El Pitbull Mulato



¿En que se parecen un físico nuclear y un cantante? Bueno, por si no lo sabes, en El Gato Tuerto, los viernes y domingos, está la respuesta. Se llama Víctor, pero es más conocido como el Pitbull Mulato, y ha dado mucho de que hablar en este centro. Según sus declaraciones, Víctor se hizo cantante a la fuerza, comenzó de ayudante de cocina, luego de fregador de platos, después de mesero, y ahora labora como animador y cantante en las noches de discoteca.

Víctor ha tenido sus detractores entre los conocedores de la buena música, pero no se deja intimidar. Recibe su apodo de parte de su público, gracias a la gran cantidad de temas del cantante Pitbull que cimienta su repertorio, pero cuenta con otros de inspiración propia. Además, es multifacético, porque también declama e improvisa rapeando muy bien.

El Pitbull Mulato tiene una conexión especial con la audiencia que le sigue fiel porque logra trasmitir una realidad social y cultural que enmarca a cada cubano en los planos más generales, de una manera muy particular. Además, en los intervalos paulatinos que se dan entre sus interpretaciones, el artista interactúa con su público de forma directa y exhorta a los presentes a que le lancen una frase conectándola con la realidad y contextualizándola en un estribillo musical muy pegajoso y contemporáneo.

Sus canciones presentan un contenido crítico que refleja la realidad social cubana, y lo han convertido en blanco de muchísimas críticas profesionales y laborales. Al cantante le han llamado la atención en reiteradas ocasiones algún que otro personal directivo del recinto, además de habérsele advertido las fronteras y límites que no debe violar, pero para El Pitbull Mulato eso no es algo que lo asuste.

El cantante está consciente de que es un activo fijo e indispensable en dicho recinto, y explica sus razones: “la directiva y los administradores siempre les preocupa el mensaje de mis canciones e improvisaciones, pero más le preocuparía el que yo no estuviese aquí, entonces el público no viniese a consumir de mi arte, ni tampoco los altos precios de los tragos y las bebidas del recinto”.

Sin embargo, este no era el futuro que se planeaba Víctor para sí mismo. Es graduado universitario en Física Nuclear, una carrera con poco, para no decir ningún campo en nuestro contexto. Por lo cual, tuvo que dedicarse a otros menesteres y eligió la música como medio de vida, dotándola de esta forma de un sentido material, objetivo y artístico.

Víctor no es más que uno de esos hombres divertidos y bonachones a los cuales es fácil acceder, llegando a compenetrarse de un modo muy especial con ellos. El hecho de que su público se componga de todas las edades y gustos es un rasgo positivo que caracteriza su trabajo musical y creativo. Es, como muchos, un luchador de la vida y un artista empírico que ha sabido salir adelante, pese a no tener una formación profesional relacionada con la música, ni tan siquiera trayectoria artística. Sin embargo, encontró talento y capacidades interpretativas en sí mismo que no conocía, que lo ubicaron dentro de la música rap y urbana cubana, en el ámbito musical underground.

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