Maicol Yersi: ejemplo de realización vs. economía de la calle



El ritmo lo tiene en la sangre por procedencia anglocaribeña y africana de sus familiares. Tal vez del reggae de Jamaica o de la socca que también se baila en Antigua y Barbudas y en Barbados, le viene el flow que impregna sus interpretaciones musicales, haciendo realidad que Maicol Yersi de vida al hip hop en los escenarios de Manatí, al norte de la provincia de Las Tunas.

No es difícil de distinguir entre la multitud, el encanto de este muchacho por la cultura underground. Los pantalones bajos, las camisetas o pullovers usados al descuido, la gorra de medio lado con la visera recta, el andar vacilante y aparentemente despreocupado, lo etiquetan a la vista. Sólo que algunos no adivinan que no se trata sólo de estilo por fuera, es ese también su sello en la música. Porque Michel Oscar Vázquez Eversley, o sea, Maicol Yersi sobre los escenarios, es todo inspiración cuando se trata de hacer rap.

La familia no siempre confió en él. No siempre le acompañaron o le siguieron sus allegados, pues una vez más esperaban que sólo fuera un pasatiempo y que el entonces adolescente no comprometiera su futuro con algo tan incierto, como consideraban a sus aspiraciones de crecer dentro de la música under.

La persistencia y esfuerzo personal, así como la colaboración importantísima de amigos y otros exponentes del género, le ayudaron a seguir apostando por su realización. Pero se presentarían nuevos obstáculos, los típicos de la producción artística: asegurar los medios para hacer los backgrounds, luego grabar los temas correspondientes y “luchar” la promoción que necesitaría su obra. Pues como él mismo ha reconocido, “no basta con que algunos te digan o sepas que tienes talento”.

Víctor Manresa fue su primer camarada. El joven percusionista con estudios de música en escuela de arte, le proporcionó algunas herramientas para perfeccionar las ejecuciones de los diferentes temas. Lo recuerda muy bien porque era en los inicios, la época en que apenas comenzaba en Cuba el auge del compact disc (CD) y para ellos el soporte más factible era el casette de audio.

El primer grupo que logró conformar Michel se nombró Los Transformers, ahí le ayudó mucho un actual realizador independiente de video clips, Adrián Mayo. Tiempo después se desintegraron y se presentaba con otros proyectos. Para entonces ya era más conocido como Maicol Yersi y comenzaba a transitar un melódico camino, pero también agitado y trabajoso.

En la actualidad la música ha pasado a un segundo plano en su vida, pero sigue con él. En el camino comprobó que sin recursos suficientes para avanzar, tenía que buscar terreno más firme para asegurar su economía. Ahora es estudiante del Instituto Superior Pedagógico de Las Tunas y se prepara para ser además, profesor. Pero no ha abandonado ni sus sueños ni la práctica.

Lo difícil es, según cuenta a PMU, que todo cuesta mucho. Una de las razones que en estos momentos le frena es la producción de backgrounds, que llegan a costar los mismos entre los particulares en la calle, cuatro pesos convertibles (4.00 CUC), y suman cuatro CUC más la grabación de cada tema. “Si resuelves con algún amigo, con suerte te rebaja la mitad y el background te sale en cincuenta pesos moneda nacional (el equivalente a 2.00 CUC)”.

Como la matemática no falla, esto le sumará en total unos 8.00 CUC (el equivalente a doscientos pesos moneda nacional), un poco exigente para cualquier bolsillo, atendiendo además a que la mensualidad básica de los asalariados cubanos es de 225.00 pesos y en su caso se trata de un estudiante.

En fin, que son muchas las pretensiones de este joven cantante y le alcanzan la voluntad, el talento y la paciencia para no dejar que se apague su pasión, para no dejar de crear. No serán estas limitaciones económicas las que le remuevan de sus raíces y su conexión con la cultura que por muchos años han definido su identidad.

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