Siete Sellos
27 de enero de 2014
En un país donde la salsa, las mulatas y el ron son los íconos más conocidos de su identidad, resulta impresionante imaginar a cubanos y cubanas que vistan atuendos africanos y que con orgullo dejen su spendrum o muestren sus dreadlocks. Pues sí, aunque pudiera parecer incongruente y muchos intenten juzgar su apariencia, en Cuba existen hombres y mujeres que apuestan por el reggae como expresión musical y la cultura Rastafari como forma de vida.
Ante la búsqueda incansable de músicos underground y el difícil empeño de promocionarlos, PMU se acercó a unas de las agrupaciones de reggae con más de 5 de años de fundada y que su trabajo es poco conocido en el entorno de la música urbana en Cuba.
Fue una gran sorpresa saber que una fémina, integrante del grupo Siete Sellos, era la emisaria para conceder la entrevista. De piel mestiza, con unos dreadlocks impresionantemente largos, firmeza en su actitud y en sus palabras, Omí Ará compartió unos minutos de su tiempo. “La agrupación se fundó en el año 2006, hace aproximadamente 8 años. Antes éramos 7, pero bueno, se fueron yendo poco a poco porque decidieron hacer su trabajo, y quedamos nosotros que somos un matrimonio y decidimos seguir adelante con el proyecto”.
Bajo el mando de Ras Salem, Siete Sellos se empeña en dar a conocer aquello que para muchos resulta complejo de entender y en el mejor de los casos, tolerar. La esencia acerca de la cultura rastafari, cultura que sus protagonistas practican y defienden, es la génesis de su trabajo musical. “Nuestro objetivo fundamental es llevar a la sociedad el ejemplo de cómo debe ser un rasta, quitar un poco esa mala imagen que tenemos, que si somos drogadictos, que si somos unos sucios, que si no nos lavamos la cabeza. Una de las conquistas de Siete Sellos es que mediante la música le llevamos a la gente cómo es un rasta, como vive, como se manifiesta”.
La influencia del rey del reggae Bob Marley es notable en sus temas y ha marcado en el grupo un estilo similar a la de su ídolo musical, en cuanto a armonía, texto y cadencia. “Nosotros trabajamos la línea del reggae roots, es el que trabajaba Bob Marley. Es lo mismo que decía el Bob, de la misma manera que él lo decía, mediante la Biblia, los pasajes que se puedan encontrar en ella y mediante el reggae roots transmitimos ese mensaje a todo el que lo quiera escuchar, nosotros hacemos todo lo posible porque ese mensaje les llegue a todos los seres humanos”.
La perseverancia, cómplice de la música, es la fórmula que Ras Salem y Omí Ará, compañeros en el trabajo y en la vida, encontraron para mantener y extender su trabajo musical. Hoy Siete Sellos es más que un exponente de la música reggae cubana, se ha convertido, con pocos recursos, en una casa productora que lleva el mismo nombre de la agrupación. “Tenemos 4 discos, y en proyecto, dos con música propia. Antes eran con background que nos enviaban hermanos extranjeros. Ahora estamos montando temas de los discos anteriores en background hechos por nosotros mismos. Tenemos un espacio en nuestra casa con las condiciones para producir y grabar. Sietes Sellos Producciones está abierta para todo el que quiera hacer reggae”.
Actualmente el dúo desarrolla un proyecto, Habana Reggae, que ya cumplió su primer año de existencia. Es un sueño necesario para la comunidad de rastafaris, es una iniciativa que se va convirtiendo en realidad poco a poco, y al mismo tiempo es el único espacio de ese tipo que existe en la capital. “Estamos tratando con el proyecto Habana Reggae, que todo aquel hermano o hermana que desee llevar el mejor mensaje a toda la sociedad, encuentre un lugar donde hacerlo. Esperamos que avance con el apoyo de la multitud que nos sigue y que se interesen por lo que estamos haciendo”.
Así como los sietes sellos del Apocalipsis representan el freno de las enfermedades, las guerras y males sociales en general, Siete Sellos a través de su música, nos invita a transitar por un camino de paz, amor y libertad.
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27 de enero de 2014
En un país donde la salsa, las mulatas y el ron son los íconos más conocidos de su identidad, resulta impresionante imaginar a cubanos y cubanas que vistan atuendos africanos y que con orgullo dejen su spendrum o muestren sus dreadlocks. Pues sí, aunque pudiera parecer incongruente y muchos intenten juzgar su apariencia, en Cuba existen hombres y mujeres que apuestan por el reggae como expresión musical y la cultura Rastafari como forma de vida.
Ante la búsqueda incansable de músicos underground y el difícil empeño de promocionarlos, PMU se acercó a unas de las agrupaciones de reggae con más de 5 de años de fundada y que su trabajo es poco conocido en el entorno de la música urbana en Cuba.
Fue una gran sorpresa saber que una fémina, integrante del grupo Siete Sellos, era la emisaria para conceder la entrevista. De piel mestiza, con unos dreadlocks impresionantemente largos, firmeza en su actitud y en sus palabras, Omí Ará compartió unos minutos de su tiempo. “La agrupación se fundó en el año 2006, hace aproximadamente 8 años. Antes éramos 7, pero bueno, se fueron yendo poco a poco porque decidieron hacer su trabajo, y quedamos nosotros que somos un matrimonio y decidimos seguir adelante con el proyecto”.
Bajo el mando de Ras Salem, Siete Sellos se empeña en dar a conocer aquello que para muchos resulta complejo de entender y en el mejor de los casos, tolerar. La esencia acerca de la cultura rastafari, cultura que sus protagonistas practican y defienden, es la génesis de su trabajo musical. “Nuestro objetivo fundamental es llevar a la sociedad el ejemplo de cómo debe ser un rasta, quitar un poco esa mala imagen que tenemos, que si somos drogadictos, que si somos unos sucios, que si no nos lavamos la cabeza. Una de las conquistas de Siete Sellos es que mediante la música le llevamos a la gente cómo es un rasta, como vive, como se manifiesta”.
La influencia del rey del reggae Bob Marley es notable en sus temas y ha marcado en el grupo un estilo similar a la de su ídolo musical, en cuanto a armonía, texto y cadencia. “Nosotros trabajamos la línea del reggae roots, es el que trabajaba Bob Marley. Es lo mismo que decía el Bob, de la misma manera que él lo decía, mediante la Biblia, los pasajes que se puedan encontrar en ella y mediante el reggae roots transmitimos ese mensaje a todo el que lo quiera escuchar, nosotros hacemos todo lo posible porque ese mensaje les llegue a todos los seres humanos”.
La perseverancia, cómplice de la música, es la fórmula que Ras Salem y Omí Ará, compañeros en el trabajo y en la vida, encontraron para mantener y extender su trabajo musical. Hoy Siete Sellos es más que un exponente de la música reggae cubana, se ha convertido, con pocos recursos, en una casa productora que lleva el mismo nombre de la agrupación. “Tenemos 4 discos, y en proyecto, dos con música propia. Antes eran con background que nos enviaban hermanos extranjeros. Ahora estamos montando temas de los discos anteriores en background hechos por nosotros mismos. Tenemos un espacio en nuestra casa con las condiciones para producir y grabar. Sietes Sellos Producciones está abierta para todo el que quiera hacer reggae”.
Actualmente el dúo desarrolla un proyecto, Habana Reggae, que ya cumplió su primer año de existencia. Es un sueño necesario para la comunidad de rastafaris, es una iniciativa que se va convirtiendo en realidad poco a poco, y al mismo tiempo es el único espacio de ese tipo que existe en la capital. “Estamos tratando con el proyecto Habana Reggae, que todo aquel hermano o hermana que desee llevar el mejor mensaje a toda la sociedad, encuentre un lugar donde hacerlo. Esperamos que avance con el apoyo de la multitud que nos sigue y que se interesen por lo que estamos haciendo”.
Así como los sietes sellos del Apocalipsis representan el freno de las enfermedades, las guerras y males sociales en general, Siete Sellos a través de su música, nos invita a transitar por un camino de paz, amor y libertad.
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