Dejar la piel en el escenario
23 de diciembre de 2013
Son dos jóvenes como otros cientos, que puedes encontrar en cualquier parte de Cuba y que tienen a la música en el centro de sus vidas. Sienten, padecen, respiran lo que hacen, pero en la mayoría de las ocasiones desperdician su talento por la falta de apoyo o por no tener la suficiente solvencia económica para echar adelante sus proyectos. Pero lo que diferencia a Richard Duarte y Carlos Alberto Fariña del resto, es la calidad y la seriedad con que asumen el arte, la perseverancia y la decisión de salir adelante sin fijarse en los obstáculos.
Ellos forman desde el año 2007, el dúo Aire Limpio con la colaboración y la asesoría artística de Rafael Sariol, productor y representante, que cuenta con la experiencia que le dan sus más de seis décadas de vida dedicadas a la ayuda de jóvenes talentosos, para hacerles un lugar en el complejo mundo de la canción cubana.
Rafael fundó hace varios años los estudios de grabación independientes Bahía Récords en el reparto Guiteras, al Este de La Habana, donde sin ánimo de lucro produce para los artistas principiantes porque “…me gusta ayudar, me encanta la música y el mundo de la producción musical y cuando alguno toca a mi puerta con alguna propuesta interesante, no lo pienso dos veces y emprendemos el trabajo”.
“Las realidades en Cuba son más crudas de cómo se pintan, –agrega Rafael- las empresas y las disqueras están cerradas a nuevas audiciones y si usted no tiene padrino o dinero no hay discos. Todo lo que he grabado en mi estudio lo envío a las empresas y jamás recibí respuesta ni acuse de recibo”.
Los muchachos de Aire Limpio, con grandes sacrificios, se han ido abriendo paso colaborando con otros artistas y participando en concursos municipales como el Roberto Faz, en Regla, donde obtuvieron el tercer lugar y algunos de los miembros del jurado les consiguieron presentaciones en varios centros nocturnos de la capital como Las Vegas, Karachi, e invitaciones a los programas de televisión Talla Joven, Conexión y más recientemente a la gala de los Premios Lucas, pero todavía nadie se ha atrevido a poner ninguna de sus canciones en la radio.
“No estamos representados por ninguna agencia, –dice Richard- pues piden demasiados requisitos. No es sólo tener buena voz y afinación, y demostrar que le gustas al público, es necesario ser músico de academia, lo que le niega una oportunidad a la mayoría”.
“Del corazón nos nace hacer música –agrega- y contamos con el apoyo de mucha gente. No concebimos el futuro alejados de los escenarios y de las grabaciones musicales. Aprovechamos todas las oportunidades que nos brindan”.
Carlos Alberto, como en todo buen dúo, hace la voz segunda y asegura, “…en la mayoría de los lugares no te dejan cantar si no estás representado por una agencia o empresa, y donde te dejan, no pagan, y como todo ser humano tenemos que vestir, calzar y comer. Eso a cualquiera lo hubiera hecho desistir, por eso yo digo que a nosotros nos gusta lo que hacemos. Nada nos detendrá en nuestro empeño de cantar y componer, no nos rendimos, seguimos insistiendo, trabajando, tocando puertas, presentándonos donde podamos, porque estamos seguros del triunfo y tenemos fe en el futuro”.
El dúo Aire Limpio se ha convertido en cronista de la sociedad cubana actual, con letras que hablan sobre las experiencias de la vida, la violencia de género y la tolerancia, con ritmos poco usuales para esos temas como el reggaetón, bachata, merengue, discoteca y salsa.
Si algo llama la atención en ellos es la calidad de sus voces y que quizás sean los únicos regguetoneros del país que no tienen letras obscenas, ni chabacanas y eso les gana mucho público a diario.
Paso a paso con la ayuda de Rafael, Aire Limpio ya grabó tres demos, un disco y más de cincuenta canciones de su autoría, y desde hace un tiempo comenzaron una estrecha colaboración con Javi Santana y Dany Barrios, que esperan rinda sus dividendos próximamente.
En estos días de fiesta, Aire Limpio se presentará en varias plazas municipales de La Habana, para celebrar con los capitalinos el advenimiento de un nuevo año, pero de seguro seguirán dejando la piel en el escenario por amor y por convicción.
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23 de diciembre de 2013
Son dos jóvenes como otros cientos, que puedes encontrar en cualquier parte de Cuba y que tienen a la música en el centro de sus vidas. Sienten, padecen, respiran lo que hacen, pero en la mayoría de las ocasiones desperdician su talento por la falta de apoyo o por no tener la suficiente solvencia económica para echar adelante sus proyectos. Pero lo que diferencia a Richard Duarte y Carlos Alberto Fariña del resto, es la calidad y la seriedad con que asumen el arte, la perseverancia y la decisión de salir adelante sin fijarse en los obstáculos.
Ellos forman desde el año 2007, el dúo Aire Limpio con la colaboración y la asesoría artística de Rafael Sariol, productor y representante, que cuenta con la experiencia que le dan sus más de seis décadas de vida dedicadas a la ayuda de jóvenes talentosos, para hacerles un lugar en el complejo mundo de la canción cubana.
Rafael fundó hace varios años los estudios de grabación independientes Bahía Récords en el reparto Guiteras, al Este de La Habana, donde sin ánimo de lucro produce para los artistas principiantes porque “…me gusta ayudar, me encanta la música y el mundo de la producción musical y cuando alguno toca a mi puerta con alguna propuesta interesante, no lo pienso dos veces y emprendemos el trabajo”.
“Las realidades en Cuba son más crudas de cómo se pintan, –agrega Rafael- las empresas y las disqueras están cerradas a nuevas audiciones y si usted no tiene padrino o dinero no hay discos. Todo lo que he grabado en mi estudio lo envío a las empresas y jamás recibí respuesta ni acuse de recibo”.
Los muchachos de Aire Limpio, con grandes sacrificios, se han ido abriendo paso colaborando con otros artistas y participando en concursos municipales como el Roberto Faz, en Regla, donde obtuvieron el tercer lugar y algunos de los miembros del jurado les consiguieron presentaciones en varios centros nocturnos de la capital como Las Vegas, Karachi, e invitaciones a los programas de televisión Talla Joven, Conexión y más recientemente a la gala de los Premios Lucas, pero todavía nadie se ha atrevido a poner ninguna de sus canciones en la radio.
“No estamos representados por ninguna agencia, –dice Richard- pues piden demasiados requisitos. No es sólo tener buena voz y afinación, y demostrar que le gustas al público, es necesario ser músico de academia, lo que le niega una oportunidad a la mayoría”.
“Del corazón nos nace hacer música –agrega- y contamos con el apoyo de mucha gente. No concebimos el futuro alejados de los escenarios y de las grabaciones musicales. Aprovechamos todas las oportunidades que nos brindan”.
Carlos Alberto, como en todo buen dúo, hace la voz segunda y asegura, “…en la mayoría de los lugares no te dejan cantar si no estás representado por una agencia o empresa, y donde te dejan, no pagan, y como todo ser humano tenemos que vestir, calzar y comer. Eso a cualquiera lo hubiera hecho desistir, por eso yo digo que a nosotros nos gusta lo que hacemos. Nada nos detendrá en nuestro empeño de cantar y componer, no nos rendimos, seguimos insistiendo, trabajando, tocando puertas, presentándonos donde podamos, porque estamos seguros del triunfo y tenemos fe en el futuro”.
El dúo Aire Limpio se ha convertido en cronista de la sociedad cubana actual, con letras que hablan sobre las experiencias de la vida, la violencia de género y la tolerancia, con ritmos poco usuales para esos temas como el reggaetón, bachata, merengue, discoteca y salsa.
Si algo llama la atención en ellos es la calidad de sus voces y que quizás sean los únicos regguetoneros del país que no tienen letras obscenas, ni chabacanas y eso les gana mucho público a diario.
Paso a paso con la ayuda de Rafael, Aire Limpio ya grabó tres demos, un disco y más de cincuenta canciones de su autoría, y desde hace un tiempo comenzaron una estrecha colaboración con Javi Santana y Dany Barrios, que esperan rinda sus dividendos próximamente.
En estos días de fiesta, Aire Limpio se presentará en varias plazas municipales de La Habana, para celebrar con los capitalinos el advenimiento de un nuevo año, pero de seguro seguirán dejando la piel en el escenario por amor y por convicción.
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