La Invaxión vuelve al Índice… con un concierto en Candelaria



Con apenas 5 años, La Invaxión ha conquistado más territorio del esperado. Lo curioso no es llegar a donde han llegado, lo curioso es la correlación origen-tiempo-fuerzas hostiles (no quiero que se teja un melodrama, sobre todo porque en la sociedad actual hay una tendencia a degradarlo todo, y se escribe “fuerzas hostiles” y se lee sangre y censura, no somos partidarios aquí de extremismos, hay otros aspectos limitantes a considerar como el acceso a la información, la carencia de elementos técnicos o la burocracia que se empeña en la retaguardia de la dinámica artística) que incita a valorar otras variables, tal vez subjetivas porque no puede alejarse de ningún análisis de fenómenos sociales lo que es más propio y elevado del ser humano, el ímpetu, la valentía, el amor, la poesía, los sueños, crecer, crear y ser más libres.

En esta edición de Los Puños Arriba, los representantes de la devenida segunda provincia más occidental de Cuba recibieron premios al diseño de portada, lauro que estuvo antecedido por el de mejor vídeo clip en 2012 en los Premios Lucas y mejor Making Off en Puños Arriba en 2011 y 2012. “No queremos que nos presten atención por un premio”, dicen ellos cuando el tema viene a colación. Y ciertamente, la agrupación impresiona por el ímpetu con que se ha lanzado respetando la esencia de su barrio, a pesar de tener influencias de orden nacional e internacional. nos referimos a que su lírica sigue retratando el mismo barrio rural donde viven, un barrio donde lo que separa no es la violencia ni el odio, aunque si se es meticuloso puede hallarse siendo éstos acompañantes de los fenómenos que mencionaremos después, sino la ignorancia, las ideologías, las religiones y la estupidez. “Siempre nos dicen que hay que modificar nuestras letras, que en otros territorios latinoamericanos no comprenderían por qué rapeamos al amor, pero no podemos ignorar que nuestra realidad social es diferente y que nuestros monstruos son otros, si quieren que cantemos otra cosa, habría que vivir otra cosa”, argumentan cuando se indaga por el impacto recibido por Yoryi Mala Bizta en arenas internacionales.

De vuelta al Índice, nombre del disco que lanzaron en Candelaria este 25 de diciembre, ¿la recapitulación? ¿Momento de corregir? “Sí”, contesta el Gordo Williams convencido, convencidísimo diría yo, después de oír cómo han analizado estrategias, alianzas, metas y compromisos.

El concierto transcurrió en la sala de fiestas de Candelaria, lugar que posibilitó que mucha asistencia, aficionada o no, se acercara indagadora. En el escenario el reparto, increíblemente flexible, de La Invaxión: el Gordo Williams, el Cepe, Blacksoul, DJ Eric, y como invitados El Continuo y El B de Los Aldeanos. La aprobación del público se hizo patente alzando las manos y coreando los temas, bien merecida por la entrega que los artistas mostraron, orgullosos de recibir el reconocimiento de su gente. El espectáculo cerró en su clímax, aunque bien se puede decir que la energía nunca decayó, simplemente, cerró por el vencimiento del tiempo de presentación pactado previamente con las instituciones locales. Segundos después de la atmósfera rapera que suponía estímulos nuevos, la vuelta de los estímulos trillados, la música de moda que cuenta historias de otras regiones en otros idiomas muchas veces, hermosa forma de mutilar el momento de reflexión y análisis que debe continuar a la revelación en vivo de cualquier artista; no ignoramos que muchos de los presentes fueron buscando ese ambiente escapista de música popular y reggaetón, pero defendemos el respeto (miramiento, consideración, deferencia) que se debe tener cuando alguien intenta expresarse y más cuando la manera no nos es familiar.

La Invaxión acredita que son una familia y que nada los detendrá. ¿La prueba? Sus siguientes proyectos incluyen la grabación de fonogramas en solitario, aunque continúan representando la misma mutualidad. “Queremos ampliar nuestras fronteras, hacia el exterior y hacia el interior, salir, expandirnos, encontrarnos y si es necesario, reescribirnos”.

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