Lia Puentes, de la música mexicana al reggaetón



Lia Puentes Valdés es una joven con interesantes inquietudes artísticas. Cantar es su objetivo en la vida. No importa el género que sea. Lo suyo es hacerse escuchar. Lia ha transitado por la música mexicana, tradicional, campesina, la balada, merengue electrónico, disco, la bachata y el reggaetón.

Talento, juventud y belleza le sobran. Tras grabar su primer CD Océano de amor, alcanzó cierta notoriedad en los medios cubanos, pero no fue suficiente. Pronto se involucró con ritmos más comerciales y con la colaboración del compositor Osmany Espinosa comenzó la producción independiente de un nuevo larga duración.

Sentados tomando un limonada en una calurosa tarde habanera, nos contó su historia. “Estudié en la Escuela Nacional de Arte (ENA) en la especialidad de dirección coral. Tiempo después formé parte de la Academia Mariana de Gonitch, bajo la dirección del Director Artístico y profesor Hugo Oslé. Cuando me sentí preparada para pararme en un escenario, me presenté en varios eventos tales como el Concurso Nacional de Interpretación de Música Mexicana, Grand Prix (Jorge Negrete y Lola Beltrán) en el 2006, donde obtuve el Tercer Premio”.

A sus 26 años la vocalista Lia Puentes sabe lo que quiere. Sus triunfos artísticos los ha logrado por mérito propio y con gran esfuerzo. La sencillez con que habla, su modestia y agradable forma de ser, lejos de cualquier egocentrismo, demuestran su calidad artística y humana. No tiene secretos y a pesar de ser comercial se siente parte de la escena underground cubana.

“Lo de la música mexicana me vino por mi abuelita que era del campo y le encantaba. Así que desde chiquitica yo escucha sus discos y terminó gustándome también. Me siento identificada con las películas de Pedrito Fernández y de Lucero. Este fue el género que me dio el primer impulso para hacerme una cantante profesional. Mi tema de la suerte es la ranchera ‘Gorrioncillo pecho amarillo’ de Miguel Aceves Mejía”.

Estuvo alrededor de un año abriéndoles espectáculo a Pachito Alonso y su Kini Kini y fue una época importante en su vida. “Ahí comencé a darme a conocer y ellos me presentaron al compositor Osmany Espinosa, por el cual conocí la bachata. Me interesó muchísimo su propuesta porque nadie estaba haciendo ese género en Cuba. Sabíamos que podía funcionar y así fue. Hicimos hasta un video clip con nuestros recursos”.

También son importantes en su vida los compositores Germán Nogueira, Emilio Vega y Pucho López. “Conocí a Elíades Ochoa en una descarga entre amigos, y de manera informal me propusieron que cantara y que Elíades me acompañara con la guitarra varios temas de la trova tradicional cubana, como son ‘Pensamiento’, ‘Juramento’ y ‘Madrigal’. Elíades se sorprendió de que una muchacha de mi edad estuviera haciendo temas tan antológicos. Se emocionó conmigo y me brindó la oportunidad de grabar mi primer disco compuesto por 13 temas. El dúo Buena Fe me ayudó mucho. Ellos me aconsejaron sobre cuales canciones podían funcionar mejor. Pero lo grabamos en un mes, todo muy precipitado. Hubiera preferido hacerlo en un año”.

Hay un antes y un después de Océano de amor. Su estilo es tradicional, sin embargo después de su lanzamiento Lia ha apostado por ritmos más contemporáneos y comerciales. “Soy bastante adaptable y cuando canto algo, es porque verdaderamente lo siento. El guitarrista Marcos Alonso me propuso un nuevo proyecto. Probamos con ‘Bien Pegados’, un tema de pop rock. Tuvo muy buena aceptación pues utilizamos un concepto gótico, oscuro a lo Tim Burton. Fue una nueva faceta muy interesante. El disco que estoy grabando aún no tiene nombre. Quiero cuando lo termine, ver si lo asume alguna disquera, pero es una producción independiente que transita por la línea electrónica roquera”.

Lia asume los retos de ser artista en Cuba y quizás nos sorprenda incursionando en otros géneros musicales. Ya veremos que nuevo giro tomará su carrera.

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Comentarios   Dejar un comentario
Eduardo Antunez
22 de noviembre, 2013 10:37 am (GMT-5:00)
que bella muchacha