Pepito Scull y su peña de soul



Gracias a la invitación de varios colegas pude asistir a un espectáculo no muy común en la escena artística cubana: un nuevo espacio para la música soul, el blues, el jazz y el funky.

El Funky Jazz Bunker Soul Club se inauguró en el Club 23 de la Rampa habanera, el viernes 13 de septiembre a las 10 de la noche. Su anfitrión José “Pepito” Scull, comenzó con la proyección de varios vídeos de hip hop norteamericanos mientras se esperaba el arribo del público.

La pareja de baile integrada por Julián Zuaznábar Pintado y Elsa Padrón Sola arrancó numerosos aplausos de los espectadores, estos viejitos integrantes de La Peña de Santa Amalia, bailan por afición y confían que eso los ayude a mantenerse saludables. Entre sus actuaciones más importantes se encuentran las realizadas en La Habana junto a Wynton Marsalis y Arturo O’Farril (hijo), destacados músicos de jazz de Estados Unidos, así como en el programa televisivo Cuerda Viva.

Los que asistieron deseosos de consumir el R&B de la Década Prodigiosa fueron complacidos por la interpretación magistral de varios clásicos del género por parte de Pepito Scull. El punto más sobresaliente de la noche fue su versión de “Tenderly” junto a Julián Zuaznábar Pintado, un anhelo de ambos cumplido tras varios años de espera. También movió de sus asientos el dúo de Scull con el rapero underground Felipe Zurich Záez.

El alto volumen del audio y el fuerte aire acondicionado atentaron contra el beneplácito de los asistentes a la actividad. Otro inconveniente fue cuando se le informó al técnico de sonido que el tema central del show era la música soul de los 60 y 70, este se limitó a responder que si sólo ponía esa música se moría de hambre, que tenía que variarla con ritmos más contemporáneos, así que nuestro pedido lamentablemente, no podría ser complacido. De esta forma, el objetivo principal del evento no se cumplió.

Otro incidente que atentó contra el éxito de esta peña, fueron los desperfectos en el equipo de sonido que hizo que los músicos invitados como el guitarrista de smooth jazz, Yoelsis Abreu, no pudieran regalarnos su arte, dejándonos con las ganas.

Doy fe de la preocupación de Pepito Scull por la supervivencia de la Peña, aunque el gerente del lugar lo increpó por la poca cantidad de asistentes y cuando se le informó que varios músicos aficionados se iban a presentar de manera gratuita, negó su participación por la falta de un documento oficial probatorio de su status de artistas.

Bien claro queda que el aspecto económico es el que prima en el ámbito musical nocturno cubano actual. El gusto de la mayoría, que no siempre es el mejor, es lo que reporta dividendos. Pero, ¿qué hacen las personas que tienen un gusto diferente, esos que nos dimos cita allí, deseosos de disfrutar la música que cultivan Pepito Scull y sus compañeros?

Otro aspecto importante es el hecho de que los músicos aficionados desconocidos no tienen espacios para poder expresarse. Todos tienen que ser controlados por instituciones culturales oficiales y deben portar un documento que autorice su presentación.

Quizás esta situación algún día cambie y se le pueda dar libre promoción a este tipo de música y artistas. Mientras tanto lucharemos para que lugares como el Funky Jazz Bunker Soul Club dirigido por Pepito Scull, se mantenga funcionando, aunque no sea en el club 23.

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LESTER
21 de octubre, 2013 11:00 am (GMT-5:00)
TREMENDA PEÑA, TREMENDOS MUSICOS REALMENTE EMOCIONANTE, FALTAN ESPACIOS COMO ESTE EN CUBA