Segundo Congreso de la AHS sin solución para los músicos underground de la Isla
4 de noviembre de 2013
De seguro usted ha conocido a varios músicos del panorama underground cubano gracias a los trabajos publicados en este sitio. La mayoría de ellos forman parte de los casi 300 mil miembros con que cuenta la Asociación Hermanos Saíz (AHS), organización que acoge a los jóvenes creadores de la Isla y que después de 12 años de su Primer Congreso, reunió del 16 al 18 de octubre en La Habana, a los casi 300 delegados participantes en el Segundo Congreso.
La cita permitió redefinir el sistema de trabajo y trazar nuevas rutas en el funcionamiento interno de la AHS, a decir de algunos de los partícipes villaclareños.
Pronunciar una mejor estrategia de promoción del arte joven cubano resultó demanda recurrente en las comisiones de trabajo que sesionaron durante el Congreso. Así mismo, la superación de los miembros fue otro de los puntos centrales del debate ya que muchos de los asociados tienen una formación autodidacta, como es el caso de la mayoría de los trovadores y raperos cubanos, y particularmente los del centro del país.
Otro asunto igualmente abordado fue las dificultades que afrontan los artistas en el acceso a materiales y equipos especializados, lo que demanda la búsqueda de soluciones para contrarrestar esas carencias, que en ocasiones lleva a los miembros a desarrollar mecanismos alternativos para sus presentaciones, como sucede fundamentalmente con los músicos, quienes reciben poco apoyo de las compañías discográficas u otras instituciones que igualmente pudieran amparar su obra.
La carencia de espacios de presentación, las vicisitudes para adquirir equipamiento técnico y la poca proyección del arte joven en los medios de comunicación masiva, figuraron también entre las inquietudes más reiteradas por los presentes en la cita.
El Segundo Congreso de la AHS devino espacio propicio para buscar un despegue del arte joven cubano y dejar totalmente claro la importancia de un espacio para dialogar con sinceridad sobre los anhelos de los jóvenes artistas que en su mayoría muestran propuestas atractivas y contemporáneas sin dejar de defender los valores éticos y morales de la sociedad, a la vez que denuncian todos los males que la afectan.
Igualmente se emitieron en la cita otras opiniones imprescindibles de mencionar en este trabajo, como son la carencia de opciones culturales de buen gusto que invadan el espíritu de la gente, promover el arte joven desde los medios de comunicación y la creación de un marco legal para resguardar a las productoras alternativas, esas que tanto apoyan a nuestros músicos.
A juicio de muchos conocedores del acontecer underground cubano, el punto medular en el debate, o al menos el de mayor impacto para quienes crean sin la preocupación de “pegar” en el mercado, lo constituyó el análisis que se hizo sobre el objeto social de la Agencia Cubana de Rap (ACR), la que hoy acoge también a exponentes de reggaetón, denigrando la imagen de la Institución y la de muchos raperos del país.
Sin embargo, a pesar de tantos y tantos planteamientos, de los análisis tan profundos y de reconocer en una cita de semejante magnitud “el insuficiente apoyo a la creación joven por parte de las instituciones culturales, situaciones que ocurren por el esquematismo y la lentitud”, a decir del poeta Lázaro Castillo y ex vicepresidente de la organización, hoy es realidad el temor, la reticencia y la negatividad con que responden a los artistas, y sobre todo a los músicos, las disqueras cubanas y los clubes nocturnos a los que más que ser un puente entre el creador y el público, sólo les preocupan las ganancias.
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4 de noviembre de 2013
De seguro usted ha conocido a varios músicos del panorama underground cubano gracias a los trabajos publicados en este sitio. La mayoría de ellos forman parte de los casi 300 mil miembros con que cuenta la Asociación Hermanos Saíz (AHS), organización que acoge a los jóvenes creadores de la Isla y que después de 12 años de su Primer Congreso, reunió del 16 al 18 de octubre en La Habana, a los casi 300 delegados participantes en el Segundo Congreso.
La cita permitió redefinir el sistema de trabajo y trazar nuevas rutas en el funcionamiento interno de la AHS, a decir de algunos de los partícipes villaclareños.
Pronunciar una mejor estrategia de promoción del arte joven cubano resultó demanda recurrente en las comisiones de trabajo que sesionaron durante el Congreso. Así mismo, la superación de los miembros fue otro de los puntos centrales del debate ya que muchos de los asociados tienen una formación autodidacta, como es el caso de la mayoría de los trovadores y raperos cubanos, y particularmente los del centro del país.
Otro asunto igualmente abordado fue las dificultades que afrontan los artistas en el acceso a materiales y equipos especializados, lo que demanda la búsqueda de soluciones para contrarrestar esas carencias, que en ocasiones lleva a los miembros a desarrollar mecanismos alternativos para sus presentaciones, como sucede fundamentalmente con los músicos, quienes reciben poco apoyo de las compañías discográficas u otras instituciones que igualmente pudieran amparar su obra.
La carencia de espacios de presentación, las vicisitudes para adquirir equipamiento técnico y la poca proyección del arte joven en los medios de comunicación masiva, figuraron también entre las inquietudes más reiteradas por los presentes en la cita.
El Segundo Congreso de la AHS devino espacio propicio para buscar un despegue del arte joven cubano y dejar totalmente claro la importancia de un espacio para dialogar con sinceridad sobre los anhelos de los jóvenes artistas que en su mayoría muestran propuestas atractivas y contemporáneas sin dejar de defender los valores éticos y morales de la sociedad, a la vez que denuncian todos los males que la afectan.
Igualmente se emitieron en la cita otras opiniones imprescindibles de mencionar en este trabajo, como son la carencia de opciones culturales de buen gusto que invadan el espíritu de la gente, promover el arte joven desde los medios de comunicación y la creación de un marco legal para resguardar a las productoras alternativas, esas que tanto apoyan a nuestros músicos.
A juicio de muchos conocedores del acontecer underground cubano, el punto medular en el debate, o al menos el de mayor impacto para quienes crean sin la preocupación de “pegar” en el mercado, lo constituyó el análisis que se hizo sobre el objeto social de la Agencia Cubana de Rap (ACR), la que hoy acoge también a exponentes de reggaetón, denigrando la imagen de la Institución y la de muchos raperos del país.
Sin embargo, a pesar de tantos y tantos planteamientos, de los análisis tan profundos y de reconocer en una cita de semejante magnitud “el insuficiente apoyo a la creación joven por parte de las instituciones culturales, situaciones que ocurren por el esquematismo y la lentitud”, a decir del poeta Lázaro Castillo y ex vicepresidente de la organización, hoy es realidad el temor, la reticencia y la negatividad con que responden a los artistas, y sobre todo a los músicos, las disqueras cubanas y los clubes nocturnos a los que más que ser un puente entre el creador y el público, sólo les preocupan las ganancias.
Comentarios Dejar un comentario
- Yuariel
- 4 de noviembre, 2013 9:07 am (GMT-5:00)
- Buen resumen, la página gana en calidad y en interés cuando nos mantienen al tanto de lo que pasa con los artistas jóvenes allá, desearÃa que los análisis también ahondaran en las causas.
- 4 de noviembre, 2013 9:07 am (GMT-5:00)