La flautista de Hamelín es de Consolación
14 de octubre de 2013
Dejándose cautivar por mogotes y respirando aire puro, se llega a Consolación del Sur, Pinar del Río, y una vez allí todos saben indicarte el camino hacia la casa de Beatriz Ordaz Martínez, la casa del Gallo, la casa de los músicos. Beatriz, alias Betty, te recibe con una gran sonrisa, te invita a pasar, te brinda café y sube las piernas cruzándolas sobre un sillón. Su piel es blanca y su pelo castaño cae haciendo honores a la gravedad, “lacio, lacio”, y lo dice como si fuera un castigo. “Soy de estatura mediana y cuadradita” y vuelve a sonreír poniendo los ojos chinitos, chinitos.
A sus 32 años se considera una consolareña de pura raza y además muy risueña. Sus rutinas se aderezan con la compañía de sus amigos y con la satisfacción del calor humano, “soy comunicativa y muy agradecida, me encanta ayudar a los demás… tener amigos…valoro mucho eso…, soy demasiado entregada a los demás, hasta el punto de dejar de pensar en mí muchas veces”, y sus amistades, familiares y vecinos le corresponden, y la exigen por su naturaleza divertida y su afición a las fiestas.
La sinceridad es un rasgo del carácter que la define. “Sincera al extremo de ser ruda al decir las cosas… la mentira es algo que no va conmigo”. Y para romper con la imagen de “risas siempre nunca llanto” confiesa su naturaleza sensible, sentimental y malcriada. “Cualquier cosa me entristece con la misma facilidad que me alegra”.
“Soy como el camaleón porque puedo adaptarme a cualquier entorno”. Sin embargo en la calma de su natal Consolación encuentra la paz y el silencio necesario para sus horas de descanso y práctica. Así se mantiene alejada de la molesta algarabía y de los ruidos de ciudad.
La música es su pasión, a ella se entrega con seriedad y profesionalidad, a la vez que disfrute. “Me gustan mucho los escenarios y la música por supuesto, me encanta ser anfitriona de cualquier evento y soy bien organizada para ese tipo de cosas… me molestan las informalidades y la mediocridad. Me gusta mucho la canción de autor, es por eso que llevo diez años tocando en un grupo acompañante de una trovadora, pero no tengo preferencia por un género específico, toda la música me enamora siempre que sea buena. También toco la flauta, interpretando música de concierto e instrumental, acompañada por un guitarrista”.
“La mujer orquesta” la llaman sus amigos, porque suelta la flauta y se apodera del teclado, la percusión, hace voces, y sin dejar de bailar y sonreír. No puede evitar su destino, es músico de nacimiento, lo sabe ahora y lo supo entonces cuando al no aprobar el nivel para la ENA, no se detuvo. “Nunca estuve de acuerdo y fue muy difícil para mí, pero me di cuenta de que eso no significaba una renuncia a la música, pues la llevo por dentro, y seguí estudiando y superándome… a pesar también de la lucha contra el mercado, pues lo que más se vende no es lo que más me gusta hacer y tampoco lo que más calidad tiene”.
Gracias a la música ha conocido su país, ha encontrado a su media naranja con el cual comparte sus gustos, sus horas de trabajo y sus sueños, y así aspira “poder seguir haciendo música siempre”, mientras sus vecinos soportan calladitos y sin protestar, las interminables horas de estudio, y bien bajito tararean las melodías y en secreto le agradecen por tener a la flautista de Hamelín tan cerquita de la casa.
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14 de octubre de 2013
Dejándose cautivar por mogotes y respirando aire puro, se llega a Consolación del Sur, Pinar del Río, y una vez allí todos saben indicarte el camino hacia la casa de Beatriz Ordaz Martínez, la casa del Gallo, la casa de los músicos. Beatriz, alias Betty, te recibe con una gran sonrisa, te invita a pasar, te brinda café y sube las piernas cruzándolas sobre un sillón. Su piel es blanca y su pelo castaño cae haciendo honores a la gravedad, “lacio, lacio”, y lo dice como si fuera un castigo. “Soy de estatura mediana y cuadradita” y vuelve a sonreír poniendo los ojos chinitos, chinitos.
A sus 32 años se considera una consolareña de pura raza y además muy risueña. Sus rutinas se aderezan con la compañía de sus amigos y con la satisfacción del calor humano, “soy comunicativa y muy agradecida, me encanta ayudar a los demás… tener amigos…valoro mucho eso…, soy demasiado entregada a los demás, hasta el punto de dejar de pensar en mí muchas veces”, y sus amistades, familiares y vecinos le corresponden, y la exigen por su naturaleza divertida y su afición a las fiestas.
La sinceridad es un rasgo del carácter que la define. “Sincera al extremo de ser ruda al decir las cosas… la mentira es algo que no va conmigo”. Y para romper con la imagen de “risas siempre nunca llanto” confiesa su naturaleza sensible, sentimental y malcriada. “Cualquier cosa me entristece con la misma facilidad que me alegra”.
“Soy como el camaleón porque puedo adaptarme a cualquier entorno”. Sin embargo en la calma de su natal Consolación encuentra la paz y el silencio necesario para sus horas de descanso y práctica. Así se mantiene alejada de la molesta algarabía y de los ruidos de ciudad.
La música es su pasión, a ella se entrega con seriedad y profesionalidad, a la vez que disfrute. “Me gustan mucho los escenarios y la música por supuesto, me encanta ser anfitriona de cualquier evento y soy bien organizada para ese tipo de cosas… me molestan las informalidades y la mediocridad. Me gusta mucho la canción de autor, es por eso que llevo diez años tocando en un grupo acompañante de una trovadora, pero no tengo preferencia por un género específico, toda la música me enamora siempre que sea buena. También toco la flauta, interpretando música de concierto e instrumental, acompañada por un guitarrista”.
“La mujer orquesta” la llaman sus amigos, porque suelta la flauta y se apodera del teclado, la percusión, hace voces, y sin dejar de bailar y sonreír. No puede evitar su destino, es músico de nacimiento, lo sabe ahora y lo supo entonces cuando al no aprobar el nivel para la ENA, no se detuvo. “Nunca estuve de acuerdo y fue muy difícil para mí, pero me di cuenta de que eso no significaba una renuncia a la música, pues la llevo por dentro, y seguí estudiando y superándome… a pesar también de la lucha contra el mercado, pues lo que más se vende no es lo que más me gusta hacer y tampoco lo que más calidad tiene”.
Gracias a la música ha conocido su país, ha encontrado a su media naranja con el cual comparte sus gustos, sus horas de trabajo y sus sueños, y así aspira “poder seguir haciendo música siempre”, mientras sus vecinos soportan calladitos y sin protestar, las interminables horas de estudio, y bien bajito tararean las melodías y en secreto le agradecen por tener a la flautista de Hamelín tan cerquita de la casa.
Comentarios Dejar un comentario
- Yaremi
- 15 de octubre, 2013 2:32 am (GMT-5:00)
- La Betty cara' !!! Grande y buena :) Te quiero amigus ....
- 15 de octubre, 2013 2:32 am (GMT-5:00)
- Candido
- 14 de octubre, 2013 5:53 pm (GMT-5:00)
- Eres grande Betty,te quiero.
- 14 de octubre, 2013 5:53 pm (GMT-5:00)
- Darina
- 14 de octubre, 2013 4:13 pm (GMT-5:00)
- i love u Betty!!!!!!!!!!!!!
- 14 de octubre, 2013 4:13 pm (GMT-5:00)
- Wilmer
- 14 de octubre, 2013 12:18 pm (GMT-5:00)
- Anda!, ella es de mi tierra
- 14 de octubre, 2013 12:18 pm (GMT-5:00)