La alegría de crear en medio de las dificultades



No he conocido en toda mi vida a una persona más tenaz en sus propósitos que Rigoberto Mitjan. Diseñador gráfico, cantante, bailarín y percusionista, además de promotor cultural. Fue el creador, en pleno Período Especial, de una tertulia artística la cual se realizaba en su casa mensualmente la tarde de un sábado. Con ello se propuso combatir el tedio y el estrés de aquellos momentos. Comenzó con un grupo de amigos y familiares, a los que se fueron sumando vecinos del barrio. Esta tertulia con el paso del tiempo se ha convertido en un evento prácticamente tradicional. En su seno despuntaron figuras que más tarde se dedicaron de lleno al arte. Igual que en el presente, allí se leían poesías, se cantaba y se bailaba.

El proyecto ya cuenta con 22 años de fundado y debido a su popularidad y aceptación, Mitjan y su esposa Nancy Sánchez, también bailarina y cantante, decidieron reestructurarlo e incorporar una peña cultural que actualmente se realiza el cuarto sábado del mes, a las diez de la mañana, en un local abierto situado en la calle Ermita, esquina a Lombillo, en el capitalino municipio del Cerro.

La primera hora de la peña es dedicada al desarrollo artístico de los niños. Más tarde cuenta con la animación y el arte de Rigoberto, pues además de animar, cantar y tocar la guitarra es también percusionista. Los artistas participantes son aficionados provenientes del propio barrio que comparten el escenario con profesionales invitados.

Pese a los mil y un obstáculos a los cuales ha tenido que enfrentarse diariamente, Mitjan fue capaz de crear el Proyecto MUNANZO-MUNANZO, que en lengua bantú significa Hogar-Templo. Dentro de este compendio se enmarca una serie de actividades culturales entre las que se encuentran la tertulia y la peña cultural, además de un segmento llamado Cine con Filo, en el cual se analizan y discuten genéricos materiales cinematográficos.

MUNANZO-MUNANZO acometerá además una gira anual por toda la Isla, subvencionada con fondos de los propios promotores y artistas participantes, autodidactas en su mayoría y todos bajo la égida de la música alternativa. La gira tiene como propósito llevar a escenarios provinciales y municipales, la voluntad artística que fundamentalmente dentro de la música cubana, se desenvuelve en un barrio habanero, además de compartir experiencias y vivencias con sus iguales de otras regiones del país.

Según nos dice Mitjan, el proyecto también propiciará otras actividades como es el rescate de tradiciones danzarías-musicales, y para ello entre otros propósitos, se impartirán gratuitamente clases de casino, baile muy popular en Cuba, a todas las personas que así lo deseen. Se prevé igualmente, la organización de un festival de tradiciones habaneras.

Con una sonrisa perpetua que ya lo caracteriza, el voluntarioso Rigoberto Mitjan nos asegura que su empeño esencial y el de sus seguidores, es dar a conocer talentos musicales que no son reconocidos oficialmente no obstante poseerla calidad requerida, al mismo tiempo de servir de plataforma y extensión cultural que partiendo del barrio, amplifique sus actividades y eventos a nivel nacional. “Si la montaña no va al hombre, el hombre tiene que ir a la montaña”, y nos recalca el proverbio plenamente convencido de así debe ser.

A su lado y como subdirectora del proyecto se encuentra la no menos entusiasta Nancy Sánchez, compañera en la vida y copiloto de sus viajes por los sueños, inoculada también por ese sano germen que obliga a pensar que es más difícil construir que destruir, y que por lo tanto cuando se construye pese a las dificultades, el saldo final es la satisfacción y la alegría de hacer realidad la perseverancia y de recoger lo sembrado.

Esperamos que para Mitjan, Nancy y todos los que como ellos luchan por una cultura próspera que sea real patrimonio popular, la vida se convierta en un surco inagotable de satisfacciones y alegrías. Se lo merecen.

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