En Cuba, el rap es entre la espada y la pared
20 de enero de 2014
Para nadie es un secreto que si vives en Cuba y te gusta la música, y tu manera de expresarla es cantando rap, entonces eres un marginado social. No todos tienen la capacidad de entender el rap y poder leer en sus versos una ayuda a la sociedad. Nadie responde con sabiduría y cambios, sólo el silencio ante tanta verdad expresada.
Hace tiempo escuché en boca de un solista, una canción muy conocida que brinda mucho y todavía está vigente, puesto que los errores citados en ella no han sido corregidos y para que lo dejaran cantarla, tuvo el pobre que seccionarla en pedazos para así no herir a nadie, pero yo tengo entendido que la verdad no hiere, la verdad purifica.
Les hablo de Abrahán Zulueta, quien para muchos es ejemplo de la música rap en Cuba. En uno que otro lugar escuché personas hablando, murmurando y es que se encontraban confundidas ya que no sabían si llamarle como el albañil con un hobby musical o el músico con un hobby de constructor, y es que las dos cosas las hace de maravillas. El barrio Buenavista está lleno de casas hechas por él y en cada casa que termina no puede retirarse si primero no canta una o dos canciones suyas.
Lo poco que sabe de música es por un viejo libro de solfeo que encontró en el sótano de su casa y de ahí saca sus rimas sencillas, pero directas. Por ahora no piensa en estudiar música, pero cuando lo pensó le dijeron que no podía por estar pasado de edad. Es triste que las ganas de aprender tengan una edad conveniente, aunque no sé para quién.
Aunque a veces se ve callado y con la mirada perdida, sigue tratando de ser feliz consigo mismo. No es justo dejar los sueños por falta de edad, no es justo tener que cambiar la forma de pensar, no es justo ser censurado por decir verdades, no es justo que canten canciones tuyas con la letra alterada y tampoco es justo tener miedo a ser escuchado. De alguna u otra forma las personas tenemos que cambiar porque: ¿de qué sirve ser la punta del iceberg para muchos, si en nuestro interior estamos sucios y mugrientos?
No es apropiado decir que todos son así o que todos son de otra manera, la verdad sobresale aun cuando la tapen con medias verdades. La pasión se lleva dentro y las ganas de ayudar salen por los poros, no es necesario competir a ser Pinocho ni tampoco a ser Conciencia. Algún día recapacitarán y espero no sea tarde, porque no siempre en las calles habrá un Abrahán para que los ponga a reflexionar.
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20 de enero de 2014
Para nadie es un secreto que si vives en Cuba y te gusta la música, y tu manera de expresarla es cantando rap, entonces eres un marginado social. No todos tienen la capacidad de entender el rap y poder leer en sus versos una ayuda a la sociedad. Nadie responde con sabiduría y cambios, sólo el silencio ante tanta verdad expresada.
Hace tiempo escuché en boca de un solista, una canción muy conocida que brinda mucho y todavía está vigente, puesto que los errores citados en ella no han sido corregidos y para que lo dejaran cantarla, tuvo el pobre que seccionarla en pedazos para así no herir a nadie, pero yo tengo entendido que la verdad no hiere, la verdad purifica.
Les hablo de Abrahán Zulueta, quien para muchos es ejemplo de la música rap en Cuba. En uno que otro lugar escuché personas hablando, murmurando y es que se encontraban confundidas ya que no sabían si llamarle como el albañil con un hobby musical o el músico con un hobby de constructor, y es que las dos cosas las hace de maravillas. El barrio Buenavista está lleno de casas hechas por él y en cada casa que termina no puede retirarse si primero no canta una o dos canciones suyas.
Lo poco que sabe de música es por un viejo libro de solfeo que encontró en el sótano de su casa y de ahí saca sus rimas sencillas, pero directas. Por ahora no piensa en estudiar música, pero cuando lo pensó le dijeron que no podía por estar pasado de edad. Es triste que las ganas de aprender tengan una edad conveniente, aunque no sé para quién.
Aunque a veces se ve callado y con la mirada perdida, sigue tratando de ser feliz consigo mismo. No es justo dejar los sueños por falta de edad, no es justo tener que cambiar la forma de pensar, no es justo ser censurado por decir verdades, no es justo que canten canciones tuyas con la letra alterada y tampoco es justo tener miedo a ser escuchado. De alguna u otra forma las personas tenemos que cambiar porque: ¿de qué sirve ser la punta del iceberg para muchos, si en nuestro interior estamos sucios y mugrientos?
No es apropiado decir que todos son así o que todos son de otra manera, la verdad sobresale aun cuando la tapen con medias verdades. La pasión se lleva dentro y las ganas de ayudar salen por los poros, no es necesario competir a ser Pinocho ni tampoco a ser Conciencia. Algún día recapacitarán y espero no sea tarde, porque no siempre en las calles habrá un Abrahán para que los ponga a reflexionar.
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