Cubano desde las raíces, Damián Flow, lo mejor del Caribe



No todos tienen la suerte de conocer a Damián Enrique Calzado, pero si muchos a Damián Flow. Llegué a su cuadra preguntando por él, calle arriba, calle abajo, y todo lo que me decían era que no conocían a nadie con ese nombre. Tuve la suerte de preguntarle, después de una hora, a su abuelo, quien muy gentilmente me indicó la dirección exacta de su casa y así fue como lo pude entrevistar.

Damián Enrique Calzado fue el nombre por el que llamé estando frente a su puerta y asustado miró por la rendija de la ventana porque creía que era un asunto judicial, “la última vez que me llamaron por ese nombre fue cuando me citaron para el Servicio Militar. Hace años que nadie, ni siquiera yo, uso ese nombre y ya me suena extraño”.

Actualmente Damián Flow no crea rimas, ni canta, pero las personas lo siguen recordando como uno de los mejores. “Hace como un año que no me dedico a mí,” -nos contó- “duermo la mañana hasta las 11 a.m. y sobre la 1 p.m. empiezan a llegar mis alumnos y junto con ellos rimamos casi todo el día, y así los ayudo a prosperar como cantantes de rap”.

Damián nos contó cuán difícil es no hacer 100% lo que uno prefiere, “al principio lo hacía, pero gracias a mis letras que son bastante fuertes, me pusieron una carta de advertencia y mi abuelo me aconsejó no hacer nada por un buen rato. Después le cogí cariño a enseñar y por otro lado, mis alumnos son muy buenos también.” Para Damián esto es sólo una fase de su carrera y junto a sus alumnos la pasa como si nada.

Cuando le pregunté sobre la actualidad del rap cubano, Damián nos comentó: “El rap cubano no es el género indeseable de años atrás, ya hemos sabido ganarnos la preferencia de la gente y cada día son más los que escuchan la rima de la verdad. Es increíble como cada vez son más los que me preguntan cómo está el movimiento y en donde hay presentaciones”.

“Es muy cierto –añadió- que lo que más tocamos en nuestras letras es lo que más les duele, pero si no lo hacemos así ¿quién lo hará?. Y lo mejor es que cada día somos más los que nos atrevemos a decir los cambios que nos hacen falta… El rap exige verdades que no a todos les gusta y por eso somos capaces de abogar por muchos que piensan igual a nosotros, pero no tienen el valor de admitirlo hasta que no oyen una canción nuestra”.

Damián Flow se inclina hacia atrás y con voz grave dice: “algo que no se esperaban las autoridades es el tremendo desempeño que tenemos, no comprenden que lo que se quiere es cambiar lo mal hecho y algunos prefieren vernos como delincuentes callejeros”.

Sólo a ayudar y no a otra cosa, se dedica Damián desde hace un año, con la ayuda de otros raperos preparan actividades culturales en el barrio y ayudan a los jóvenes a lograr lo que quieren. No niega que muchas veces se les cierran las puertas con tan sólo mencionar la palabra rap porque hay mucho desconocimiento por parte de las instituciones y es que el sólo hecho de provenir del rap, ya es una objeción para no ayudar y cerrarles las puertas.

“Lo primero es que tienen ligado rap con delincuencia y eso no es así. Lo segundo es la falta de interés de los representantes culturales y tercero la falta de lugares en donde se pueda expresar lo que sentimos a través de las rimas. Tal parece que en Cuba no existe la Agencia Cubana del Rap, no sé qué es lo que hacen o a que están esperando, no los comprendo”.

Damián hace mucho hincapié en sus obras al problema del salario, piensa que esa es la base de todas las dificultades y que sólo quejándose, como él y otros saben hacerlo, es como único puede cambiar la situación laboral en la Isla, aunque a veces se cansen de escuchar y los desaparezcan por un tiempo de los escenarios.

“Logre o no lo que tengo pensado para mi futuro, nunca me sentiré frustrado, al contrario seguiré luchando por los derechos que me tocan y muy a pesar de lo que dicen, yo sé que soy cubano desde las raíces”.

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