Corazón de mi ciudad con Los Compinches



Lo primero que pensé cuando llegué a la peña “Corazón de mi ciudad” (todos los terceros sábados de cada mes a las 11:00 p.m. en La Sitiera, Casa de las Promociones Musicales de Pinar del Río, al centro de la ciudad) es que Los Compinches habían logrado el propósito que declararon en este mismo sitio unos meses antes: en el escenario estaba una banda, me refiero a drums, tumbadoras, bajo y guitarra, que asistía la presentación en vivo, además del habitual apoyo de DJ Cristian y DJ Buti. Las canciones no habían cambiado mucho y la prueba era como el público anticipaba los coros, pero se innovaba, y relativizándolo con las oportunidades de Pinar del Río y las dificultades habituales de la música underground: fallos técnicos e improvisaciones que según como se miren pueden pasar por peculiaridades que otorgan espontaneidad, el paso me pareció enorme.

Las opciones en Pinar del Río no son muchas si simplemente su presupuesto está ajustado, como generalmente es mi caso, o si Usted quiere escapar de la música popular, la misma que oye en cada casa repetida como si no pudiera salir de una sesión de hipnosis, y que incluso termina “involuntariamente”, a saber quién se apropia de nuestra voluntad, tarareándolas. Ergo aplaudo que existan lugares donde se pueda conseguir algo diferente, más comprometido con quien lo recibe y con quien lo concibe, si bien hay que apuntar que el reto a la creatividad con tan limitados recursos es altísimo.

Los Compinches son los anfitriones de esta peña. Como siempre, Dennys el Positivo y Leicéster el Negativo, hacen fluir la electricidad con su unión. Es un espectáculo de nuevo tipo, hay luces inteligentes y de muchos colores, hay solos rockeros de guitarra eléctrica, hay un rapero que corre por el escenario y se mezcla con el público, y una revista de nuevos y viejos talentos. Detengámonos un poco en esta revista de talentos muy interactiva que a mi entender, fue increíblemente interesante.

Quien primero llegó fue León MC, un joven rapero con una lírica agresiva muy cercana al main stream estadounidense, pero muy potente y activo. Después vino Rony Chicho, igualmente joven y el MC más conciliador que he visto en los últimos tiempos, todas las tendencias se pueden encontrar en él y la dote política regala una sensación de bienestar. Fue el turno de la vieja escuela, Yorki, la figura que enseñó y formó a la generación intermedia de los presentes en aquel escenario, de los primeros en levantar las banderas del hip hop en Pinar del Río, con una poesía fenomenal, profunda, calmada, centrada en el hoy y el ahora, para los que gustan de la reflexión, para los que no esperan respirar lentamente oyendo rap. Y para finalizar y darle paso nuevamente a Los Compinches, New Raper con un carisma desbordante y la inocencia de quien comienza. Hasta era dichoso ver al DJ cuanto disfrutaba al público, los featuring y el fluido diálogo entre escena y espectador, nada de paredes, nada de distinciones, sino conexiones y música.

Creo que entendieron de lo que se trata una peña: apostar por no olvidar que socializando bajo los principios de amor, responsabilidad, respeto y cuidado es cuando el ser humano está mejor. Apostar por la fe, pero en los valores humanos; por el arte, pero el que busca ganar niveles estéticos sólo a través de la utilidad y el bienestar. Crear, hacer, sentir, participar, crecer, desarrollar, progresar, afirmar, activar, unir, soñar, lograr, amar, caminar, luchar, creer, ganar… Si siente que es de los que no encuentra la inspiración o su vida paró de parir verbos, vaya por una recarga casi gratis a “El Corazón de mi ciudad” con Los Compinches.

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