apuntó que “aunque en la preparación del Brutal Fest recibo apoyo de la Agencia Cubana de Rock (ACR), el Ministerio de Cultura y el Instituto Cubano de la Música, he pensado seriamente en preparar un Brutal Fest en Europa con grupos cubanos, lo que sería muy provechoso para la escena musical de la Isla, pero para eso debemos contar con un apoyo económico y ese sí que no lo tenemos ahora”.

Esta vez las ciudades protagonistas del evento fueron, Bayamo, Holguín, Camagüey, Sancti Spíritus, Pinar del Río, La Habana y Santa Clara, escenarios significativos por la cantidad de seguidores del metal extremo que cohabitan allí.

Particularmente en la ciudad de Santa Clara, personas de varias edades conformaban el público presente, el que a sus anchas disfrutó de un espectáculo colmado de explosividad a la hora de expresar las melodías de los temas interpretados. Mientras que la agresividad sonora fue otra de las partícipes en cada canción regalada a los santaclareños por Side y otras bandas, que también mostraron entrega y pasión por la música que hacen.

Las energías salieron desde el modo mismo de bailar característico del rock, a la vez que se tornaba irreverente el timbre de los vocalistas, fenómeno este que logró estrecho vínculo entre los emisores y los receptores, quienes mostraban desmedidamente el apasionamiento por la diversidad melódica que ofrece el metal.

Quizás la aceptación “extrema” al metal extremo constatada en la ciudad de Santa Clara, esté en parte condicionada por la participación del público en las habituales ediciones de “Ciudad Metal”, evento dedicado al rock que se celebra en la urbe anualmente y acoge como invitadas a bandas de todo el país.

Lo cierto es que gracias al Brutal Fest no sólo en la ciudad de Santa Clara, sino en otras ciudades ya citadas en este artículo, quienes asistieron a las presentaciones de las bandas fueron testigos de cómo la guitarra, el bajo, la batería y la voz se conjugaron y resultaron recursos indispensables para lograr el sonido característico del metal extremo.

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