Yusniel, todo por un sueño
16 de diciembre de 2013
En la desaparecida Peña del Parque Almendares cantaron muchos exponentes del rap cubano con mucha fuerza y gracia, sabiendo representar la verdad, rimando con la filosofía de la calle, con atuendos acordes a la ocasión y muy precisos a la hora de poner letra sobre letra. Pero hoy sólo quiero hablar de uno de ellos, no del mejor, pero sí de uno de los que hizo mover la peña con gran fulgor y hablo de Yusniel Millet.
En conjunto con sus estudios, traía en sus espaldas el cuidado de su difunta madre que por aquel entonces estaba muy enferma. Eso no fue motivo para dejar su camino musical y con gran esfuerzo, cada vez que podía, hacía al público aclamar por él. Con el paso de los años ha sido el mejor en su barrio en cada actividad que se ha realizado y esto le ha servido para crear su estilo, que muchos creen extraño y poco apropiado para el rap, aunque siempre sale invicto. En uno de los últimos festivales en los que participó fueron invitados varios raperos de renombre, los cuales se quedaron pasmados con su estilo único, su agilidad para la rima y la salida rápida de pies forzados que se le daba.
La trágica muerte de su madre lo cambió radicalmente, sus versos empezaron a ser duros, tajantes y en ocasiones hirientes. “Las personas que me rodeaban no me decían nada porque sabían por lo que estaba pasando, yo sólo me enteré al ver los ojos humedecidos de un rival en una competencia”. A raíz de esto, Yusniel decide medirse más en sus ataques y no mezclar lo personal con el entretenimiento musical. Ha tenido que enfrentar amargas desilusiones por parte de las instituciones, en muchas ocasiones lo han dejado “vestido y sin ir al baile”. Pero gracias a todo eso es hoy una mejor persona tanto en lo personal como en lo laboral. “Todos estos tirones me hicieron madurar y a pesar de que muchas veces lloré la muerte de mi madre, hoy soy más fuerte y la tengo a ella como faro guía en mi vida”.
“En mi carrera musical sé que muchos de los que me elogian en verdad no quisieran ni verme, pero eso me hace querer cada día estudiar más, porque mis adversarios no son un puñado de infelices, al contrario, se mueven muy bien en este ambiente”.
“Cada día es mucho más difícil ganarse la vida como rapero, ya que son pocos los lugares que me acogen y otros cuando lo hacen, no me pagan por X o por Y. La vida del rapero cubano es muy difícil, pero pese a todas las circunstancias no cederé en mi empeño”.
Es cierto que la situación se torna difícil para las producciones independientes, pero algún día eso debe de cambiar, asegura. “Mi último CD lo hice con sangre, ¡qué manera de encontrarme trabas y protestas por todo! Pero aun así gracias a Dios, di a luz este estupendo hijo y no lo digo yo, lo dicen las personas que lo escuchan llorar. Ya estamos acostumbrados a las trabas y lo único que han logrado es que trabaje cada día con más fuerzas y con ningunas ganas de renunciar”.
“La Agencia cubana del Rap no hace bien su trabajo, creo que en vez de promocionar siempre a los mismos, debe darle aunque sea una oportunidad a nuevos exponentes, ya que de esa manera podrían ampliar el rango y ganar más, que en un final es lo único que quieren como agencia y nada más”.
“El rap no sería rap si sus bases fueran la mentira y el miedo, eso no es rap, para que lo sea tiene que luchar por lo justo, y sentirse escuchado y valorado, eso es rap, y por mucho que quieran cambiarlo no podrán porque entonces ya no sería rap y todo quedaría en el pasado”.
“No es justo aprovecharse de los raperos y decirles: como lo que cantan es rap y la cosa puede salir mal, les pagaré menos. Eso no es justo. Todo no puede ser comercial y la verdad ¿quién la dice? ¿Quién nombrará a los sucios que se deben limpiar? ¿Quién dirá basta y comenzará a hablar? sólo nosotros, sólo los raperos”.
Yusniel ya está cansado, tiene unas ojeras terribles. Piensa en algo para el final y con una gran sonrisa reflejada en su cara dice: “El rap es el cambio obligatorio y con él las ideas nuevas y buenas prevalecen sobre la inmundicia de la sociedad”.
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16 de diciembre de 2013
En la desaparecida Peña del Parque Almendares cantaron muchos exponentes del rap cubano con mucha fuerza y gracia, sabiendo representar la verdad, rimando con la filosofía de la calle, con atuendos acordes a la ocasión y muy precisos a la hora de poner letra sobre letra. Pero hoy sólo quiero hablar de uno de ellos, no del mejor, pero sí de uno de los que hizo mover la peña con gran fulgor y hablo de Yusniel Millet. En conjunto con sus estudios, traía en sus espaldas el cuidado de su difunta madre que por aquel entonces estaba muy enferma. Eso no fue motivo para dejar su camino musical y con gran esfuerzo, cada vez que podía, hacía al público aclamar por él. Con el paso de los años ha sido el mejor en su barrio en cada actividad que se ha realizado y esto le ha servido para crear su estilo, que muchos creen extraño y poco apropiado para el rap, aunque siempre sale invicto. En uno de los últimos festivales en los que participó fueron invitados varios raperos de renombre, los cuales se quedaron pasmados con su estilo único, su agilidad para la rima y la salida rápida de pies forzados que se le daba.
La trágica muerte de su madre lo cambió radicalmente, sus versos empezaron a ser duros, tajantes y en ocasiones hirientes. “Las personas que me rodeaban no me decían nada porque sabían por lo que estaba pasando, yo sólo me enteré al ver los ojos humedecidos de un rival en una competencia”. A raíz de esto, Yusniel decide medirse más en sus ataques y no mezclar lo personal con el entretenimiento musical. Ha tenido que enfrentar amargas desilusiones por parte de las instituciones, en muchas ocasiones lo han dejado “vestido y sin ir al baile”. Pero gracias a todo eso es hoy una mejor persona tanto en lo personal como en lo laboral. “Todos estos tirones me hicieron madurar y a pesar de que muchas veces lloré la muerte de mi madre, hoy soy más fuerte y la tengo a ella como faro guía en mi vida”.
“En mi carrera musical sé que muchos de los que me elogian en verdad no quisieran ni verme, pero eso me hace querer cada día estudiar más, porque mis adversarios no son un puñado de infelices, al contrario, se mueven muy bien en este ambiente”.
“Cada día es mucho más difícil ganarse la vida como rapero, ya que son pocos los lugares que me acogen y otros cuando lo hacen, no me pagan por X o por Y. La vida del rapero cubano es muy difícil, pero pese a todas las circunstancias no cederé en mi empeño”.
Es cierto que la situación se torna difícil para las producciones independientes, pero algún día eso debe de cambiar, asegura. “Mi último CD lo hice con sangre, ¡qué manera de encontrarme trabas y protestas por todo! Pero aun así gracias a Dios, di a luz este estupendo hijo y no lo digo yo, lo dicen las personas que lo escuchan llorar. Ya estamos acostumbrados a las trabas y lo único que han logrado es que trabaje cada día con más fuerzas y con ningunas ganas de renunciar”.
“La Agencia cubana del Rap no hace bien su trabajo, creo que en vez de promocionar siempre a los mismos, debe darle aunque sea una oportunidad a nuevos exponentes, ya que de esa manera podrían ampliar el rango y ganar más, que en un final es lo único que quieren como agencia y nada más”.
“El rap no sería rap si sus bases fueran la mentira y el miedo, eso no es rap, para que lo sea tiene que luchar por lo justo, y sentirse escuchado y valorado, eso es rap, y por mucho que quieran cambiarlo no podrán porque entonces ya no sería rap y todo quedaría en el pasado”.
“No es justo aprovecharse de los raperos y decirles: como lo que cantan es rap y la cosa puede salir mal, les pagaré menos. Eso no es justo. Todo no puede ser comercial y la verdad ¿quién la dice? ¿Quién nombrará a los sucios que se deben limpiar? ¿Quién dirá basta y comenzará a hablar? sólo nosotros, sólo los raperos”.
Yusniel ya está cansado, tiene unas ojeras terribles. Piensa en algo para el final y con una gran sonrisa reflejada en su cara dice: “El rap es el cambio obligatorio y con él las ideas nuevas y buenas prevalecen sobre la inmundicia de la sociedad”.
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