Lizet Pérez Acosta, la manisera de La Habana
7 de octubre de 2013
Desde lejanos tiempos los pregoneros han pululado por la capital habanera con sus productos anunciados en tono menor, como si lo sintieran con cierta tristeza. Pero Lizet Pérez Acosta es una cantante frustrada que siempre ha querido cantar en algún escenario y para realizarse lo hace todos los días por las calles de La Habana, especialmente por el Parque Central, el Paseo del Prado o la calle Obispo.
“Desde niña cantaba en los actos escolares –me cuenta–, en fiestecitas familiares, en descargas de amigos, por todo el barrio. Hubiera querido ser una cantante lírica, tengo una fuerte voz, algunos me la han elogiado. Una vez, mientras limpiaba el portal, me escuchó una persona que conocía de música y me dijo que algún día podría aprender el canto, pero ese momento nunca llegó”.
La Manisera, como se le conoce a Lizet, pasó muchas dificultades en su desarrollo por la vida, vive en un solar de La Habana Vieja y ha tenido que pasar por duros oficios en los trabajos de servicio. Ahora y aunque es una etapa muy difícil, parece que encuentra cierto respiro vendiendo maní.
Lizet va por las calles disfrutando cantar El Manisero, un son-pregón que compuso Moisés Simons, en 1928, hace ahora 85 años. “Me han dicho que este pregón es muy famoso en todo el mundo, que lo cantaba Rita Montaner y Bola de Nieve, ellos lo llevaron por todo el mundo. Ahora cuando lo entono por las calles, la identifican casi todos los extranjeros”.
Pero la verdadera historia de esta canción-pregón que Lizet tanto disfruta cantar, la Manisera no la sabía completa y con mucho gusto me senté a contársela. Resulta que en mayo de 1930, Antonio Machín en el teatro Palace de Nueva York interpreta el son-pregón vestido de manisero, con una lata de maní en su mano y con la otra mano puesta en la boca para que se escuchara lejos el pregón. Por esos días graba su canción en los estudios de Camden y comienza a distribuirse a finales del año 1930. Como por arte de magia, El Manisero se convierte en el primer boom de la música latina que abrió el camino de la industria musical del continente.
La composición fue escrita por Simons en una servilleta del bar en la calle Virtudes y Consulado, frente al antiguo teatro Alhambra que después se convertiría en el Teatro Musical de La Habana. Justo en ese espacio, Sergio Acebal el “Negrito” del Alhambra, fundó un elegante bar con lunch que llamó Bar La Campana y que fue famoso por sus croquetas. En la actualidad allí sólo queda la estructura del edificio sin techo.
Rita Montaner la cantó en el teatro Regina, donde fue invitada por Ernesto Lecuona a tomar parte en su beneficio, un acontecimiento de gran gala en la que ella no podía faltar. La Única quiso regalarle algo que no hubiera hecho hasta entonces en su género, algo distinto y fue El Manisero.
Después de estos datos que le ofrecí a Lizet Pérez, ella aceptó ofrecérselos a los compradores, como un regalo por comprarles un cucurucho de maní, mientras entona la conocida canción:
Maní, maní, maní…
Si te quieres por el pico divertir,
Cómprame un cucuruchito de maní...
Ay, ay, ay, que calentico y rico e´ta,
Ay, ay, me voy, me voy, me voy…
Y se va entonando su ritmo a viva voz por las calles habaneras, soñando algún día cantar en un escenario real y yo viéndola desde lejos, deseándole que cumpla sus deseos.
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7 de octubre de 2013
Desde lejanos tiempos los pregoneros han pululado por la capital habanera con sus productos anunciados en tono menor, como si lo sintieran con cierta tristeza. Pero Lizet Pérez Acosta es una cantante frustrada que siempre ha querido cantar en algún escenario y para realizarse lo hace todos los días por las calles de La Habana, especialmente por el Parque Central, el Paseo del Prado o la calle Obispo.
“Desde niña cantaba en los actos escolares –me cuenta–, en fiestecitas familiares, en descargas de amigos, por todo el barrio. Hubiera querido ser una cantante lírica, tengo una fuerte voz, algunos me la han elogiado. Una vez, mientras limpiaba el portal, me escuchó una persona que conocía de música y me dijo que algún día podría aprender el canto, pero ese momento nunca llegó”.
La Manisera, como se le conoce a Lizet, pasó muchas dificultades en su desarrollo por la vida, vive en un solar de La Habana Vieja y ha tenido que pasar por duros oficios en los trabajos de servicio. Ahora y aunque es una etapa muy difícil, parece que encuentra cierto respiro vendiendo maní.
Lizet va por las calles disfrutando cantar El Manisero, un son-pregón que compuso Moisés Simons, en 1928, hace ahora 85 años. “Me han dicho que este pregón es muy famoso en todo el mundo, que lo cantaba Rita Montaner y Bola de Nieve, ellos lo llevaron por todo el mundo. Ahora cuando lo entono por las calles, la identifican casi todos los extranjeros”.
Pero la verdadera historia de esta canción-pregón que Lizet tanto disfruta cantar, la Manisera no la sabía completa y con mucho gusto me senté a contársela. Resulta que en mayo de 1930, Antonio Machín en el teatro Palace de Nueva York interpreta el son-pregón vestido de manisero, con una lata de maní en su mano y con la otra mano puesta en la boca para que se escuchara lejos el pregón. Por esos días graba su canción en los estudios de Camden y comienza a distribuirse a finales del año 1930. Como por arte de magia, El Manisero se convierte en el primer boom de la música latina que abrió el camino de la industria musical del continente.
La composición fue escrita por Simons en una servilleta del bar en la calle Virtudes y Consulado, frente al antiguo teatro Alhambra que después se convertiría en el Teatro Musical de La Habana. Justo en ese espacio, Sergio Acebal el “Negrito” del Alhambra, fundó un elegante bar con lunch que llamó Bar La Campana y que fue famoso por sus croquetas. En la actualidad allí sólo queda la estructura del edificio sin techo.
Rita Montaner la cantó en el teatro Regina, donde fue invitada por Ernesto Lecuona a tomar parte en su beneficio, un acontecimiento de gran gala en la que ella no podía faltar. La Única quiso regalarle algo que no hubiera hecho hasta entonces en su género, algo distinto y fue El Manisero.
Después de estos datos que le ofrecí a Lizet Pérez, ella aceptó ofrecérselos a los compradores, como un regalo por comprarles un cucurucho de maní, mientras entona la conocida canción:
Maní, maní, maní…
Si te quieres por el pico divertir,
Cómprame un cucuruchito de maní...
Ay, ay, ay, que calentico y rico e´ta,
Ay, ay, me voy, me voy, me voy…
Y se va entonando su ritmo a viva voz por las calles habaneras, soñando algún día cantar en un escenario real y yo viéndola desde lejos, deseándole que cumpla sus deseos.
Comentarios Dejar un comentario
- RAMON
- 9 de octubre, 2013 11:57 am (GMT-5:00)
- CONCUERDO CONTIGO LISANDRA ES CUENTA PROPISTA ESTE SITIO? ESTE ARTICULO NO TIENE NADA QUE VER CON LO UNDERGROUND HAY OTROS MUY BUENOS DONDE HE COMENTADO PERO ESTE NADA QUE VER CON LA TEMATICA
- 9 de octubre, 2013 11:57 am (GMT-5:00)
- Lisandra
- 7 de octubre, 2013 3:48 pm (GMT-5:00)
- he visto a la manicera, Liset, perfecto, conmovedora su historia como la de muchos cubanos.
ahora, partan2 a liset, q tiene q ver esto con el movimiento underground en Cuba, y mas aun toda esa historia que han hecho de la cancion El Manicero.
hay muy buenos articulos quie, pero este creo que no entra. - 7 de octubre, 2013 3:48 pm (GMT-5:00)